Si me pidieran describir a mi novia, diría que es una niña pequeña. Mikan no es lo que demuestra ser, es más que eso. Se oculta detrás de algo, de algo que lamentablemente es verdadero; no miente. Sin embargo, eso no es motivo para que no estamos ahí para ella. Aunque lo niegue, siempre necesitará de nuestra ayuda. Será todo lo independiente que quiera, pero a mí de su vida no me sacará fácilmente.
Primero muerto
-¿En qué tanto piensas, darling?-preguntó la única mujer que me interesa en el mundo con un ligero acento ronco en su voz
-En lo sensual y provocadora que eres.-las imágenes de los sucesos ocurridos con anterioridad pasaron rápidamente por mi mente y relamí mis labios que estaban secos producto de la excitación-Espero con ansias que practiquemos esto con nuestros cuerpos-oí una risilla angelical e inocente por parte de ella que causó, mirara dulcemente a la nada
-Pervertido-susurró bajo y podía asegurar sin necesidad de tener que activar las cámaras ocultas en su habitación que estaba sonrojada
¡Ay Mikan, si supieras de ellas, me despejarías vivo! Ventaja que Imai-san me haya ayudado a encubrirlas
-Sólo para ti, cariño.-le guiñé un ojo como si realmente me pudiese ver. Volvió a reír
Juraría que me quedaría a charlar con ella hasta que se durmiese, pero tristemente tenía otra obligaciones.
Mi mundo no gira sólo entorno a ella
-Te tengo que dejar.-comenté tras un largo suspiro. Presencié un silencio sepulcral por el otro lado del auricular, los cuales que me dieron a entender, no era de su agrado aquello
-¿Es por ella, no es así?-abrí mis boca para refutar, pero al mismo tiempo callé. Decirlo no sería mentirle con todas sus letras y yo no era capaz de hacerlo algo así. No a ella. Ella se merecía algo mejor
-Lo lamento-fue lo único que pude decir y tras decirme que era un completo imbécil, cortó la llamada
Su insulto se adecuaba a mí, pero la verdad, a pesar de ser cierta, no era tanto así. Mis asuntos involucraban a la mujer que Mikan detestaba para mi mala suerte, no por opción propio. Mi madre la colocó en ese puesto por un desempeño maravilloso inoportuno que demostró años atrás cuando era pequeña en una sesión de elección de búsqueda para mi guardaespaldas personal y secretaria. Debo admitir que estuvo impresionante y lo hizo muy bien para su corta edad, también mostró actitudes para su trabajo actual y era bastante dedicada y responsable. Tenía una buena impresión de ella en el pasado, y quizás fue por ello mismo, lo que me motivó a aceptarlo sin problemas. Todo en un principio estaba bien, no para Mikan claro porque estaba renuente y me dijo que esa mujer se convertiría en un problema mayor con el paso de tiempo. No le hice caso. Yo era muy pasivo por aquel entonces y aunque la tranquilicé diciendo que no eso nunca pasaría, ella no se quedó tranquila y se apartó de mí por un largo tiempo para los hechos empezasen a mostrarse y yo me diese cuenta de mi gran error.
Berrinches infantiles. Así denominé yo al comportamiento de Mikan, sin embargo, jamás imaginé que ella tendría toda la jodida razón. Las cosas iniciaron por un leve acercamiento, culpa mía, accidental; luego admiración, culpa mía de nuevo, accidental también; palabras de aliento y apoyo, culpa mía y fue totalmente consciente, pero me dio pena la tristeza que me mostró por no haber sido capaz de protegerme y a causa de ello, quedó hospitalizado por 1 semana. Sólo la animé, pero parece que los pequeños e insignificantes, para mí, detalles hicieron que ella crease una idea errónea en su cabeza y se enamorase de mí. Tan perdidamente hasta volverse obsesión. Ella tiene un desequilibrio psicológico, conclusión a la que llegó yo y análisis médico realizado sin que ella se diese cuenta, que afirma ese hecho. Naturalmente, ella no es consciente, cuando se convierte en una loca desquiciada lo ve como algo natural. ¿Qué se le puede hacer? Lo mejor es ignorarla y tomar cartas en el asunto, totalmente serias si se sale de control. Su destino llegará, a manos mías y de Mikan. Así son como deben terminar las cosas.
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Sintiendo el corazón *Natsume y Mikan*
Fanfiction¿Sin corazón no se puede amar, verdad? . . . Eso es lo que todo el mundo piensa /No se permiten copias ni adaptaciones/