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Ji Yong gruñó mientras su cuerpo chocaba contra un muro.

—¡¿Qué...qué diablos les pasa chicos?! ¡¿Qué creen que están haciendo...?!

Con sus brazos sujetados fuertemente atrás de su espalda, Ji Yong era incapaz de mover la parte superior de su cuerpo. Su mejilla era presionada firmemente contra el duro hormigón y mientras hacía su mejor esfuerzo para resistirse, trató de dar una patada hacia atrás, más no hubo contacto.

Unos hombres con trajes negros sostenían a Ji Yong. Cuando se percató de que le perseguían, Ji Yong pensó que le sería fácil perderlos. Pero a pesar de su apariencia impecable, estos hombres estaban muy bien entrenados para trabajar en equipo. Y conocían el terreno de la ciudad mejor que Ji Yong. Antes de poder reaccionar, había sido arrinconado en un callejón y la única ruta de escape era la puerta trasera de un viejo edificio en ruinas. Después de saltar dentro del edificio, se percató de la razón por la que la puerta no tenía llave. Los hombres le habían tendido una trampa.

—¿Eres Kwon Ji Yong...?

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Ji Yong, luego se congeló al escuchar que una voz suave con un tono barítono resonaba detrás de él. Sin ver quién era el portador de la voz, Ji Yong lo sabía solo con sentir su presencia, su absoluta existencia...

El amargo olor a cigarrillos lo rodeó.

—Así que tú eres quien hizo todas esas fotografías del secretario de uno de los miembros del parlamento en el Club Sion...

Definitivamente él es el jefe.

Ji Yong trató en vano de mover su cuerpo ya que las manos que lo sostenían no titubearon ni una sola vez.

—¡¿Qui-quién eres tu...?!

Ji Yong logró voltear ligeramente su cabeza, pero el barítono debió de haber dado una orden, porque le dieron la vuelta completa. Lo colocaron cara a cara con el dueño de la voz, Ji Yong dejó escapar el aliento.

—¡¡......!!

A tan solo unos centímetros de distancia se encontraba un rostro con facciones que parecían haber sido esculpidas: una nariz recta y labios gruesos, pero la característica que resaltaba más eran esos ojos fríos que le miraban fijamente.

—Gracias a tu "primicia", tuve una gran pérdida en el negocio. Quería preguntarte algo.

—¡¿Qu-qué...?! La foto al final no fue usada, ¿cierto? ¡Me vetaron!

La historia que Ji Yong había capturado en la película había sido comprada rápidamente... y por un muy buen precio. Sin embargo, el artículo nunca había aparecido por lo que Ji Yong se había puesto en contacto con el periódico y le explicaron que el editor que había comprado la noticia había sido despedido.

Y ahora, aquí se encontraba este hombre...

—¡...déjame ir!

¿Será el líder de los narcotraficantes? ¿O un sicario contratado por el miembro del parlamento? No... no es tan simple como eso... este tipo es realmente peligroso.

Pretendiendo luchar, Ji Yong observó sus alrededores. Pero el hombre debió de haber leído sus movimientos porque le acercó una mano y colocó la otra sobre la pared, bloqueando la visión de Ji Yong.

—No te asustes. Todo lo que debes hacer es responderme con honestidad. Solo quiero saber quién fue el que te dio el dato, ¿me lo dirás?

—No... no lo sé. ¡¿Qué planeas hacer con la información que obtengas de mí...!?

『 THE OBJECTIVE 』 » GTOPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora