Lluvia.
Era lo único que podían visualizar mis ojos a través del fino cristal de este abandonado y mugroso lugar.
Una casa perdida entre el bosque.
Tan perdida como yo y mi peculiar vida.
¿No han sentido la sensación de ya no querer vivir y mandar todo a la mierda?
Pues bien, así me siento en estos instantes de ¿paz?
Podría decirse que sí, ya que durante estos cortos 15 minutos estando sentada he podido regularizar mi respiración después de haber corrido toda una maratón, literalmente, tratando de huir de los guardias que mandó el DEP; ¡estoy agotada!
Pasos.
Es lo que escucho venir.
Y ese sentimiento de desesperación, impotencia, coraje y odio se hicieron presentes en mi corazón. Créanme cuando les digo que no hay quién pare todo esto que estoy experimentando.
¡Maldito seas!
Y...derrumbaron la puerta.
Muchos sujetos entraron en la estancia y se pusieron a los extremos de cada espacio de la sala, bueno, de lo que era antes sala ya que el incendio o cualquier acontecimiento natural que haya ocurrido en este lugar, lo dejó totalmente destruido. Se encontraban bien uniformados y no lo digo precisamente por el uniforme, sino porque poseían tanto armas en las manos como amarradas alrededor de su cintura. Parecían un ejército que protegía a alguien sumamente importante, aunque en esa parte no lo niego, es alguien 'fundamental' en la academia.
La verdad, es que él, está a cargo de absolutamente todo allí.
Era quién estaba por encima de todos.
Inspiraba temor, aunque a mí no, bueno...Quizás un poco.
Y lo vi. Entrando con una sonrisa triunfante.
¡Desgraciado!
-He venido por ti, mi querida y dulce princesa
Tan sólo con escuchar esa frase, hizo que se me revolviera el estómago y no pasó por alto mi cara de desagrado. Me levanté lentamente de mi lugar y lo miré desafiante; tal vez ya no tenía nada para defenderme o por lo menos dar batalla, pero ni crea que se la pondré fácil. Porque si quiere sacarme de aquí, ¡será a la fuerza!
-¿Con que esas tenemos, eh?-no pude evitar fruncir el ceño molesta ante el tono divertido que utilizó para referirse a la situación-Tráiganla y llévensela a la camioneta-su vistazo indiferente hacia mí antes de darse la vuelta y salir, aumentó más mi enojo
-Sí, señor.-respondió uno de ellos con un saludo militar-¡Bien, formación!-de cuatro en cuatro comenzaron a acercarse y rodearme, no pude evitar soltar una sonrisa irónica
-Patéticos-como si mis movimientos fueran viento, fui dejando fuera de combate uno por uno
Sabía que eran un grupo enorme y afuera habían muchos más. Estaba debatiéndome en si hacía bien enfrentándolos y para mi mala suerte, uno de ellos aprovechó mi distracción y me disparó en el estómago. Abruptamente me detuve y caí de rodillas al suelo sujetándome el lugar afectado. Las expresiones de dolor que surcaron mi pálida faz enorgullecieron a los que estaban aquí y la mayoría felicitó al soldado por la buena puntería y su perspicacia.
Mientras caía en la inconsciencia no pude evitar pensar en cómo me vengaría de ese sujeto y los de su equipo; uno, por estar felices de haber hecho callar al monstruo y dos, por haber tenido la osadía de usar balas anti-alices. Aunque sabía, que quien les había dicho que las utilizasen fue Kuonji en caso de que me hiciera la difícil, aun así debía por lo menos tener pensamientos de victoria para que mis alices no estén del todo dormidos y cuando les pida que salgan a la luz con toda su fuerza, sean capaces de asesinar a la mitad de sus soldados bajo mi custodia.
Por otra parte, el que mi cuerpo se hallase tan inmutado y débil como para que me cargasen sin tanta dificultad y sin delicadeza me arrojasen a la parte posterior del automóvil, era algo que no tenía del todo claro. Con anterioridad, había sido atacada con estas mismas balas y había sido capaz de soportarlas por lo menos 3 días antes de que necesitase de urgente ayuda médica para que las extrajeran de mí. Y por ello, es que la remota posibilidad de que le hayan pedido ayuda a uno de los mejores estudiantes de la clase técnica para que metiera algún componente dentro de las armas, me hizo fruncir el ceño entre sueños y que su figura invadiese mi mente.
-Lo siento, Hotaru
.
.
.
No pude resistir más
.-.-.
Mírame
¿Ves esa fina capa de amor?
¿Ves cómo todo se esfuma?
La razón...desconozco el por qué...sucedió.
Amor, amor
No pierdas la esperanza
Yo te sigo esperando
Anhelo por tu regreso
El regreso de tus besos.
Dame una oportunidad
Para decidir...
El camino que tomo
Será...
Decisión del destino.
Me desperté agitado, gotas de sudor recorrían todo mi cuerpo. Normalmente, esto me solía pasar cuando las pastillas que me daba Persona para sanar las heridas de cuando resultaba herido en las misiones no funcionaban del todo. Además, el que mi alice de fuego me acorte la vida no es que me sean tan beneficioso, al contrario, juega en mi contra, pero no es como si la Academia no supiese de ello y tomase cartas en el asunto.
Retiré el mulluco de sábanas que me envolvían y me levanté de la cama para encaminarme hacia el baño, retirarme el pijama y darme una ducha con agua fría, quizás de esa manera mi cuerpo se relaje y pueda volver a conciliar el sueño. Sin embargo, la posibilidad es escasa debido a que últimamente esa canción retumbaba en mi cabeza una y otra vez, ya sea estando despierto o dormido.
Saliendo del baño con una toalla envuelta alrededor de mi cintura, empecé a revisar los cajones del armario buscando unos bóxers nuevos y un pijama algo más refrescante que el primero. Porque a pesar de que entraba brisa helada a la habitación en la noche y posiblemente cogiese un resfriado a la mañana siguiente por no estar bien arropado, prefería eso a que tanto amor por parte del Gay-sensei afecte mi sistema nervioso.
Nuevamente me metí en mi enorme cama, ventaja de ser un triple estrella, y con las sábanas ya cambiadas me tapé hasta la altura de mi pecho. Y es que sí, esa es una de mis teorías, pero lo que no me cuadra es que cada que él sale de la clase me mira para después darme una sonrisa que hasta el día de hoy no logro descifrar; es una mezcla entre nostalgia, tristeza, felicidad y optimismo.
Mis ojos comenzaron a cerrarse y yo sin poner objeción me dejé arrastrar por los brazos de Morfeo. No obstante, en mi subconsciente tallaba el que tal vez esa era la razón de lo que me pasa. Aunque
.
.
.
No creo que sea del todo cierta
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Sintiendo el corazón *Natsume y Mikan*
Fanfiction¿Sin corazón no se puede amar, verdad? . . . Eso es lo que todo el mundo piensa /No se permiten copias ni adaptaciones/