Tom es el tipo de novio que solo le importas tu.
Miro mi celular y este indica que son las 03:00 a.m. Suspiró y tiró mi cabeza hacia atrás descansando en el asiento. El taxista me dedica una breve mirada atravez del espejo retrovisor del coche. Las luces del semáforo cambian a verde y este reanuda la marcha.
Tomo de nuevo mi celular, lo desbloqueo y voy directo a mensajería. Se merece una explicación.
"Voy tarde, de nuevo. Lo siento mucho, no fue a propósito. Te amo."
Una vez que termine de escribir y de leerlo. Me arrepentí, simplemente lo borré. Si, se merecía una explicación pero no por un simple mensaje de texto. Así que volví a dejar mi celular en la cartera. Y decidí mirar por la ventana.
—¿Un mal día?—pregunto el taxista.
Ni siquiera lo mire, solamente asentí con la cabeza. Eran tantas las ganas de llorar. Esta era la segunda vez que le fallaba, seguro está muy enojado. Pero no era mi culpa, el vuelo se retrasó y fue un completo caos. Se que debo de verme fatal, no he dormido y con suerte lograr comer algo pero no me importa. Le prometí a mi novio que estaría para él en su primer día en su nueva obra de teatro.
Cada vez que pienso en él, y en lo emocionado que estaba. Solo hace que quiera llorar aún más. Soy la peor novia del mundo.
Todo se movía tan lento del otro lado de la ventana. Y lo odiaba, solamente quería llegar a casa y pedirle disculpa a mi novio. Si es que sigue siendo mi novio.
Luego de un muy largo y estresante viaje al fin llegamos. Jack, el portero del edificio me sonrió y me ayudó con las maletas hasta llegar al ascensor.
Una vez que las puertas de esta se abrieron. No me había dado cuenta de que estaba llorando, limpié mi rostro y arrastré las maletas.
Saque la llave de mi cartera. Lo primero que llamó mi atención al cruzar por la puerta fue que todo estaba oscuro. Deje mi abrigo y el resto de las cosas en la puerta, intente buscar el interruptor para prender la luz pero no hizo falta.
—Llegas tarde—comento Tom. Quien se encontraba sentado en el sillón, con su ropa de dormir ya puesta. Bebió el último trago de su whisky, y deposito el vaso en la mesa delante de él.
—Lo siento, el vuelo se retraso por cuestiones climáticas o algo así. Lo lamento tanto— conteste. No me había dado cuenta que estaba llorando de nuevo. Lleve las manos a mi cara para cubrirme. Escuche como dejo escapar un largo suspiro y sus pasos acercarse así mi, me envolvió en sus abrazos y apoyo su mentón en mi cabeza mientras movía su mano de arriba a bajo por mi espalda en un intento de calmarme.
—Estas acá. Eso es lo único que me importa. Te amo.
