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Dos semanas después, mi teléfono sonó en la madrugada y dudé en atender, Ihan y yo teníamos el horario cambiado y me avisaba cuando me llamaba, pero sospeché que fuese él y con ese presentimiento extraño lo agarré de mi mesa de noche.

— ¿Hola?

— ¿Juli?

—Sí, ¿amor qué pasa? —me senté rápido en la cama porque lo noté con la voz tensa.

—Necesito que me ayudes... yo...

— ¿Ihan, qué te pasa?

—Me siento mal Juli, necesito que me ayudes. —rompió en llanto tras un sollozo y me alarmé levantándome de la cama.

— ¡¿Qué te pasa, amor por favor qué pasa?! hablame...

— ¡Me voy a morir Juli, me voy a morir!

— ¡¿Qué?! ¡¿Qué decís? no te vas a morir!, ¡¿Dónde estás?, ¿Qué te pasa?! —pregunté desesperada y escuché algo romperse y caerse muy fuerte en el auricular. La llamada se cortó. — ¡Ihan! —grité, pero no respondió e intenté llamarlo de nuevo mientras me calzaba, no respondía y llamé a Tom con las manos temblorosas.

Me largué a llorar porque suponía que lo que escuché caerse fue él, gracias a esas pastillas de mierda no sabía lo que le pasaba y con los nervios y la angustia agarré un bolso para empezar a meter ropa, me cambié lo más rápido que pude y salí corriendo al cuarto de mi tía para golpearle la puerta.

— ¡Tia! —llamé desesperada. — ¡tía Mary!

— ¡¿Qué, qué pasa Juli?! —abrió asustada para agarrarme y sollocé intentando a hablar.

— ¡Algo... algo le pasa a Ihan... y tengo que ir, llevame...llevame al aeropuerto por favor!

—Esperá Juli, calmate.

— ¡No, necesito que me lleves por favor, ahora, necesito ir ahora!

—Está... está bien pero calmate. —me pidió preocupada y se apresuró a cambiarse, volví a intentar llamar a Tom pero no contestó y probé con los números de producción, pero los teléfonos estaban apagados.

Salimos rápido hacia el estacionamiento y ella manejó nerviosa por culpa mía.

— ¿Qué le pasa?

—No sé, me llamó y... estaba drogado, no sé.

— ¿Drogado?

—Sí, lo están manteniendo drogado para que aguante los conciertos, es... necesito llegar rápido por favor.

—Si tranquila. —titubeó y me sentí mal de haberle dicho lo que a Ihan le pasaba, era algo muy privado de él y no quería que mi familia se enterara, pero mi angustia no me permitió guardarlo más.

La saludé rápido aprovechando que no había paparazis y corrí a la administración, para mi suerte en diez minutos salía un avión hacia Paris y lo compré probando llamar de nuevo a Tom.

— ¿Cuánto tarda el viaje?

—Catorce horas aproximadamente. —me dijo el chico de venta y abrí los ojos de par en par. — ¿Usted es...?

—Gracias. —dije y me encaminé al sector donde tenía que abordar, por última vez llamé a Tom rezando que me atendiera, y lo hizo después de varios tonos.

—Juli ahora no puedo.

— ¡Fijate Ihan por favor, me llamó y...!

—Lo estamos llevando a emergencia, te mantengo informada.

— ¡¿Qué?! —grité y él me cortó, ¡No, no, no! Me tapé la cara con las manos y rompí en llanto, no estaba pasando en serio, era mentira, tenía que ser mentira.

—Disculpe señorita. —alguien me tocó el brazo y me sequé rápido las lagrimas para mirar al policía. —está siendo solicitada por la gente de prensa, y no puedo dar acceso si no me lo permite.

Miré por detrás del hombre y había varios paparazis sacándome fotos, lo último que me faltaba. Busqué los anteojos en mi cartera y me los puse ocultándome detrás de él.

—No por favor no, no lo permita.

— ¿Quiere que la acompañe a abordar?

—Si por favor. —le pedí, el hombre asintió y me dio el pase, evitó hacerme pasar cerca de la prensa y me llevó donde mi pasaje lo indicaba, junto a la seguridad del aeropuerto lograron retener a todo aquel que quería acercarse a mí.

—Disculpe mi ignorancia, ¿pero quién es usted? —me preguntó una vez que pudimos salir del revuelo, me dio un pañuelo y yo lo acepté.

—Gracias, no soy nadie importante, me siguen porque soy la novia de Ihan y no tienen otra cosa que hacer que meterse en la vida privada de las personas.

—Ah sí, el cantante, disculpe...espero que él no sea la causa de sus lágrimas señorita.

—No para nada, estoy por otra cosa.

—Perfecto, entonces buen viaje.

—Gracias por tu ayuda y la de tu equipo. —le dije y asintió con una sonrisa.

Le envié un mensaje a Tom comunicándole que estaba por volar y también a mi tía para tranquilizarla después de la tensión que le hice pasar. En las indicaciones para volar, me hicieron apagar el celular y fue el momento de relajarme y comenzar a rezar, convenciéndome a mí misma que Ihan iba a estar bien.

No soy tu fan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora