NARRADOR.
Susan había encontrado un gran baúl en uno de los pasillo y lo uso como su escondite. Astrid se había escondido en un pequeño espacio que había junto a una columna y fue una suerte que un par de cortinas ocultaran su lugar de escondite.
Lucy y Edmund llegaron a un lugar similar al que Astrid usaba para ocultarse. Lucy iba a esconderse ahí pero Edmund la tomó del brazo y la apartó.
Edmund: Llegué antes. Vete.
Lucy lo miró mal y se fue para seguir buscando un escondite. Llegó hasta un pasillo en el que habían tres puertas. Las dos primeras estaban cerradas con llave pero la tercera no. Entró a la habitación, esta estaba vacía a excepción de un gran armario de madera cubierto con una sábana enorme. Lucy retiró la sábana y no se lo dudó en entrar al armario. Nunca la encontrarían. Comenzó a retroceder para ocultarse detrás de todos los abrigos. Retrocedió y retrocedió hasta que chocó con unas ramas.
Se giró lentamente para encontrarse con un inmenso bosque cubierto de blanca nieve. Comenzó a caminar maravillada con el nuevo mundo que había descubierto.
Caminó entre los árboles y la nieve hasta que encontró un gran faro en medio de algún punto. Justo en ese momento una extraña criatura caminaba hacía el faro con sus cosas en brazos. Cuando ambos se vieron gritaron aterrados, la criatura dejó caer sus cosas y quedaron regadas por la nieve. Ambos se escondieron, Lucy detrás del faro y la criatura detrás de un árbol, hasta que Lucy tomó la iniciativa y salió de su escondite.
Caminó hacía las cosas que habían salido volando y se acercó para recogerlas. El fauno salió de su escondite y Lucy le tendió la caja que había levantado.
Lucy: ¿Te escondías de mi? -preguntó algo temerosa.
Tumnus: No -dijo mientras levantaba el resto de sus cosas- Es solo que no quería asustarte.
Lucy: Te molesta si pregunto, ¿qué eres tú?
Tumnus: Pues, soy un fauno. ¿Y tú qué eres? Te falta la barba para ser un enano.
Lucy: ¿Cómo que enano? -dijo divertida- Soy una niña. Y además, soy la más alta de mi clase.
Tumnus: Hablas de que ¿eres una hija de Eva?
Lucy: Bueno, mi mamá se llama Helen.
Tumnus: Sí, pero ¿eres, de verdad, humana?
Lucy: Si, de verdad.
Tumnus: Y, ¿qué estás haciendo aquí?
Lucy: Bueno, yo solo entré al ropero de la habitación y...
Tumnus: Espera, ¿bitación? ¿Eso está en Narnia?
Lucy: ¿Narnia? ¿Qué es eso?
Tumnus: Es aquí donde estás. Todo lo que ves a partir del faro -dijo señalando con su sombrilla- hasta llegar al castillo Cair Paravel en el océano del oriente. Cada roca y palo que ves, también el hielo, es Narnia.
Lucy: Es un ropero bastante amplio.
Tumnus: Permíteme presentarme. Mi nombre es Tumnus.
Lucy: Es un placer señor Tumnus. Soy Lucy Pevensie -le extendió su mano para estrecharla y el fauno la miró confundido- Estréchela.
Tumnus: ¿Por qué?
Lucy: Pues, porque, eso haces cuando conoces a alguien.
El señor Tumnus la miró aún confundido, pero igual estrechó su mano.
Tumnus: Muy bien. Lucy Pevensie, de la lejana ciudad de "ropero", en la maravillosa tierra de "bitación" -ambos reían- ¿Que te parecería si te invito a cenar conmigo? -dijo abriendo su sombrilla.
Lucy: Pues, que amable pero, es mejor que vuelva.
Tumnus: Mi casa está cerca de aquí. Ahí nos espera un cálido fuego con galletas y tés y pasteles. Y tal vez también tomemos algunas sardinas.
Lucy: No lo sé -dijo algo preocupada. Sus hermanos debían de estar buscándola.
Tumnus: Debes ir. Es difícil hacer nuevos amigos.
Lucy: Bien, supongo que puedo quedarme un ratito. Solo si tienes sardinas.
El señor Tumnus sonrió y ambos se pusieron en marcha hacía su casa.
Después de caminar un buen rato llegaron a una puerta de madera situada entre unas enormes rocas. El señor Tumnus abrió la puerta y dejó que Lucy entrara primero. El lugar era realmente acogedor. Detrás de ella el fauno entró y cerró la puerta con llave.
Tumnus: Él es mi padre -dijo cuando vio a Lucy tomar un retrato que estaba sobre la mesa.
Lucy: Tiene cara amable. Se parece mucho a ti.
Tumnus: No. No me parezco mucho a él -dijo serio.
Lucy: Mi padre se fue a la guerra -dejó el retrato en su lugar y miró al fauno.
Tumnus: Mi padre también se fue a la guerra -miró a Lucy y una pequeña lágrima amenazó con salir pero la contuvo- Pero hace años. No importa ya. Fue antes de este horrible invierno.
Lucy: El invierno no es tan malo. Patinas en el hielo. Juegas con la nieve. Oh, y la navidad.
Tumnus: Aquí no. No hemos tenido navidad en cien años.
Lucy: ¿Sin navidad por cien años?
Ambos se sentaron frente al fuego.
Tumnus: Siempre es invierno pero nunca es navidad. Un invierno largo pero, te habría encantado Narnia en el verano. Los faunos bailábamos con la dríadas toda la noche y jamás nos cansábamos -dijo sirviendo una taza de té para Lucy- Y la música era preciosa. ¿Quieres escuchar una pieza?
Lucy asintió sonriente. Tumnus tomó una pequeña caja y de esta sacó una extraña flauta.
Tumnus: ¿Haz escuchado alguna vez una canción de cuna de Narnia?
Lucy: No, nunca.
Tumnus: Me alegro. Porque esto, me temo que no suena igual a una.
Comenzó a tocar. La canción era muy lenta y tranquila. En el fuego se interpretaba la canción. Era realmente hermosa. Poco a poco la pequeña Lucy cerró los ojos hasta que se quedó profundamente dormida.
(...)
Cuando Lucy despertó la casa estaba en completa oscuridad. El fuego había sido apagado y el señor Tumnus ya no estaba frente a ella. No sabe con exactitud cuanto tiempo durmió. Se levantó de la silla y pudo ver al señor Tumnus tirado junto a las escaleras. Se veía triste.
Lucy: Ya tengo que irme.
Tumnus: Ya es demasiado tarde. Soy un terrible fauno.
Lucy: Eso no es cierto. Eres el fauno más gentil que he conocido jamás.
Tumnus: Es porque conocer a muy poco como yo -un par de lágrimas escaparon de sus ojos.
Lucy: No creo que hicieras algo tan malo -dijo tendiéndole un pañuelo para que se secara las lágrimas- ¿O si?
Tumnus: No lloro por algo que cometí, Lucy Pevensie. Es por algo que voy a hacer.
Lucy: ¿Y qué cosa es?
Tumnus: Voy a secuestrarte.
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Una Nueva Aventura (Peter & Astrid) TERMINADA
FanfictionAstrid Edevane, una chica de Inglaterra que, al perder a sus padres, se va a vivir a casa de la familia Pevensie. Los cuatro hermanos Pevensie, Peter, Susan, Edmund y Lucy, siempre han sido amigos de Astrid. Se conocen desde que nacieron. Por la gue...