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POV Josie

--¡Porque simplemente no te alejas de mí y me dejas en paz! —Grite mientras entraba a mi recamara.

--¿Estas seguras que quieres que haga eso? —Me respondió una voz sube y tentadora de tras de mí.

-- ¡No sé qué quieres de mi Penélope! —Aún seguía alterada, me voltee para poder verla a los ojos.

--Ese es el problema—Hizo una pequeña pausa—No solo quiero algo de ti, te quiero totalmente a ti—Siguió acercándose cada vez más a mi muy sensualmente como era de costumbre que lo hiciera. No sé qué tenía ella, pero lograba ponerme nerviosa cada vez que se acercaba a mí.

Pase saliva muy forzosamente, me cubrió un escalofrió por todo el cuerpo.

--Yo--Me quede totalmente sin palabras

Ella soltó una pequeña sonrisa juguetona, le encantaba ponerme es esa situación, le encantaba dejarme sin palabras y no le era tan difícil, solo bastaba con su hermosa voz suave y tentadora, verme con esos ojos verdes y sentir su tan refrescante aroma. Además de la manía que tenía de morderse el labio inferior.

Ella era como un imán, cada vez que nos acercábamos tenía la necesidad de no despegarme de ella. Pero como lo magnético, nosotras también teníamos nuestros lados opuestos, era la parte de nuestra relación que ocupaba más espacio. Pero aquellos momentos en los que conectábamos, eran de los mejores que podría vivir en mi vida.

--¿Qué es lo que tú quieres? —se acercó hasta rosar sus labios con los míos, haciéndome cerrar los ojos y dejar la boca media abierta.

--A ti—Conteste con la voz entre cortada y suspiros--¡No! —Pude soltar por fin empujándola un poco lejos de mi cuerpo.

Ella solo soltó una carcajada sarcástica.

--No puedes resistirte—Siguió con voz tentadora—Sabes muy bien que lo que sientes por mí no ha cambiado y nunca va a cambiar, siempre seré yo quien te ponga los pelos de punta y te haga estremecer cuando estas cerca. Aun estas enamoradas de mi—Se quedó otro momento callada—¿O me lo vas a negar? —Termino con voz retadora.

Volví a tragar saliva, todo lo que decía era cierto. Nunca pude dejar de sentir el amor que le tenía, pero lo que me había hecho nunca se lo perdonaría. Además de que varias de las cosas que teníamos de diferencia hacia que no quisiera tenerla cerca tanto tiempo.

--No es cierto—Conteste con voz baja

--¿No es cierto? —Sonrió de nuevo un poco, después se acercó más a mí—Mírame a los ojos, dímelo de frente, dime que quieres que me aleje y te prometo que lo hare.

La vi a los ojos, mi mente me decía que de una vez por todas acabara con esto y le dejara en claro que no quería que se volviera a acercar a mí, pero mi boca no podía pronunciar las palabras. Agache la cabeza con un gran suspiro. Ella, con su mano, me tomo de la barbilla y me levanto la cara para que la volviera a ver a los ojos.

--Te lo dije—Soltó con una pequeña sonrisa, mueca de satisfacción, otra vez me tenía donde ella quería. Se inclinó un poco hacia mí y deposito un tierno y suave beso en mis labios, dejándome con ganas de más.

--Tengo clase, pero te apuesto que nos vemos al rato—Se separó de mí y vi como salía lentamente de la habitación. Movía las caderas, sabía que la estaba viendo, me provocaba cada vez más. No le quite la mirada de encima hasta que se desapareció al dar vuelta de la puerta del cuarto.

Solté otro gran suspiro

--¡Te odio! —Grite entre mi con un gran suspiro y dos lagrimas corriendo por mis mejillas.

Enredadas EmbrujadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora