C A P I T U L O 4

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— Entiendo que hayas huido de la casa Yarah, ¿pero era necesario lo del jardín de mamá?— dijo Alless en tono de diversión aparcando de una vez por todas el auto frente a la casa.

Una vez salí del auto observe el desastre que horas atrás yo había provocado, mordí mi labio al notar a mi madre acurrucada queriendo remediar todo aquello hecho por mi.

— ¡Ma, encontré a Yarish sana y salva!— dijo Allessandro alegre, causando que mi madre se volteara y corriera hacia mi aún con sus guantes de jardín.

Sus brazos me presionaron contra ella fuertemente, mientras escondía su cara en mi cuello y sollozaba seguidas veces. Un poco confundida la rodee con mis brazos de igual manera, dándole palmaditas para que cesara su llanto y para que me soltara (estaba ensuciando mi vestimenta con sus asquerosos guantes) Verla tan indefensa abrió mi lado sentimental, cosa que no hago a menudo.  Se los puedo jurar.

Mi mamá se alejó un poco para observarme, su poco maquillaje estaba corrido, y sus ojos estaban rojos. Yo solo me disponía a observarla sin ninguna expresión facial.

— ¡No vuelvas a hacerme eso Yarah! — dijo quitándose los guantes y tirándolos al suelo — Hablemos sobre lo qué pasó hija, yo...— me acomodo un mechón detrás de la oreja y yo alejé la cara rápidamente al notar el rumbo de la conversación.

— Simone basta, no ahora  — la interrumpí fríamente sintiendo como las ganas de llorar se apoderaban de mi cuerpo nuevamente. Voltee a ver a Alless el cual nos observaba desde la entrada con una mirada melancólica. — Sigue con tus flores, estaré con Alless— hice un intento de sonrisa y camine hacia el lado de Alless, Simone no aparto su mirada de mi ni un segundo hasta que entre a la casa.

Detrás de Alless entre a la sala de estar y me encontré con dos de sus amigos, uno era rubio y de tés muy blanca y el otro chico era castaño y tenía ojos verduscos. Mientras Alless hacía no sé qué, observe a los dos chicos quienes fingían de manera poco creíble ignorar mi existencia al mismo tiempo que jugaban en sus celulares como niños de cinco años. Incomoda por la situación decidí seguir mi camino hacia la habitación en la que se encontraban mis cosas, sin embargo Alless no tenía la misma idea en mente porque me tomó del brazo bruscamente y me devolvió al mismo lugar. — Quiero que conozcas a los chicos Yarah, ¡calma, no te escapes!— me saco la lengua de una forma juguetona y llamo a sus amigos. Las risas escandalosas se hicieron presentes cuando Zachary salió de la cocina seguido por dos chicos más, uno castaño y delgado y... oh no, el maldito que me golpeó anteriormente. El chico del beani anterior al notar que yo estaba en la misma habitación frunció el ceño e hizo una mueca de disgusto.

— Chicos,— mi hermano hablo, provocando que todas las miradas se posaran en mi — como ya saben ella es mi hermana menor, Yarah — me tomo de los hombros — antes de presentarlos a ustedes les diré algo descerebrados ¡Yarah, mi hermanita pequeña está prohibida para ustedes imbeciles!— los chicos empezaron a reírse incluyéndome — y lo digo muy, pero muy en serio — dijo de forma muy grave haciendo que sus amigos callaran de golpe y lo observaran con temor. Al notar eso, Alless comenzó a reírse a carcajadas causando que todos volvieran a reír menos el de los rulos. — basta, basta... bien Yarish, el rubio es Corbyn Besson— el rubio me sonrió de una manera muy bonita, elevó su mano y saludó — el cuello de jirafa es Daniel Seavy, — de igual forma me sonrió — Bueno, tú ya conoces a Zach, así que pasamos a Jonah Marais— señaló al chico alto y castaño — y por último Jack Avery— el chico de rulos me lanzó una mirada de odio y tomo su celular enseguida. Su actitud me hizo sentir incómoda por lo que saludé a los chicos sin ánimos, dando la sonrisa más falsa que podría tener y le dije a Alless que prefería estar sola un momento. Para mi suerte Alless un poco confuso por lo que había pasado asintió sin preguntar o detenerme.

Is this the reality? (WDW)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora