El sábado por la mañana le despertó su madre para desayunar. Mo y su madre solían desayunar juntos los sábados y domingos ya que durante la semana el horario de ella lo hacía imposible. Siempre salía muy temprano y no se veían hasta que él regresaba al terminar las clases.
Así que aprovechaban para hacer la lista de la compra, organizarse y en generar ponerse al día. Obviamente Mo le contaba sólo aquello con lo que se sentía cómodo y lo que le había pasado los últimos días no era "cómodo" en absoluto.
Su madre le comentaba sobre una compañera de trabajo cuando recibió un mensaje. Mo lo ignoró para seguir escuchando a su madre pero entonces sonó el tono de llamada.
—Cógelo, hijo —dijo recogiendo su taza—. Si llaman tan temprano es que debe ser importante.
Miró la pantalla; «Zhang 2; llamada entrante». Después alzó la vista a su madre quien le devolvió una sonrisa.
Su madre comenzó a fregar los trastes del desayuno así que Mo salió al balcón y descolgó.
—Guanshan soy yo —la voz chillona y alegre le perforó el tímpano, dejando de seguro daños permanentes—. Verás, hoy salgo con unas amigas y le he dicho a Xi que me voy contigo, ¡qué se entere! Cúbreme la coartada ¿sí?
—¿Se lo has dicho ya?
—Yo hubiera esperado un poco pero ha sacado el tema otra vez.
—¿Pero le has dicho que somos novios? no ha dado tiempo.
—¿Crees que soy estúpida? Le he dicho que es una cita, pero que aún no somos nada oficial. Soy una gran actriz.
Mo sintió un escalofrío, con lo tierna que le pareció en la cocina cuando le conoció y ahora... ni siquiera parecía sangre del bueno de Xi.
—¿Y cómo se lo ha tomado?
—Se ha enfadado, luego no se lo ha creído y luego se ha vuelto a enfadar. Aunque más que enfado es... hostil. pero me ha dicho que no hablará con nuestros padres.
—¿Y de mí ha dicho algo?
—Lo que ya sabes...
—Ya veo...
—Pues eso. Si alguien te pregunta hemos salido a merendar, "novio" —y sin más le colgó.
De súbito a Mo se le revolvió el desayuno. Miró con preocupación el teléfono, ¿qué era esa actitud? ¿Y que si el tenia planes y quería salir? Ya no podía hacerlos por si le veían. Empezaba a pensar que había sido una mala idea e iba a llamar para abortar la misión pero entonces imaginó la cara que se le iba a quedar a Tian.
Lo imaginó perplejo, achicado. Mo se sintió ganador.
Eran las tres de la tarde y Mo no se decidía si encender la videoconsola o tumbarse a hacer la siesta. Las libretas con deberes sin terminar podía esperar al domingo a última hora.
Estaba allí meditando sobre la decisión cuando de nuevo sonó su móvil. Había estado todo el día deseando y no deseando al mismo tiempo que sonara su teléfono. Esperaba una llamada intimidatoria de Xi o una controladora de Tian, con nervios miró la pantalla.
«Zhang 2; llamada entrante».
—Mierda, esta chica otra vez... —descolgó—. ¿Qué pasa?
—Guan Shan... —susurró, apenas se la oía—. Shan, tenemos un problema. Le he dicho a mi hermano lo que habíamos hablado... Y cree que soy idiota o algo porque me ha seguido con Yi.
—¿¡Qué!?
—Ha avisado a Yi de que tú y yo íbamos a salir y ahora están a varios metros de mí escondidos tras propaganda que había en el buzón. Se creen ninjas los muy imbéciles. Estoy en el parque que da a la esquina de vuestro instituto. No tardes.
