Isabella's POV
Tamborileo impacientemente mis dedos sobre la mesa, mirando el reloj que envuelve mi muñeca, olvidando por unos momentos que cuento con la compañía de 5 personas más.
Algunos me miran como si estuviese desquiciada e incluso tal vez loca, otros simplemente se limitan a sumergirse en las pantallas de sus celulares.
Maguie's es un lugar muy relajante, el cual seguramente sería frecuentado por algún amante del olor a café y la buena música. Pero, ni siquiera mis cosas favoritas son capaces de calmar la vena que palpita en mi cuello debido a la rabia desmedida.
- El de ojos bonitos no aparece, ¿huh?
Salgo de mi trance y de mi enojo interno repentinamente, pero me compongo de inmediato.
- No pondremos su nombre en los integrantes del trabajo, no te preocupes.
Aunque no sé si ese "no te preocupes" era más para mí o para ella.
Judas ni siquiera ha asomado su culo, las últimas reuniones que hemos tenido para terminar el trabajo grupal. Y ya no sé si será debido a nuestro pequeño encuentro en el porche de su casa o si realmente le habrá pasado algo.
Espera, no tengo que preocuparme por este tipo con complejo de rebelde sin causa que posiblemente no sabe ni lavar sus calzones. Definitivamente no me debe interesar si lo atropelló un camión, ni quién demonios es Alex.
...
Han pasado 2 horas desde que me había propuesto ser una jefa de equipo aceptable y dejar de darle vueltas a algo que no tenía sentido alguno. Si, hemos terminado finalmente el absurdo trabajo, pero sin duda sigo volviendo a repasar sus palabras una y otra vez.
Una batalla se está dando lugar dentro mío, la pequeña Isa de mi hombro izquierdo debate diciendo, "¿Qué no has tenido suficiente? Tiene la palabra Problema escrito en su endemoniadamente sexy bíceps." E Isa del lado derecho se aferra contradiciendo "Es una persona, ¿no has visto su carita de melancolía? Sin duda ese chico necesita alguien que lo escuche."
Pero, yo no logro reunir fuerzas ni razones para ganar la guerra, que por ahora creo que me traerá paz mental.
Salgo de mi ensimismamiento cuando varios de mis acompañantes se empiezan a despedir, para escapar del aburrimiento que conlleva hacer tarea. No los culpo.
- Recuerden escribir sus nombres completos y mandármelos para poder añadirlos a los integrantes del equipo, gracias por su ayuda, chicos.
Sorpresivamente uno de los futbolistas con dos neuronas, empieza a aplaudir seguido por las ovaciones de los otros 4 estudiantes.
- Tú has hecho la mayor parte del trabajo, nena. - Afirma el grandote dándome un coscorrón que logra arrancarme una pequeña sonrisa de lado.
Todos toman sus cosas y entre risas salen de la cafetería que nos acogió los pasados días. Por un momento olvido todo y me quedo observando el camino por el que se largaron, jugando con la tela de la falda de mi vestido, todavía con rastros de una sonrisa en mi rostro.
No ha salido tan mal después de todo.
...
El sol empieza a ocultarse en el lejano horizonte lentamente, seguido por una brisa lo suficientemente fría para que me abrace aun teniendo mi campera de jean sobre mis hombros.
Maguie's no queda muy lejos de casa, nada que un bus no pueda solucionar, pero el remolino de pensamientos que azotó mi mente demandó una caminata digna de ser acompañada de música tranquila.
El ruido de mis zapatillas golpeando la acera es amortiguado por la fuerte música que resuena en mis oídos con una deliciosa melodía. La misma que no me deja advertirme que en un momento dado empiezan a seguirme, siendo muy tarde cuando logro darme cuenta.
Me encuentro atravesando la última calle que falta para llegar a mi hogar cuando unas manos me toman del cabello que tengo en una coleta para luego estamparme en la pared de una gran casa abandonada, el camino está desolado, si grito dudo que logren escucharme.
Con los ojos cerrados y las lágrimas empapando mis mejillas, mi agresor me toma de las muñecas y pasa la punta de su nariz fría por mi sudoroso cuello, me niego a mirar, solo lo hará más real y no necesito otro trauma más que tratar con psicólogos y pastillas.
Me encierra con sus brazos y aprieta bruscamente mis caderas contra la pared, busca mis labios y sube mí vestido exponiéndome, pero me muevo esquivándolo a toda costa, no dejaré que un solo sollozo robe mi oxígeno.
Mi cuerpo tiembla, pero intento no perder la cordura. Excavo en las esquinas de mi memoria y recuerdo los movimientos de las numerosas clases de defensa personal a las que asistí. Así que levanto mis rodillas dándole en un punto muy sensible, muerdo una de sus muñecas logrando que libere una de las mías y con ella me suelto completamente de su agarre.
Los gritos de aquel hombre me obligan a abrir los ojos y antes de que siquiera pueda pensar en atacarme nuevamente corro. Corro lo más rápido que mis piernas me lo permiten, dejando que las lágrimas se deslicen sin control.
A lo lejos y con la vista completamente borrosa identifico las luces de mi porche, intento subir las escaleritas rápidamente, pero tropiezo torpemente cayendo al suelo.
Una carcajada resuena cerca de mío, se me ponen los pelos de punta, dirijo mi rostro hacia aquel individuo del que provino aquel sonido y repentinamente su risa es remplazada por una voz muy conocida que hace que mi cuerpo se ablande por primera vez en minutos y suelte el aire que al parecer he estado conteniendo.
- ¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado? ¿Estás herida?
Judas limpia mis lágrimas con sus pulgares y finalmente puedo ver su rostro bañado en confusión y preocupación. Sin embargo, la sensación de peligro reciente me mantiene temblando, sin poder siquiera ser capaz de contener mis lágrimas y poder pronunciar una mísera palabra.
-Dime algo, pequeña, lo que sea.
No obtiene respuesta, no puedo dejar de abrazarme y repetir la escena una y otra vez.
- Dame tus llaves, adentro te sentirás más segura.
Con manos temblorosas, abro mi mochila y le entrego lo pedido. Le quita el seguro a la puerta y con un brazo abrazando mi cintura, me facilita el trabajo de entrar a mi hogar.
Sin importar mis piernas de gelatina, me las arreglo para dirigirme a mi habitación. Solo quiero acostarme, quemar esta ropa y llorar, pero el de ojos bonitos no me va a dejar en paz tan fácil. Pero, a pesar de su presencia, mantiene su distancia y me observa expectante desde el umbral de mi cuarto, su silencio es lo más sorprendente.
Repaso nuevamente mis pasos, pienso en todas las cosas que podría haber hecho para evitarlo y eso solo me rompe un poco más. Me deslizo por la pared hasta quedar sentada en el suelo y sin permiso las lágrimas me arruinan un poco más.
El oji-gris titubea, pero finalmente se sienta dejando que apoye mi rostro en su pecho y los sollozos desgarren ferozmente mi garganta.
- Shh, ya pasó, estoy aquí, linda.
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Nota de la autora:
Esto que logré relatar en el capítulo, es ficción en mi vida, pero en la de otras esto es una realidad. Hoy, 8 de Marzo, es un día que conmemoramos y refirmamos la lucha de nuestras mujeres por la igualdad de derechos, una lucha que perdura con el pasar del tiempo y tengo esperanza de que dará frutos, esperemos que en un no muy lejano futuro.
Gracias a todxs por leerme.💜
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Judas
Romance¿Qué si los traidores siempre fueron inocentes? ¿Los traicionados?, ¿Qué tal si todo este tiempo, la verdad hubiese sido manipulada para que sea lo que las personas desean oír? A veces la única salida es comenzar de nuevo, aunque eso signifique nuev...