Cap. 4

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-¡Oppa!
Me levante de la silla para sentarme en la cama junto al pequeño - Oppa, tengo miedo...
-¿de que?
-es que... Tuve una pesadilla...soñe que... Había un monstruo debajo de la cama que quería comerme...- mientras me contaba, metía su rostro dentro de las sabanas queriendose esconder- ChimChim, no hay ningún monstruo debajo de tu cama, además si lo hubiera no dejare que te lastime yo siempre estaré para cuidarte, que eso no se te olvide jamás- el pequeño saco su rostro de entre las sabanas para mirarme mientras me extendía una de sus manitas - Oppa...podrías dormir conmigo...por favor...- asentí sin pensarlo mucho y me acosté a lado del pequeño, este volteo a mirarme quedando cara a cara me abrazo por mi cintura y se me acurruco en mi pecho, mi corazón volvió a palpitar con rapidez y mis mejillas fueron atacadas por un leve color rojo que se podía notar con mucha claridad, metí mis dedos entre su cabello acarisiandolo hasta que se quedara dormido... Y así, yo también me dormí a su lado.

3 A.M.

escuche un ruido dentro de la habitación de Jimin, así que me levante cuidadosamente para que el no se despertara. Mire a mi alrededor y pude ver una sombra parada justo a un lado de la ventana viéndonos fijamente, tome mi espada estaba listo para atacar pero, esta no se movía solo permanecía quieta observandonos...
-¿que quieres y que haces aquí?
-no creí que volverías tan pronto hermanito...- me quede perplejo ante esa voz que podría reconocer de cualquier manera
-T...Tae...
-valla, parece que aún te acuerdas de mi
-claro que lo haría, ¿como podría olvidarme de mi propio hermano?- una vana sonrisa se dibujo en mi rostro, mis ojos estaban cristalizados, quería abrazarlo, pero no podía, no después de la ultima vez, tenía que mantener mi distancia. su mirada se aparto de la mía viendo a el pequeño Jimin acostado durmiendo en su cama -veo que tienes una nueva misión 
-así es- dije sin apartarle la mirada, vi como poco a poco se acercaba a la cama mis sentidos se pusieron a alerta, y antes de que pudiera acercarse mas me interpuse -¿que estas haciendo?
-no puedo dejar que te le acerques- dije serio y decidido no quería lastimarlo, incluso hablarle tan serio y cortante lastimaba algo en mi corazón -oh vamos Yoongi, solo lo veré no le haré nada malo- dijo dibujando una sonrisa algo malévola en su rosto, intento acercarse mas, pero yo me interpuse -vamos hermanito, no me dirás que en serio te importan estas patéticas criaturas
-¿que fue lo que te ha pasado Tae? tu nunca fuiste así
-oh tal vez mi propio hermano nunca me conoció en realidad- aquello que salio de sus labios me hirió -Ya vete Tae, no me hagas lastimarte- dije escondiendo todo aquello que me hicieron sentir sus palabras -¿que acaso le quieres?
-y ¿si es así?- aquello hizo que Taehyung comenzará a reír, me miro por un momento y se dio media vuelta para salir por la ventana -volveré algún día Yoongi y te aseguro que lo haré caer
-primero, tendrás que hacer que yo caiga- dicho aquello salio de la habitación dejandome de nuevo solo con Jimin, me quede aun mirando la ventana por unos minutos cuando una dulce voz atrajo mi atención 
-Oppa...- volteé a verle atento, tratando de despejar mi mente de lo que acaba de suceder -¿me quieres?
-si ChimChim...te quiero- aquello solo lo articularon mis labios, fue como si mi corazón tomara el control de mis labios dejándolos pronunciar palabras que me daban miedo decir y es que si, me había encariñado con ese pequeño niño que pasaba preguntándome miles de cosas insignificantes con tal de saber mas y mas, ese pequeño que cada vez que reía me sacaba una sonrisa, sin querer me había encariñado con ese pequeño que llevaba en mi cargo tan poco tiempo.  

El pecado originalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora