Arkadia (Parte I)

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LEXA

Me había quedado absorta viendo como Clarke y los suyos se iban alejando cada vez más, hasta perderlos de vista por completo.

- Heda, solicitan verla con urgencia -. Dijo Titus sacándome de mi ensimismamiento. Imagino que se trata de Roan, así que doy instrucciones a Titus de cómo debe disponerlo todo, mientras voy a mi cuarto a ponerme mi ropa oficial de Comandante.

XXXX

Me encuentro en mi trono junto a Titus e Indra. Las puertas del salón se abren dando paso a Roan, quien va tirando consigo de un prisionero. Aunque no pueda ver su cara ya que lleva un saco a modo de capucha, sé de quién se trata. Lo coloca de rodillas frente a mí y le retira el saco, dejando al descubierto su maltrecha cara. Me pongo en pie y me dirijo hacia ellos contemplado la mezcla entre miedo y confusión que desprende Emerson en el momento en que me ha visto.

- Llevaos al prisionero y preparadlo -. Los soldados toman al Mouman y se lo llevan. Roan, saca una nota del bolsillo y me la entrega.

– He cumplido con mi trato, cumple con el tuyo y levanta mi destierro -.

Cojo el trozo de papel arrugado y con algo de dificultad debido al mal estado en el que se encuentra el papel, lo leo.

- Wanheda vuelve en unos días para asistir a la próxima cumbre. Desearía que te quedaras aquí en Polis hasta su regreso, en calidad de invitado, para que pueda explicarnos con qué autoridad hace tratos o promesas en mi nombre. De todas formas, comenzaré a redactar la carta para cumplir mi promesa y anular tu destierro. Te asignaré una de las mejores habitaciones, pero antes, respóndeme a algo. ¿Con qué fin tu pueblo ayuda a los hombres de la montaña? ¿Y por qué vuestro ejercito a invadido las lindes de mis tierras? -. Había alzado un poco la voz, pero es que Azgeda lograba que me hirviera la sangre con facilidad.

- Estoy desterrado así que, yo no tengo nada que ver con ninguna de ésas cosas -. Dijo Roan molesto por la acusación, bastante trabajo le había costado colarse en sus propias tierras sin ser descubierto para robarle a su madre, a su nueva mascota. De hecho, no creía que le hiciera mucha gracia darse cuenta de que alguien se hubiera llevado a aquel hombre. Sin duda alguna, nada bueno estaba planeando. Y por supuesto, lo humillante que era para él, saber que había fracasado en su misión de capturar a Wanheda y que una mujer la mitad de pequeña que él, no sólo le había dejado inconsciente, sino, que le había perdonado la vida a cambio de otro "trabajito". ¿En qué momento se había convertido en el mensajero de éstas poderosas féminas?

Se giró hacia Lexa y aunque estaba impaciente por tener el documento que anulase su destierro para poder volver con su gente, tenía mucha curiosidad por conocer a Wanheda y hablar con ella, así que no puso muchas objeciones a lo de quedarse unos días en Polis a la espera de que la gran Wanheda regresara para saldar esas deudas que decía tener. – De acuerdo, unos días hasta que Wanheda regrese, pero en cuanto lo haga, cumplirás tu palabra y me marcharé -.

Asentí ante su comentario – Me parece bien -. Llamé a uno de mis guardias, para que le acompañaran a su habitación. Sé que Roan no está conforme, pero es mi súbdito y debe acatar mis órdenes.

Cuando abandonaron el salón, me giré hacia Titus e Indra que habían aguardado en silencio.

T - Heda no puedes permitir que Wanheda haga tratos o promesas en tu nombre para su propio beneficio. (Dijo Titus indignado).

L - Tranquilo Titus, forma parte de nuestro plan. (Me giré para mirar a Indra). Tenemos un asunto del que ocuparnos, asegúrate de que el prisionero esté dispuesto para que cuando lo crea conveniente, pueda hablar con él.

I – Entendido Heda

T - Heda, ¿qué piensas hacer con el Mouman?

L – Ahora nada. Es tarde, mañana veré. Él fue quien me ofreció el trato en la montaña para traicionar a Clarke. Veamos qué tiene para ofrecernos ésta vez.

YUMI NA TEIK WON SONRAUN AU? (¿Tomarás una vida conmigo?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora