47.

113K 6.7K 452
                                    


Después que habló Renato, la fiesta siguió al rededor de las cuatro tablas de Surf que había conseguido Khaled Inc en la noche, por supuesto que Ihan era la estrella, por lo que no pudimos cruzar más que miradas. Yo no estaba de ánimos para quedarme en la fiesta, así que subí a mi cuarto y en el ascensor me saqué los hermosos zapatos que no estaba acostumbrada a usar, la puerta se abrió y me apresuré a llegar a mi cuarto, pero antes de poder entrar, sentí unas manos por mi espalda y al ver de costado, Ihan entró conmigo cerrando rápido la puerta para apegarme a ella.

— ¿Mi amor por qué me haces esto?—se quejó hablándome en la oscuridad, presionándose en mí para calamar la adrenalina que ambos sentíamos por haber entrado casi como fugitivos. — no puedo cambiar esto Juli, depende un mundo de mí, lo hablamos, te voy a ir a ver los días que me den y vos vas a ir, voy hacer lo imposible pero no nos torturemos desde ahora.

—Y justamente ahora ya es una tortura Ihan, no quiero que sea así pero es muy difícil verte tan cansado y siendo explotado, no puedo hacer nada por vos y eso me mata. —le dije y extendí mi mano para encender la luz y verlo, quise apartarme pero no me dejó y agarró mi cara entre sus manos, para mirarnos a los ojos y entender lo que estábamos sintiendo.

Respiró hondo sin saber qué decirme, se acercó y me besó de una manera que no quise que terminara nunca por la ternura que me causaba, bajó sus manos abrazando mi cuerpo al suyo y nos llevó a una de las paredes para apoyarnos. Entrelazamos nuestras manos mientras nos besábamos de la manera más fugaz que hasta el momento lo habíamos hecho, con habilidad bajó una mano por todo mi cuerpo acariciándome, provocando una oleada de deseo más ferviente que otras veces, aprovechamos para respirar mientras que él descendía sus besos por mi barbilla hasta mi cuello estremeciéndome internamente.

—Ihan...—llamé y aunque ambos estábamos cegados por la situación, no podía darle pase libre sin sentir que éramos conscientes los dos. —amor pará...—le pedí y subió para besarme, le correspondí pero pasé mis manos interrumpiendo nuestras bocas. —Tengo que decirte algo... no...no sé si estoy...lista. —tragué sin poder seguir y se alejó apenas un poco para acariciarme la mejilla.

—Perdón, tenés razón, no vamos a apurar las cosas.

—No es eso, es que...yo soy virgen todavía. —musité y bajé mi vista sintiéndome totalmente avergonzada, no era algo fácil de decir eso pero él lo volvió todo lo contrario para mí, besándome la mejilla y repartiendo besos hasta mi oreja.

—Sos tan hermosa. —susurró contra mi oído. —no te sientas mal, vamos a dejar que todo pase cuando tenga que ser, amor mirame. —pidió y levanté la vista para mirarlo, su mirada era suave. —estoy enamorado de vos Juli, te esperaría una eternidad, por favor no te sientas mal.

—Estoy lista pero...

—No, va a pasar cuando tenga que ser, no te presiones porque yo no necesito nada, ¿sabes?—asentí y sonrió un poco acariciando mi mejilla para alejarse y llevarme de la mano al interior de la habitación. —Vení vamos a acostarnos, los dos necesitamos dormir un poco... al menos yo sí. —dijo y me subí a la cama con él, abrazándonos como si lo que acababa de pasar fuera lo más normal del mundo, y después de todo, lo era. Apoyé mi mentón en su pecho mientras que me abrazaba y acariciaba mi espalda. — Te extrañaba tanto.

— Yo también, te extrañé mucho estos días. —levanté la mirada y me acerqué a darle un beso en los labios. —estuviste genial hoy, aunque...

—No vayamos a eso, la presentación fue un asco y ya recibí mis amonestaciones, ahora por favor dejame disfrutarte. —pidió abrazándome contra su pecho, asentí y me quedé encima de él. Estuvimos un tiempo sin hablar, pero tan solo sentirnos cerca era suficiente, me sentía reconfortada y calmada a pesar de las sensaciones.

Me senté en la cama arreglando mi vestido para que no se subiera tanto pero tenía la intensa mirada de Ihan, levanté la vista y sus ojos como su sonrisa no me hacían dudar en lo más mínimo de que estaba enamorado de mí, así como lo estaba yo.

—No sé qué me gusta más, que me digas todo el tiempo cosas o que me mires así, creo que es el sueño de toda chica... no exactamente una fan, cualquier chica se sentiría especial si su novio la mira de esa manera. —le dije y me volví a acostar cayendo directamente a sus labios, él habló sobre ellos.

—La mirada de un novio completamente enamorado y loco por su novia. —me dio un suave beso y se alejó para buscar algo en su bolsillo y sacar su teléfono. —este novio quiere una foto con su novia.

Esperé a que él lo sacara, juntamos nuestras mejillas y sonreímos a la cámara, la foto era hermosa y con una mirada y un puchero de labios me preguntó si podía subirla, accedí ya que después de todo éramos los mejores amigos para su vida pública.

Voy a extrañar mucho a esta chica en la gira :(

— ¿Puedo quedarme?—me preguntó de improvisto. —Salimos en un par de horas y nadie se va a dar cuenta si vuelvo antes que terminen la fiesta, por favor.

—No quiero que te reten.

—No me importa, por fa. —hizo un puchero, rodé los ojos y suspiré fingiendo frustración, pero asentí de todos modos.

Ihan bajó a hablar con los de seguridad para que borraran el video de él entrando a mi habitación y despistó a Renato, a Tom le inventó una historia que supuestamente iba a estar con una chica en la habitación de ella y volvió confirmando que todo estaba bien e iba a salir como lo tenía planeado. Nos acostamos los dos en mi cama y nos sacamos un montón de fotos, disfrutamos de la compañía del otro conversando entre besos y caricias, jugamos y nos reímos de estupideces como siempre, fue genial volver a nuestra normalidad, él aguantó lo más que pudo el sueño y nos aprovechamos sin tener esa tensión que debería de alguna manera existir después de lo que pasó, pero su seguridad era la que hacía la mía y confiaba plenamente en su plan de regalarnos más de cinco minutos. 

No soy tu fan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora