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Por último la mantequilla; cerrar y ya estaba listo. Mo ya podía disponerse a merendar tranquilamente mientras descansaba y miraba la televisión un rato. O eso creía él, porque un segundo antes de darle el primer bocado al sándwich el timbre de su piso sonó ametralladoramente, como si quien tocara se encontrara en apuros o sencillamente fuera idiota. Al descolgar vio al otro lado de la pantallita a Yi y Tian sonriendo; sí se trataba de idiotas efectivamente.

—¿¡Qué mierda hacéis aquí!?

—Mo, baja. Vamos a dar una vuelta.

—No habíamos quedado.... Y ahora no me viene bien.

—Baja maldita sea o subiremos a buscarte.

Sin añadir nada más Mo colgó el telefonillo de un golpe.

—¿No ha dicho nada? —preguntó Yi un poco desilusionado con esa actitud aún tan cerrada de Mo.

—Tranquilo, bajará —contestó con seguridad y picardía Tian.

Y efectivamente cinco minutos después Mo bajó, vestido como habitualmente lo hacía y llevando también un sándwich en su mano al que solo le faltaba un mordisco.

—Ey, Mo ¿me has hecho la merienda? No hacía falta...

—¿Quién te ha hecho nada? —dijo apartándose bruscamente de Tian con un movimiento exagerado para evitar que este mordiera de su comida, con tal mala suerte que tropezó con el brazo con Yi y el mencionado sándwich salió volando por los aires hasta estamparse contra la pared más cercana.

Los tres se quedaron muy quietos viendo como lentamente este resbalaba manchando la pared hasta caer ridículamente al suelo.

—Mo... Vas a tener que limpiar eso... —dijo Tian con una sonrisa burlona.

—¡Mierda! Ha sido culpa tuya.

Minutos después se encontraban en casa de Xi repitiendo la jugada. Este por el telefonillo del apartamento les había dicho que deberían haber avisado y que no estaba listo para salir pues tenía cosas que hacer, pero Yi y Tian insistieron al punto de que a Xi no le quedó más remedio que dejarles subir.

—Tengo que arreglar mi habitación y bañarme... Podéis esperar en el salón. Si queréis encender la Play.

—Genial, ¿y tienes refrescos? —preguntó Yi a modo de saludo, pasó dentro como si fuera aquella su casa y se tumbó en el sofá de un salto.

—¡Oye! Ag... La próxima vez sería mejor que lo planeamos y no vinieráis así de improvisto.

—Es que si lo planeamos termináis por decir que no... —añadió Tian también pasando dentro y dejando los zapatos un poco más ordenados que los de Yi.

—¿A ti también te han arrastrado? —le preguntó Xi a Mo que era el último en pasar y este solo le contestó con una mirada que expresaba lo muy fastidiado que está por tener que estar allí.

Los tres chicos se sentaron el sofá y Xi desapareció para dentro del apartamento a solucionar las mil cosas que tenía que hacer pero que ninguno de los tres había escuchado.

Yi se había tumbado ocupando todo el sofá pero Tian no pensaba sentarse en el suelo así que sujetó de las piernas a Yi para apartarlo mientras este no paraba de gritar.

Mo se fijó en que aunque dramatizaba mucho no parecía en absoluto molesto con los juegos de Tian, así que solo rebufó y se sentó al extremo del sofá.

A los minutos dejaron de juguetear solo entre ellos y decidieron encender la Play, más por estar ocupados en algo que porque realmente les interesara jugar, además el verdadero amante de los videojuegos allí era Xi y éste no estaba.

MI MEDIO SÁNDWICHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora