IV. PRÍNCIPE DE IRLANDA
Lena
Lena estaba por terminar de desayunar por sí misma en el vacío comedor principal del castillo. El Príncipe la había visitado en su habitación un poco mas temprano esa misma mañana, haciéndola saber que ya era hora para que esté despierta y sin decir una sola palabra más. Luego dejó el castillo, yendo a solo Dios sabe dónde.
Lena ayudó a Betty a levantar la mesa del desayuno y a poner los utensilios en orden cuando ésta terminó la comida. Insistía hasta la muerte de ayudar a Betty, hasta que esta finalmente accedió.
Lena sabía perfectamente lo que se sentía ponerse en los zapatos de Betty, siendo ella misma una plebeya, así que insistía a ayudar a la mujer mayor con sus deberes cada vez que podía, sin que el Príncipe se entere.
Un hombre la estaba esperando en los jardines del castillo, al cual reconoció inmediatamente como el hombre que la arrastró contra su voluntad aquel horroroso día de La Cosecha hasta la primera fila. El hombre se introdujo como Laird, tomando la mano de Lena y haciendo un tipo de reverencia.
—Lo lamento si fui un poco descortés ayer por la tarde; espero no haber causado ningún daño. —se disculpó Laird con simpatía.
—No te preocupes, no lo hicisteis. —Lena lo reaseguró, discretamente llevando su mano izquierda hasta su brazo derecho para tapar el moratón que el hombre había dejado.
—¿Nos vamos? Hay alguien que muere por conocerte.
Ambos se hicieron paso por los inmensos y confusos laberintos de arbustos que ocupaban la mayor parte de los jardines del palacio, hasta que al fin llegaron a los establos.
—Aquí es donde el Principe Harry tiene sus preciados caballos. Dejará que elijas uno propio y te enseñará el mismo a montarlo. Le gustaría que disfrutes de sus pasatiempos tanto como él lo hace.
Ingresaron a los establos, donde decenas de majestuosas criaturas eran forzadas a vivir en sus pequeños compartimentos. Sus sementales eran los caballos más hermosos que Lena había visto en toda su vida.
Se detuvieron frente a un puesto abierto, y Laird se volvió hacia Lena. —Aquí es donde te dejo. Que tengas un buen resto del día. —Laird sonrió y salió de los establos.
—Así que finalmente nos conocemos. —Una repentina voz sobresaltó a Lena. Dio un pequeño saltito y se dio la vuelta, hacia el puesto abierto, donde un hombre rubio y guapo desmontó un semental del lado izquierdo. El hombre tomó la mano de Lena y se inclinó—. Es un placer conocerte, Señorita Lena. —Besó la mano de Lena.
—Perdóname, pero te confundes. No tengo el titulo de Señora.
—Por ahora, —lo dijo como si no tuviera mucha importancia para el, prosiguiendo a presentarse a la dama —. El nombre es Niall. Príncipe de Irlanda. Próximamente Rey. —El hombre se presentó con orgullo.
Los ojos de Lena se abrieron con sorpresa, y tan pronto como escuchó esas palabras salir de los labios de Niall, ella hizo una reverencia —. Lo-lo siento, mi señor. No tenia idea. Es un placer. —Lena se disculpó por su comportamiento anterior.
—No te preocupes, amor. El placer es todo mío.—Le sonrió a Lena.
Ella se quedo atónita. Esa sonrisa divina, los dientes mas perfectos y ese fuerte y encantador acento irlandés que volvía loca a cualquiera. Niall no se quedo atrás en los pensamientos, mirando a Lena de pies a cabeza detenidamente.
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The Harvest || h.s. [ESPAÑOL]
FanfictionLuego de la misteriosa desaparición de los Reyes de Adwick y el suicidio de la esposa del Príncipe Harry debido a no poder soportar más la subida de poder a la cabeza de su marido, nació La Cosecha. En este temido evento anual, las señoritas residen...