Capítulo 20

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-¿A donde vas?- pregunto James apoyándose en la silla mientras miraba a la joven que estaba cerca de la puerta.

-Iré a dar una vuelta, me aburro aquí.- contesto Layla mirándolo.

-Mmm, ¿y si te reconocen?- pregunto el hombre.

-¿Quien podría reconocerme? La única que me conoce, es la hermana del cazador.- contesto la chica.- James, detesto estar encerrada aquí, lo único que hemos hecho en el tiempo en que estamos aquí es investigar a esa manada.-

-Bueno, a eso hemos venido, ¿recuerdas?-

-¿Y que hay de mis padres? Dijiste que me ayudarías a encontrarlos.- Layla miraba al hombre con el ceño fruncido.

-Es difícil querida, no es como si hubieran dejado un cartel que diga, aquí estamos.- contesto el mayor ya aburrido del tema.

-Eres un idiota.- dijo la chica bajando la mirada.

-¿Como dijiste?- James se acerco a la chica y la tomo del mentón.- Recuerda con quien estas hablando, recuerda que yo te salve la vida. Me debes respeto.-

-¿Respetar a un hombre que no cumple con su palabra? Si claro.- dijo la adolescente, para luego recibir un golpe en el rostro, por lo que tomándose la mejilla rojiza miro al lobo.

-Layla, lo siento.- dijo James al darse cuenta de sus actos.

-Eres un verdadero imbécil, te detesto tanto.- dijo la chica, para luego salir de la habitación.

-Layla espera.- grito el lobo, pero la chica no quería volver.

La joven salio del hotel donde se estaban quedando y arreglando su abrigo, comenzó a caminar, sin importarle el rumbo, solo quería alejarse del sitio y de James. Adoraba a James, pero algunas veces sentía que nunca le hacia casa o que solo la utilizaba.

Layla no entendía porque su amigo, porque eso era James, un amigo, a pesar de haberla criado desde que era una bebe, nunca le había permitido llamarlo padre, siempre decía que eso no era, y que menos quería ser el padre de la chica, lo que dañaba sentimentalmente a Layla.

Pero volviendo a la incertidumbre de la menor, ella no entendía la obsesión del mayor con el deputy de Beacon Hills. Desde que había vuelto del ejercito, James se había dedicado a rastrear a Jordan Parrish, por eso era que estaban en esa ciudad, por Jordan, aunque aun su amigo no había echo nada por acercarse al oficial.

Y ella no entendía el porque, ¿acaso no se conocían desde antes? ¿No habían sido amigos? ¿Por que esconderse del otro? Y sobre todo, ¿que era lo que James quería con Jordan? A eso, no tenia respuesta alguna, pues cada vez que se lo preguntaba, el el mayor se enojaba con ella y le terminaba gritando.

Aunque eso era siempre así, James gritándole a Layla, solo porque la chica quería saber algunas cosas, pero luego el hombre se mostraba arrepentido, y le compraba cosas como ropa, algunos collares y la trataba como si fuera su hija, aunque al siguiente día, volvía a ser el James de siempre.

Layla suponía que así era su relación con el hombre, tampoco esperaba más, era obvio que James no iba a cambiar, así que tendría que ir acostumbrándose.

-Pero, si hubiera un poco de amor de su parte, tampoco seria tan malo.- se quejo Layla, mientras pateaba una lata que había encontrado.

-Ayúdeme.- una mujer se aprecio frente a la chica, quien se sorprendió al verla.- Por favor, mi hijo esta adentro.-

Layla giro su cabeza hacia el lugar donde la mujer señalaba, y vio como una casa de dos pisos se incendiaba, luego volvió a mirar a la mujer.

-¿Y los bomberos? ¿La policía?- pregunto la chica mirando en la calle.

El Alpha & El Hellhound (DEURRISH) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora