La oscuridad se iba apoderando cada vez más de las calles de París.
Y mientras la noche caía, las luces de los faroles empezaban a iluminar las aceras y los edificios.
El ruido de las personas poco a poco iba desapareciendo en la lejanía. Aunque fuese una ciudad ajetreada, las noches se llenaban de una tranquilidad arrolladora y cálida.
Cabizbaja y lenta, Natalie seguía su camino a casa. Nada parecía importarle, estaba distraída en sus pensamientos.
Para ella, una de las cosas que le dedicaba mayor tiempo e importancia, era llevar el control de su vida.
Cada tarea, cada movimiento, cada situación tenía que estar estrictamente agendado y planeado para evitar cualquier clase de imprevisto o si fuese el caso de que algo no planeado sucediera, poder manejarlo sin problemas.
El hecho fue que ese día se salió de la manos, se salió de la agenda y de cualquier programa que hubiese previsto para terminar siendo el día más caótico en su vida.
Fue la primera vez que se sintió perdida, sin poder manejar lo sucedido, sin respuestas ni soluciones, sólo un gran desconcierto que no podía evitar.
El parpadeo de un farol, distrajo de los pensamientos a la desdichada asistente.
Había caminado ya varias cuadras sumergida en las innumerables recapitulaciones de lo pasado en el día.
Miró por unos minutos aquella luz que desentonaba con el unísono de los demás faroles que en cientos de metros mantenían la luz clara y brillante.
Algo de eso la incomodaba cada vez más, como si con cada parpadeo se volviera más y más irritante.
- No puedo creer que en esta ciudad no puedan mantener ni las luces correctamente, ¿Quién se supone que vigila esto? - miró a su alrededor en busca de algo o alguien que pudiera proporcionarle una respuesta.
Un joven salonero de cabello oscuro que se encontraba limpiando una mesa de un café justo en frente de la lámpara, escucho su queja y respondió con voz tranquila
- Ese farol a estado así por un tiempo, yo lo note el primer día, luego me acostumbré, sin embargo es la primera vez que escucho a alguien reclamar por ello ... pero no se preocupe, ya mañana reportaré el problema y vendrán a cambiarlo -
Natalie mantenía la mirada fijada en el chico, después de unos segundos en silencio cerro sus ojos por un instante y dijo
- De acuerdo... eso será lo mejor, le agradezco
- No hay problema, que tenga una linda noche
El muchacho continuó sus labores y entró al café en breve.
Natalie quedó en silencio por unos minutos contemplando la lámpara nuevamente, no obstante ya no percibía lo mismo que la hacía sentir molesta.
De pronto algo en ella encendió una idea que jamás había tenido, como si los caminos que recorrían los pensamientos hacia la lógica de su vida, tomarán otra dirección.
Claro que nadie lo notaba, solamente ella. Claro que a nadie le preocupaba, solamente a ella. Claro que todos se acostumbraban, excepto ella.
Quizá el destino le tenía preparada la moraleja de su vida en ese mismo instante, en ese día, en ese camino, con ese salonero y ese farol.
Su vida había sido como todos los demás faroles, y ese día como aquel farol en particular.
Era la luz parpadeante entre cientos de otras luces perfectas. Sin embargo esa luz no hacía que las demás oscurecieran ni un poco.
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El cumpleaños de Natalie (TERMINADA) - Miraculous Ladybug -
FanfictionPara Natalie su vida gira en torno al trabajo: las tareas diarias, los compromisos, ser cómplice de un super villano y cuidar que todo marche perfectamente en la mansión Agreste. Sin embargo, es hora de tomar un descanso y decide que el día de su c...