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Los chicos de la universidad pasaron a saludarme y junto a mis amigos, hicieron que mi tarde estuviese entretenida para no pensar que mi deseo ni siquiera se pudo cumplir con un mensaje durante la tarde, no me preocupaba que me saludara, pero era una buena excusa para poder saber un poco de él y cómo estaba ya que hacía muchos días no hablábamos.

Para mi favor, entre los chicos se llevaron bien y propusieron salir a festejar a un bar, no me opuse porque seguía siendo razón para distenderme y organizamos hacerlo después de las diez, así que los de la universidad fueron a preparar y con mis amigos lo hicimos en mi cuarto. Llegada las nueve y media empecé a buscar excusas en mi cabeza, pero mi teléfono me desconcentró pitando con una notificación, me emocioné al ver el aviso de la nueva publicación en instagram de Ihan y abrí rápido para saber de qué se trababa; era una foto nuestra que nos sacamos en la casa del lago antes de la guerra que habíamos hecho. En la nota el pie, estaba escrito mi saludo: Feliz cumpleaños a esta hermosa chica que no hace más que hacerme feliz, gracias por tanto Juli #19.

Me sobresalté al escuchar el timbre de la casa y mi tía gritó que abrirá yo por la cercanía a la entrada, me quejé un poco pero sin borrar mi sonrisa y mi vista al celular, abrí la puerta. Al mirar un enrome ramo de rosas se presentó e Ihan apareció corriéndolo un poco, grité y salté haciendo que él soltara el ramo y me levantara en un gran abrazo, tan fuerte como lo necesitaba.

—Hola hermosa, feliz cumpleaños.

— ¡Mi amor no puedo creer que estás acá! —chillé al borde de las lagrimas, él sonrió agarrándome con más fuerte y se apartó para mirarme. —pudiste venir.

—No podía faltar al cumpleaños de mi chica. —dijo, sonreí de par en par y acaricié su mejilla acercándome para besarlo. Siempre era intenso volver a probar sus labios, pero aún seguíamos en la entrada y mi familia a pocos pasos, por lo que me bajé y él se agachó para agarrar las rosas que tiró cuando salté a abrazarlo.

—Sos tan hermoso, gracias mi amor. —sonreí mordiéndome el labio por lo romántico que era al presentarse con un enorme ramo de rosas. Lo agarré de la mano y lo hice pasar para cerrar la puerta, lo que nos acercó un poco más y le dio oportunidad para pasar su brazo por mi cintura. —vení, entrá... está mi familia pero ya saben todo.

— ¿Y no me odian?

— ¿Hay algún ser capaz de odiarte en esta tierra?

—Creeme que sí. —dijo un poco perturbado pero yo lo agarré fuerte de la mano y lo llevé por detrás de mí. En la sala estaban todos y me sentí en la responsabilidad de defender a mi novio por si a alguien tenía algo para decir, y aunque era raro, hablé en voz alta para presentarlo.

— Gente... él es Ihan.

—Hola, buenas noches. —dijo Ihan y mi hermano fue el primero en levantarse para estrecharle la mano.

—Hola soy Thiago.

—Ihan.

—Hola Ihan, soy la mamá de Juli, Rita.

—Hola ¿qué tal?—se saludaron con un beso en la mejilla, después fue con Gigi y con Mati y Jen que aún no salían del asombro, yo seguía nerviosa por la reacción de mi papá y de hecho cuando se acercó, mantuve más fuerte la mano de mi novio. —buenas noches señor.

—Buenos noches hijo.

—No puedo creer que estés acá. —suspiró mi tía encantada como siempre, él sonrió saludándola con un beso en la mejilla.

—Hola Mary.

—Encima se acuerda mi nombre. —dijo y todos se rieron, incluso a papá también le causó gracia y pude respirar.

—Sentate Ihan, estábamos comentando acerca del clima de acá, es muy cambiante ¿no? —intentó mi mamá y sentí la confianza de dejar que se sentara para escaparme a poner las rosas en agua, mientras tanto escuchar lo que decían.

—Sí muy cambiante, hay que acostumbrarse.

— ¿Y vos por dónde estás ahora? —le preguntó Gigi, volví y me senté a su lado, lo primero que hice fue buscar su mano, no sólo por apoyo, sentirlo y tenerlo agarrado a mí era la mejor sensación. —porque estás de gira ¿no?

—Si eh... vengo desde Colombia, me tomé dos días para poder venir.

— ¿Me imagino que es muy difícil la vida de gira, no? —preguntó mi papá y confirmé ese interés que cualquier persona tenía al verlo, incluso sin saber quién era.

—Si es muy difícil, son muchos países, el cambio de horario, no dormir, y esta gira principalmente viene siendo la peor.

— ¿Por qué? Leí que es un éxito. —le dijo Jen y él la miró, lo que a mí amiga la puso un poco nerviosa y yo quise reírme porque no exageraba cuando decía lo imponente que era tener la mirada de Ihan Khaled, sin embargo, presté atención a su respuesta.

—Porque ella no puede venir. —dijo y mi corazón se encogió por dentro automáticamente. —no nos podemos ver siempre.

Con todo lo que habló en la cena, fue motivo suficiente para que ellos lo aceptaran, al principio costó de parte de ambos que fuera sin nervios, pero la tensión fue disminuyendo e Ihan estuvo más relajado al hablarles de su vida y mi familia de la suya, pudieron verlo como la persona normal que era y sobre todo, como lo veía yo.

Inventé una excusa a los chicos para no salir porque no quería decirles la verdad, pero no había visto sus respuestas por lo que me escabullí a la cocina y confirmé que no se habían ofendido, antes de volver donde mi novio dejó de ser el centro de atención, sentí unas manos abrazarme de la cintura y me di la vuelta sonriendo directamente para unir nuestros labios, pasé mis brazos por su cuello y él me hizo apoyarme sobre la encimera.

—Te amo. —le dije entre besos, él estiró suavemente mi labios inferior.

—Te amo. —me respondió siguiendo el beso sin mucha preocupación de tener en el cuarto de al lado, a toda mi familia.

Un carraspeo de garganta se escuchó y nos separamos de inmediato, cuando vi que Jen y Gigi se aproximaban, quise matarlas.

—Ihan, ya sé que es estúpido pero llevo comprando las revistas hace meses y aunque principalmente lo haga porque sale ella, no puedo evitar pedirte al menos un autógrafo.

—Si obvio. —se rió él y aceptó su papel para escribirle "Gracias por comprar las revistas, con amor Ihan".

—Jen también quiere. —dije por la cara de incertidumbre que tenía mi amiga, asintió y cortó un pedacito del papel de Gigi para escribir, ella me quiso matar con la mirada y yo me reí un poco.

—Ay pero qué pesadas que pueden ser las chicas. —se quejó mi hermano. —déjenlo en paz, vino a ver a su novia no a firmar autógrafos.

—No te preocupes, estoy acostumbrado y creo que Juli también. —dijo con su sonrisa más hermosa y yo asentí abrazándolo de la cintura. No me importaba compartir su atención ante las personas que lo admiraban, al contrario me gustaba que lo quisieran, y en la intimidad, su interés por mí permanecía intacto. 

No soy tu fan!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora