Álex me mira levantando las cejas ante mi arrebato. Pablo saca el pendrive con la película, colocándolo amenazante sobre la mesa, y Pedro se apoya contra la puerta, en una advertencia sutil que corrobora mis palabras. Qué emoción, me siento como una mafiosa o algo, ahora mismo.
- Me parece que no nos estamos entendiendo. – Empiezo, intentando calmarme. – Si el plan era venir a ver...
- Pero es que ha habido cambio de planes. – Me interrumpe el Saquitos de los cojones. – ¿Verdad, Paco? – Su amigo está encogido junto a la tele y no ha dicho una sola palabra. Creo que es consciente de su error y quiere verse lo menos salpicado posible. No contradirá a su amigo, que al fin y al cabo ha venido a su casa, pero sabe que yo llevo razón.
- ¡Cambio de planes mis ovarios! – Suelto yo. – Los planes no se han cambiado, simplemente habéis hecho lo que os ha salido de los cojones sin importaros lo que querían los demás.
- Pero si la mayoría quería jugar al Fifa... – Dice la única voz femenina, aparte de la mía, de la habitación.
- ¿Alguien ha preguntado si querían fútbol o película, o simplemente habéis dado por hecho que era así? – Ella se encoge de hombros, apoyando la cabeza en el cuello de su novio. Me enferma, y ahora mismo estoy que podría matar a alguien.
- Hombre, la verdad... – Balbucea Paco.
- Yo tengo una propuesta. – Dice entonces Álex. – ¿Por qué no os vais vosotros al pub, – Alza una mano para callarme, porque estaba a punto de saltar a su yugular. – y nosotros nos quedamos aquí viendo la peli? Paco, tú te fías de nosotros, me podrías dejar las llaves y luego yo te prometo que cierro bien y te las llevo a donde estéis.
- Yo que sé, tío, si fuera mi casa... pues claro, pero es que es de mi familia.
- Paco, coño, confía en mí. Y sabes que ninguno de ellos va a hacerle nada al piso. – Añade señalándonos a Pedro, Pablo y a mí.
- Yo tengo mala leche, pero prometo mantener la agresividad controlada. – Digo yo, levantando las manos en señal de paz.
- Bueno, venga. – Cede finalmente él. – Va, todos los demás fuera, que vaya nochecita me estáis dando.
Permanecemos de pie un par de minutos, en silencio, mientras ellos salen, cierran la puerta y se alejan. Cuando dejamos de oírlos, suelto un suspiro de alivio y me derrumbo sobre el sofá, notando como las chapas y parches de naves espaciales de mis pantalones tiran de la tela. De pronto, Álex sonríe.
‒ Tú ve poniendo la película, – Dice señalando a Pablo. – Que yo voy a pillar una cachimba. – Suelto una carcajada y me sirvo un nuevo cubata, recordando que Saquitos se dejó la mochila con la cachimba y todos los tabacos en la cocina.
No es la primera vez que veo esta película, la vi en el cine cuando la estrenaron para celebrar mi cumpleaños con un amigo, pero me apetecía verla otra vez. Es algo que solo me pasa con las de miedo, que me encanta verlas dos y tres veces en función de lo que me haya gustado. Y este payaso concretamente me inquieta lo suficiente como para querer verlo de nuevo. Bebo y fumo relajadamente mientras, cayendo en la cuenta de lo bien que se está sin exámenes, y la de planes que se pueden hacer, incluso entre semana. Con esa idea en la mente, decido mandarle un WhatsApp a Javi para quedar la semana que viene.
Me contesta con un audio que no tengo ganas de escuchar, así que espero hasta que acaba la peli y voy de camino a casa para prestarle atención. En él dice no sé qué de que un amigo suyo nos deja su piso. Me da un poco de corte, así que le pregunto que quién es, porque su nombre no me suena para nada. Aunque puede ser que lo conozca, vista la poca atención que presté cuando Maite me presentó a sus amigos.
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Del sexo y otros vicios
ChickLit[AVISO: contiene escenas sexualmente explícitas, así como menciones directas al machismo y otros problemas sociales. Lee bajo tu responsabilidad] Pausada _________________________________________ Cuando no existe un malo en la historia, ¿a quién le...