El Monte Weather

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LEXA

Instalé a Abbie en la habitación de Clarke, es la estancia más segura ya que se encuentra junto a la mía. Dos de mis mejores guerreros la custodian día y noche y por supuesto, me mantienen informada de cada cosa que hace o cada paso que da la canciller Skaikru y madre de Clarke.

Esperé gran parte del día para tener noticias sobre Clarke, ya estaría con su gente. No podía evitar preocuparme pensando que podía pasarle algo.

Al caer la noche, hice llamar a Indra - ¿está todo dispuesto? -. A lo que ella, asintió.

Al llegar, mis soldados abrieron las puertas del salón. En el pasillo frente a mi trono, el prisionero aguarda completamente engrilletado de pies a cabeza, sujeto a un enorme poste que yo misma había ordenado que anclaran al suelo. Me detuve frente a él, Indra pasó por mi lado quedándose entre el prisionero y yo, quitando el saco que cubría su cabeza. El hombre parpadeó varias veces intentando acostumbrarse a la luz del salón hasta que enfocó su vista en mí.

E – He oído que alguno de tus guardias la llaman Wanheda, la comandante de la muerte (dijo escupiendo con desprecio el nuevo apodo de Clarke). ¿Estoy aquí por ella?

L – No, estás aquí y tu gente está muerta porque no supisteis aprovecharos de nuestro acuerdo y dejasteis que cuatro niños liderados por ella, os vencieran.

Emerson comenzó a gruñir y a gritar totalmente fuera de control intentando soltarse de las cadenas que le sujetan fuertemente y sin margen a ningún tipo de movimiento, para abalanzarse sobre mí. Indra le golpea duramente en un lateral entre las costillas y la cadera provocando que se calle en seco, ya que el golpe lo ha vaciado por dentro. Le hago un gesto para que se detenga y no vuelva a golpearlo.

L – Tranquilo, no te lo tendré en cuenta, sé que no estás enojado conmigo si no, con ella y estoy segura de que quieres justicia por lo que le hizo a los tuyos.

E – No quiero justicia, ¡quiero venganza! Quiero que sufra tanto como he sufrido yo.

L – Es justo, lo entiendo. Lo que no entiendo, es por qué te refugiaste en Azgeda, ni por qué andas pactando con la reina Nía. ¿Qué crees que tiene ella que no pueda ofrecerte yo?

E – Tú permites que vivan tranquilos y felices en tus tierras, en cambio Azgeda los odia tanto como yo.

L – Las cosas no son siempre lo que aparentan, me sorprende que a estas alturas aún no lo sepas. Ordené que te trajeran ante mí porque estaría dispuesta a volver a pactar contigo, creo que nos beneficia a ambos.

E – ¿Y por qué debería confiar en ti?

L – Ya pactamos una vez y no incumplí mi palabra, eres tú quien no tiene motivos para desconfiar de mí. Sé que sabes cómo destruir a la montaña y que se lo has contado a la reina de la Nación del Hielo.

E – 381 personas, 182 hombres, 173 mujeres y 26 niños. Ni tú, ni Azgeda destruiréis el Monte Weather, ya lo hizo Clarke.

L – Podrías tener aquello que deseas. Me he vuelto a ganar su confianza, le he prometido introducir a su pueblo en mi coalición, así que ahora mismo, no tiene motivos para sospechar de mí. Sé que Azgeda atacará la noche de la cumbre, pero yo esta mañana he enviado a la madre de Clarke a la montaña y les he dado orden de que no vengan a Polis hasta ése mismo día. Dame la información que deseo, cuéntame todo lo que hayas oído en Azgeda durante estos meses y yo a cambio no sólo te perdonaré la vida por haber conspirado contra mí, sino que atacaré la montaña antes que ellos para destruirla con Clarke, su madre y todos los amigos que le importan dentro para que puedas obtener así tu tan ansiada venganza.

YUMI NA TEIK WON SONRAUN AU? (¿Tomarás una vida conmigo?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora