C A P I T U L O 3

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Me acomode del otro lado de la cama, logrando evitar cegarme por los fuertes rayos de sol. La noche anterior no había dormido nada, la cama era incomoda y el resplandor de los autos  que pasaban de un lado a otro entraba en cada rincón de la habitación lo cual era muy molesto.  

Tome mi celular y lo desbloquee, el reloj daba las 6:36 de la mañana, supuse que nadie se había despertado, puesto que era demasiado temprano. Cubrí mis hombros con una de mis chaquetas Channel porque me moría del frío, y en cuestión de segundos yo me encontraba profundamente dormida, recuperando la noche anterior.  

[...]  

— ¿Quien es? — susurre adormilada al escuchar los golpes en la puerta.  

Tres toques más se escucharon.

— Yarah, soy yo. ¿Puedo cariño?— la cara de mi madre se asomaba por la puerta.  

Aún medio dormida me senté y froté mi cara tratando de despertarme bien. Mi madre se sentó en la orilla de la cama.  

— Has dormido mucho cariño ¿sabes qué hora es?— mi mamá sonrió y vio su reloj de mano — ¡Es la 1:00 de la tarde amor!— rio, y me observo por unos segundos aun con la sonrisa en la cara.  

— La verdad no he dormido nada, ¿sabes lo horrible que es esta cama? Y no hablemos de todo el resplandor que entra ¡Dios! — gruñí.   Su cara se tornó seria en segundos.

— Los chicos están abajo, han pedido pizza y están viendo películas. ¿No quieres conocerlos? — la cara de mi mamá estaba seria aun, su tono de voz había cambiado totalmente y ahora me observaba de una manera extraña. 

— No vine a conocer a nadie Simone, si me das permiso iré a ducharme — le dije saliendo de la cama y abriendo la puerta para que mi mamá saliera y me dejara en paz. La susodicha se puso de pie y en vez de salir, tomó la puerta y la arrebato de mis manos cerrándola de un portazo.

— Siéntate Yarah— mi madre ordenó observándome desafiante. Sin mosquearme, me cruce de brazos y la observé alzando una de mis cejas. — ¿no harás lo que te digo?— dijo volteándose. Una vez de espaldas a mi, camino hacia mi bolso y empezó a buscar algo.

— ¿¡Que sucede contigo!? ¿Se te perdió algo? ¡No toques eso! — gruñí apartándola y quitándole de golpe el bolso de piel. — ¡Estas loca! ¡Vete de una vez de aquí! ¡Déjame en paz!— grite furiosa. En su mano derecha tenía todas mis tarjetas de crédito y yo solo quería abalanzarme y quitárselas. No cabía duda que venir había sido un completo error.

— Si insistí en que vinieras es porque quería estar contigo, con la auténtica Yarah, no la superficial, — su mirada era muy intensa, no despegaba sus ojos azules de mi lo cuál me generaba un poco de miedo — el tiempo que estarás aquí será indefinido. Pensaba decírtelo en otra ocasión, pero no me dejaste otra opción. Por lo tanto mientras estés bajo mi techo, te olvidaras de todas tus tarjetas y lujos, ¿Quieres dinero? Gánatelo hija. — la observé incrédula, no podía hacerme eso. No — Se que no fui la mejor madre, y se que cometí muchos errores, pero tú trato hacía mi es injusto. Vuelves a tratarme así y decomisaré tus prendas ¿Entiendes Yarah? — ¿saben lo furiosa que me sentía? ¡Eran mis cosas! ¡Lo único que tenia! ¡No tenía el derecho de arrebatarme todo de nuevo solo porque le diese la gana!

Si seguía guardándome todo lo que quería decir en segundos estaría llorando de la rabia, mis puños temblaban de tanta fuerza que estaba haciendo con ellos. — ¡Claro! ¡Pero que imbecil soy! ¿no? — reí amargamente — ¿Sabes? creía que insistías en traerme para reconciliarte conmigo. Para pedirme perdón por que, si no lo recuerdas bien me abandonaste, ¡Me abandonaste! — grite con todas las fuerzas que tenía — Decidiste dejarme sin si quiera explicarme el porque. ¿Sabes lo herida que me sentí? De un día a otro ya no estabas en mi vida, y ¿sabes que fue lo peor Simone?— no iba a llorar frente a ella, no.— me arrebataste a mi hermano, ¡me dejaste sola! ¿Cómo crees que me sentí al ver que preferiste a Allessandro? — reí sarcásticamente — No sabes lo que sufrí Simone, era a penas una nena, estaba en la peor etapa de mi adolescencia, te necesitaba y tú solo corriste, te fuiste en brazos de otro olvidándote de mi. No entiendo como pretendes traerme y quitarme todo lo que tengo. ¡No tienes derecho! ¡Dejaste de ser parte de mi vida el día que me abandonaste! — dejándola con la palabra en la boca y los ojos cristalizados camine fuera de la habitación lo más rápido posible, baje las escaleras rápidamente y al pasar por el salón principal sentí muchas miradas en mi. Allessandro me observaba desde la otra esquina con la mirada preocupada, mientras que cuatro chicos más también me observaban pero expectantes.

Is this the reality? (WDW)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora