Pasaron varios días hasta que volvió al cole, nadie sabia porque no había venido y nadie quería preguntárselo así que ese misterio quedo sin resolver.
Era martes, y empezaba a pensar que no volvería a verle cuando el viernes de esa misma semana apareció, aunque no fue a primera hora sino a tercera. Pero apareció.
Cuando entró nadie pareció sorprenderse, fue como si todos supieran el motivo por el que había llegado tan tarde aunque nadie lo sabia.
Llegó con un pequeño aunque bastante profundo corte en la mejilla izquierda y un moratón en el medio de la frente.
Justo detrás de el entro un hombre que aparentaba tener unos treinta años. El hombre llevaba una cazadora de cuero negra y unos vaqueros, negros también. Tenia una oreja mucho mas pequeña que la otra, una larga cicatriz le cruzaba la frente de lado a lado y uno de sus ojos era de cristal
La profesora y el hombre salieron para hablar.
Mientras ellos hablaban, oímos el timbre y salimos al recreo
