electricidad

275 41 1
                                    


Las ocho en punto de la mañana, ya puede escucharse el agetreo y emoción de una joven rubia revoloteando por toda la casa mientras se aseaba y se vestía.

— ¡Que nos vamos al festival!

Pasada una hora, se podía ver a Lisa junto a sus madres paseando por la calle mayor de Salem, repleta de gente y de tiendecitas de lo más humildes pero llamativas, con infinidad de artilugios, bisutería, libros y pociones, hasta vestimenta de todo tipo y color.

— ¡Algodón de azucar!

Lisa corre de un lado hacia otro, sin poder guardar toda la emoción que había dentro de ella. Realmente no parecía una chica de dieciocho años.

Tras un largo paseo llegan al centro de la ciudad, donde se situa el Coliseo, lugar de entretenimiento, teatro, musical y, por supuesto, lucha. En este gran Festival se presenta a la nueva generación de brujas drángor, las encargadas de defender la ciudad y luchar contra los monstruos hasta las siguientes generaciones.

Las luchas se hacen entre las mejores cinco brujas de cada casa o "aquelarre", aquel representado por un elemento único. Cuando por fin se consigue una ganadora, será proclamada Reina del Festival, lo que le otorgará una gran cantidad de dinero, fama y reconocimiento.

— Wow...

Lisa no da crédito a todo lo que ve, se siente perdida y conmocionada, tanto que se aleja sin darse cuenta de sus madres y termina en un pequeño callejón más apartado.

— Como no te dejes ganar, la llevas clara, niñata.

Se pueden escuchar unas bofetadas y golpes más adelante. Lisa, con cuidado se asoma, viendo a unos matones acorralando a una joven morena.

— Dile a la zorra de Nancy que nunca podrá ser la Reina del Festival, ni hoy, ni dentro de veinte, cuarenta u ochenta años.

Tras esto, la joven escupe su propia sangre a la cara de aquellos matones.

— Maldita puta de hielo desagradecida... —Uno de ellos la agarra del cuello— ¿Tú sabes lo fácil que sería para nosotros forzarte aquí mismo hasta que no pudieses volver a andar?

La sangre de Lisa empieza a arder, los dientes chirriando entre sí de la rabia, y su mano destrozando la pared sin darse cuenta.

La joven morena consigue zafarse de quien la agarra y le propina una patada en todos los testículos, pero con la mala suerte de tener a otros tres hombres detrás suya.

En cuestión de milisegundos, Lisa puede ver el puño de uno de ellos acercarse a cámara lenta a la cara de aquella chica.

Sin pensárselo dos veces, en un simple pestañeo corre en forma de rayo llevándose en brazos a la susodicha, lejos de aquel callejón, y para cuando los demás se habían dado cuenta, ya nadie estaba allí, tan solo una ráfaga de viento eléctrico azotándoles.

salem's legacy. [on hold]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora