La ceremonia de su graduación se llevaba a cabo.
Con meses de esfuerzo y días enteros llenos de estrés había logrado terminar su carrera universitaria con una tesis excepcional y una calificación final con honores.
Y ahora, Nakahara Chuuya era felicitado por el director de la carrera de Literatura, quien le entregaba un diploma que certifica su título profesional mientras se escuchaban varios aplausos en el fondo.
Dazai, de traje negro y formal, y un mechón de cabello peinado detrás de su oreja izquierda.
Kouyou con su mejor kimono y tan perfectamente arreglada y refinada como era de esperarse.
Chuuya, una vez los divisó a ambos entre el público, les regaló una sonrisa tímida. Y por alguna razón su corazón palpitó de forma irregular cuando se fijó en el traje que portaba Dazai.
Se sonrosó, porque ese traje, le acaba de recordar algo...
Una vez bajó del escenario, soltó todo el aire contenido mientras posaba una mano en su pecho, en donde podía sentir su corazón latir desenfrenado por todo el nerviosismo y la emoción de haber terminado otra etapa en su vida.
— Chuuya, querido...
El pelirrojo observó a aquella mujer que, a pesar de tratarla como una hermana mayor, la creía más una madre para él.
— Ane-san... — llamó suave con una sonrisa.
Chuuya se vio gratamente sorprendido cuando sintió como Kouyou lo abrazaba con verdadero cariño.
— Felicidades, mi niño.
Sintió la suavidad del hermoso kimono que portaba Kouyou para aquella especial ocasión y pudo percibir el femenino y delicado aroma de la mujer; le recordó a su niñez, y todos los cuidados que Kouyou le había proporcionado a lo largo de su vida desde que quedó bajo su tutela.
Ella había asistido a reuniones, había estado ahí para él cuando necesitaba algo, había sido su tutora incondicional y siempre se había preocupado de que nunca le faltase nada.
— Muchas gracias, Ane-san.
Kouyou sabía que aquel "gracias" estaba cargado de muchos significados. Conocía a Chuuya como la palma de su mano.
Sonrió, sintiendo el verdadero orgullo de una madre.
— Son tus méritos Chuuya.
Deshizo el abrazo y miró al más bajo con cariño. Le acarició la mejilla y le besó la frente. A pesar de que ella podía discutir siempre con quién sabía esperaba un momento a solas con Chuuya, confiaba en él.
Era odioso, sanguinario y frío, pero no era muy diferente a ella. Y cuando se trataba de Chuuya, podía ser el hombre más fiel y enamorado en la faz de la Tierra.
También, en el fondo de su corazón, le agradece sinceramente... porque gracias a él, ella había podido tener aquello que nunca pudo por su vida en la mafia: un hijo.
— Lo has hecho bien — le susurró cómplice en el oído al de ojos azules — No te pongas nervioso ahora — volvió a mirarle con una sonrisa. Chuuya estaba expectante — Nos vemos más tarde, querido. — Con un guiño se despidió.
Y Chuuya sintió que entraba en un pequeño ataque de ansiedad cuando vio como Kouyou se alejaba con aquella sonrisa sabelotodo.
Ella realmente le conocía demasiado.
"Cálmate Chuuya... Cálmate... solo es él."
Por supuesto que él sabía qué se avecinaba.
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𝚁𝚎𝚌𝚒𝚙𝚛𝚘𝚌𝚊𝚕 • Soukoku • Finalizada
FanfictionEl amor entre Dazai Osamu y Nakahara Chuuya, es mutuo. "Chuuya era aquel muchacho por el cual Osamu se había encaprichado hasta el punto de querer protegerlo con todas sus fuerzas" "Nakahara no tenía rango en la mafia, no. Porque él valía más que cu...