ⅱ. Lucero

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[ Miércoles. 11:23 am ]

Los ojos de ambos se enfocaron, eran extraños que no se conocían y habían chocado por causalidades del destino, así siendo algo cliché de decir, a primera estancia todo eso le causaba un vuelco en el estómago a ambos tipos, pero en cuanto más tiempo se seguían mirando, más extraño parecía el que sus ojos fueran increíblemente idénticos, ¿de tantas personas con heterocromia en el mundo se venía a topar con un tipo que tenía los ojos del mismo color que los suyos?

Thor se imaginó que aquel encuentro era totalmente asombroso y Tony no objetó en pensar que el rubio era un acosador.

—¿Son lentillas o algo por el estilo? ¿Me estás siguiendo? Estoy a nada de llamarle a la policía. —dijo Tony con el semblante chueco, algo paranoico, lo sé.

El rubio le miró y rió con suavidad, si bien algunas veces se daba de stalker en las redes sociales, nunca se tomó las riendas de ir detrás de una persona como si se tratara de un fan empedernido, Thor no era ese tal Joe de la serie que alguna vez miró en Netflix—¿Qué? No, no. ¿Te golpeaste muy duro acaso? Mis ojos son así, por si te lo preguntas, y en todo caso, tú serías el que me sigue ya que es bastante raro el que simplemente me hayas chocado. —el más alto no había dejado de sonreír mientras decía aquello, el tipo se creía un qué como para decir que le estaban siguiendo así como así

—¿Acaso estás insinuando que yo te estoy siguiendo a ti, rubia? —ahora era él el indignado, cabía aclarar ese hecho, Tony no era de las personas que cerraban la boca por nada—Pues yo creo que es demasiado tabú el que aparezcas así como así y me hagas caer para luego preguntar cómo me llamo, ¿no te enseñaron que hablar con extraños es peligroso e innecesario?

—No tienes pinta de ser peligroso, querido amigo.

—¿Y por qué? —la conversación se prestaba en definitiva para la sonrisa que quería salir de los labios del castaño

—Eres demasiado bajo para ser alguien peligroso, mira, si quiero hasta puedo pisarte.

Tony se cruzó de brazos mientras miraba hacia arriba, apuntando sus fanales al rostro ajeno con una mirada analítica, vamos, él tenía una estatura promedio para un hombre normal, no era su culpa que este hombre que se hallaba parado frente a él midiera dos metros y cacho, su altura estaba bien si se lo repetía continuamente.

—Bueno, en casos como este, tú eres un jodido mastodonte
—se excusó el castaño con los ojos entrecerrados—, ¿todo va bien allá tocando las nubes?

El día pintaba bonito, encuentros casuales y deudas que no se pagarían solas, las cosas eran así en la calle, ese día Tony había decidido llevar sus pantalones de cuero negros y una jersey de color canela porque le apetecieron los colores opacos, lo bueno de trabajar en una cafetería como la suya era que su uniforme solo constaba de un mandil y una libretita que siempre olvidaba en su casillero gris, el día anterior no había sido ninguna excepción. El rubio que se hallaba frente a sí tapándole toda la luz del sol tenía camiseta con estampado de The Rolling Stones y unos jeans azules, con el cabello recogido y una afable sonrisa que iluminaba su rostro sin tenueidad; el castaño se reprendió a sí mismo por observar a detalle la vestimenta que el otro portaba, no era como que todos los días lo hiciera con sus compañeros y amigos, no tenía muchos de los últimos y los primeros solo le saludaban por ser formales a la hora de verle, no lo sabía, pero a la vez tenía aquello muy marcado en la frente.

—Me has ganado. Y como premio por consolación debes decirme tu nombre, porque, vamos, no puedes llamarte desconocido.

—Si te digo mi nombre sabrás algo sobre mí y por ende yo tengo que saber algo sobre ti, ¿estás de acuerdo con el trato, rubia? —Tony volvió a tomar el rumbo hasta su trabajo, quedaba cruzar solo la avenida Curie y tomar el paso hasta pasar la tienda de guitarras Roni y las otras dos que no conocía y que no le importaban, después de dos puestos de la cafetería se hallaba la tienda de antigüedades que buscaba Thor, así que solo tomó la decisión de seguirle paso a aquel hombrecito.

Del Color de el Sol | ThunderironDonde viven las historias. Descúbrelo ahora