Prólogo: Ecos del pasado

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Ecos del pasado

Durante un atardecer de mayo un joven Clint observa a las personas salir de sus trabajos, ir a sus casas. Observaba con melancolía a los padres llegar con sus hijos y abrazarlos, jugar con ellos y hablar en la cena con toda la familia reunida. El deseaba tener eso, al menos aun tenía a su hermano y a sus instructores. Tenía poco y estaba a punto de perder aún más. Hace unos días descubrió a su mentor jaques dusquesne robando y necesitaba encararlo. Siguió un rato más mirando a la gente hasta que cayó la noche y en medio de la oscuridad salió de su trance y salió a buscar a su mentor.

Clint recorrió las calles y los tejados, era una ciudad peligrosa así que llevaba consigo su arco, pero muy en el fondo de si, él sabía que no era la única razón por la que lo llevaba. Finalmente al asomarse a un callejón pudo observar a Jaques hablar con una bella mujer asiática que estaba acompañada por un par se sujetos encapuchados y un joven que parecía ser de su edad.

- ¿Tienes el dinero?-

- Aun no, quisiera pedir algo más de tiempo, veras yo...-

- No me interesan tus excusas, el clan ha sido claro contigo-

La atención de Clint se desvió a las caderas de la muchacha cuando esta llevo su mano a la brillante y ornamentada empuñadura de su espada. Clint las había visto antes, Jaques le había hablado de ellas, de las Catanas, unas hábiles espadas que podían cortar grácilmente. Clint sabía que algo podía pasar y temblorosamente llevo su mano derecha a su carcaj hasta que sintió las suaves plumas de una de sus flechas y la tomo con su mano, estaba sudoroso pero sabía que esto se podía tornar peligroso.

- Vamos nena, no te pongas así-

- No me llames así, además ¿quieres confianza? Entonces porque tu aprendiz nos vigila desde el techo.-

- ¿Qué? –

Un sujeto apareció detrás de Clint y lo sometió con relativa facilidad, entonces lo sujeto y bajo con el hasta reunirse con su jefa y ahí atarlo.

-¿Quieres que sea más clara?-

La mujer desenvaino su espada y la llevo al cuello del muchacho

-¿Ahora me doy a entender?-

-No, por favor déjalo ir, el asunto es entre tú y yo

- Hubieras pensado eso antes para que hubieras reunido el dinero-

Clint al escuchar esto enfureció y dirigiéndose a Jaques comenzó a replicarle su robo

-¿No tienes dinero? ¿Qué me dices del que robaste del circo hace unos días? ¡MALDITA RATA!-

-wow, me sorprende lo mucho que te quiere tu muchacho-

-Clint no, sabes que no lo hubiera hecho si...-

-¿y porque lo hiciste?-

-Está bien, está bien. Dejen ir al muchacho si alguien pagara con su vida seré yo.

- No acepto el trato. ¡Hanzo!-

El joven dio un paso adelante y dando una reverencia desenvaino su espada y paso directamente a guardia.

-¿Si tía Yui?-

- Hazte cargo de él, demuestra que el clan va en serio-

Hanzo entonces corrió para enfrentar a Jaques pero este desenvaino su espada rápidamente y bloqueo el golpe de Hanzo, lo hizo retroceder y le dio una patada en el pecho que lo arrojo contra la pared

-¿El niño? ¿En serio? ¿Tanto de decepciono la noche que te "di"?

Yui enfureció y arrojo a Clint para iniciar el combate con Jaques. Los otros dos sujetos también sacaron las suyas y se acercaron para apoyar a su lideresa.

- Alto ahí niño-

Murmuro Hanzo mientras se acercaba a Clint para someterlo

- ¿Tú qué? Mulan –

Hanzo se enojó y dio una patada que Clint detuvo con sus brazos para luego abalanzarse y golpear repetidas veces al japonés.

- ¿Eso es todo lo que tienes Godzilla? –

Hanzo se desmayó luego de recibir tantos golpes, pero en ese momento uno de los sujetos le dio una patada en el estómago a Clint.

-¿Qué pasa ling ling? ¿Ahora te metes con los chavos?-

- Joven estúpido-

Este le dio una tremenda golpiza a Clint que casi lo mata, mientras tanto Jaques apenas y podía manejar la pelea con Yui y su ayudante.

-¿Ya te cansaste americano?-

- ¡Ja! Ya quisieras. Ojala te movieras así en la cama-

Jaques se percató de la golpiza que estaba recibiendo su pupilo por lo que al lograr romper la defensa de sus atacantes corrió frenéticamente y atravesó al agresor de Clint.-

-Ya lo tenía-

- Lo que digas campeón-

Yui vio como ayudante entonces volvió a entablar el combate con Jaques.-

- No seas imbécil ¡Dispárale genio!-

Jaques también logro vencer a su contrincante así que Yui simplemente saco su pistola de su bolsillo y le apunto a la cabeza.

-Si quieres que algo se haga bien...-

-¡Nooooo!-

En ese momento Clint sintió el tiempo más lento. Él estaba confundido, no sabía que podía hacer. Aún tenía el resentimiento hacía su maestro por el robo y porque el causo esta situación en primera instancia. Pero lo quería aun así, el y tiro trucado eran como sus padres. Con lágrimas en los ojos y temblando tomo su arco y apunto su flecha. Sabía que si lo hacía todo cambiaria. Se convertiría en un asesino, canalizo su ira hacia su mentor, hacia su vida en el circo, pero sobre todo, a sus padres.

-Eres un inútil-

-Tráeme una cerveza pendejo-

-No vas a ser nada en la vida.-

- ¡Hijos los amamos!-

Revivió la noche del choque en su cabeza y gritando en su interior soltó la flecha que corto el aire y que perforo la piel encima de la tráquea de Yui, fue profundizando y atravesó la yugular, la medula espinal. Perfectamente a la mitad y sin perder su forma y limpiamente la punta de acero salió por la nuca de la chica. La sangre como vino tinto empezó a brotar por ambos lados y los ojos de Yui se perdieron mientras sus rodillas se doblaban y está se precipitaba al suelo.

Jaques miro atónito a Clint. Su mirada era de terror, a pesar de la madurez que tenía y todos los golpes que soporto en su vida finalmente seguía siendo solo un chico.

Fue en ese preciso momento en el que Hanzo despertó y miro aterrado lo escena. Clint y Jaques se dieron a la fuga.

-t-t-t- ¡Tía Yui! No-

- h-h-h-Hanzo, no dejes esto así, déjalo ir. Te quiero.-

-Te vengare, lo prometo. No descansare hasta ver la cabeza de ese bastardo en una estaca.-

La policía llego a la escena donde encontraron al joven llorando al cadáver de su Tía, estos intentaron ayudarlo pero este en un arranque de ira los asesino con su espada. Tomo la espada de su tía así como la flecha que la había atravesado y las llevo consigo.

En las afueras de la ciudad Jaques se detuvo para hablar con Clint.

- Oye niño, lo que hiciste allá... gracias-

- Cállate, todo esto es tú culpa, no quiero que me vuelvas a hablar. Me largo de aquí-

Clint salió de ahí sin mirar atrás y abandono el circo.

Clint Barton : The Lonely HawkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora