capitulo 23

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“There’s no sight on earth more appealing than that of a woman making dinner for someone she loves.”

Thomas Wolfe

Nadie jodía a Prima Mcnaughton y se salía con la suya.

Prima estaba furiosa con sigo misma por creerse la historia de su madre buscándola. Pero era esa tal Susan Percy la que tenía que pagar. Prima sabía que Susan y Parker iban a estar en una de las saunas para una película de clase. Eso era todo lo que necesitaba.

Con el bikini en la mano. Prima corrió por las escaleras del spa, casi cayéndose al llegar al final al chocar con un tío buenísimo. Alto y fuerte, con el pelo trigueño y ojos claros, llevaba una camiseta azul y vaqueros.

Guau. Pausa. Susan puede esperar. Gracias a Dios que Prima llevaba un mini vestido y tacones altos. Hora de entrar en acción.

Prima se presentó. El chico dijo que su nombre era Ben, que estaba buscando a una amiga. Alguien en recepción le había dicho que Sam Sharpe estaba rodando en la sauna Monte Santa Elena; ¿sabía ella donde estaba?

Prima había hecho los deberes y señaló confiada a la tercera puerta a la izquierda. ¿Iba Ben a cambiarse? Porque Prima estaba a punto de ponerse su bikini rosa ¿A lo mejor podían entrar juntos?

Pero Ben estaba encaprichado. Buscaba a Sam y una chica llamada Anna Percy.

¿Anna Percy? ¿Era esa puta la hermana de Susan? ¡era una puta conspiración!

Ben dejó a Prima y fue a la sauna. Prima le miró entrar, era hora de pagar. Alguien había dejado un largo palo de metal de ejercicios en la esquina del fondo. Perfecto. Cuando la puerta de la sauna se había cerrado por completo, Prima colocó el palo a través del manilla.

Bingo. Estaban encerrados.

Oh, sabía que había un botón de emergencias dentro. Pêro tardaría bastante hasta que alguien lo encontrara y todavía más en que alguien fuera a ayudar.

Prima sonrió. La venganza era realmente dulce. Se hechó los rizos rojos sobre el hombro. Luego se alejó lo más rápido posible.

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