Desconocidos

Capítulo 1 - Destino o casualidad.

MARIA ANDREA:

Estaba de compras con mi mejor amiga y su novio. Maria es la mejor, siempre ha estado para mí.

Nos encontrábamos en la feria de comida, sentados y esperando nuestra pizza.
Desde que rompí con Salva no había querido salir, fue duro, yo lo amaba, pero eso tenía que terminar.

  - Morales, coño, no me gusta que estés así- dijo Maria refiriéndose a mí, al notarme perdida. Estaba otra vez pensando en él, en Salva.
  - No puedo olvidarlo- dije mirando a otro lado, tenía los ojos cristalizados y las lágrimas amenazaban con salir.
  - Cuñada, no te pongas así, sé que él es como mi hermano, pero eso tuvo que terminar. Mereces a alguien mejor, ya lo conseguirás- dijo Logan, supongo que tratando de hacerme sentir bien.
  - No lo haré, no conseguiré a más nadie como él- dije esto y se me salió una lágrima, la limpié rápidamente antes que se dieran cuenta. Ya era tarde.
  - Joder Morales, no seas negativa-
  - Es cierto cuñada ¡llevas dos putas semanas en este plan!- dijo Logan un poco molesto de mis respuestas últimamente hacia el tema.
 
Estaba cabreada, Logan y Maria no sabían lo que se sentía. Ellos no podían juzgarme.
  - ¡COÑO! ¿Pueden dejar de juzgarme y entender que perdí el amor de mi vida? ¡Pónganse en mis putos zapatos!- dije gritando y llorando.
  - ¡ESPERA MORALES!- gritó mi mejor amiga al verme correr hacia otro lugar. Pero no le di importancia, seguí caminando a otros lugares.
 
No sabía qué pensar, me dolía la cabeza y estaba confundida.
Cuando estoy caminando, un chico con unas malteadas tropieza conmigo y me embarra toda de éstas.
  - Lo que me faltaba- susurré, cuando me vi toda manchada.
  El chico no decía nada, sentí que me estaba mirando, así que decidí mirarlo yo a él.
Oh Dios...
Es un chico súper lindo, cabello marrón claro, blanco, con mejillas rosadas, una sonrisa perfecta y ojos verdes. Ah, ¿mencioné que tenía un cuerpazo espectacular? Se nota que va para el gym.
Claro, ahora soy yo la que no deja de mirarlo.

  - ¡Hola! De verdad, l-lo siento, n-no era mi intención d-derramarte las malteadas- dijo el chico un poco nervioso, mirándome con sus ojos verdes, son muy hermosos.
  - No, ya, tranquilo, sólo tengo toda mi blusa blanca manchada y parezco un puto arcoíris chorreante- dije cabreada.
  - Ah, entiendo. Estás de mala hostia- dijo el chico tratando de adivinar el mar humor de mi respuesta.
  - Algo- dije un poco bajo.
  - Entiendo, bueno, yo me llamo Alejandro, ¿y tú?- dijo tomando mi mano para estrecharla.
  - Maria, Maria Morales. Puedes decirme Mari o Morales, como quieras- dije finalmente estrechándole la mano.
   - ¿Quieres cambiarte? Puedo tomar una camiseta de la tienda de mi padre- dijo tratando de limpiar todo lo que tengo encima, pero era imposible.
  - Sí, por favor- asentí.
  - Vamos- dijo tomando mi mano y llevándome a una tienda muy hermosa con muchas camisetas, pantalones y vestidos muy lujosos, eran bellísimos.
  - Elige la que quieras- dijo.
  - Oh, no, ¿no te meterás en problemas por esto?- pregunté.
  - No, a mi padre no le importará- dijo sonriendo.
  - No sé cuál elegir- dije viendo tanta ropa.
  - Ven, yo sé cual te quedaría perfecta- dijo lléndose al área de los vestidos.
  - Toma- dijo extendiéndome un vestido color rosa pastel, pegado al cuerpo y a medio muslo, con escote alante.
  - No pienso ponerme eso, sólo estaré aquí, no saldré a cenar con un chico- dije negando con la cabeza.
  - Bueno, para recompensarte lo de las malteadas, ¿quieres salir conmigo? Sólo una cena amigable, me caíste muy bien- dijo sonriéndome.
  - Está bien- dije tomando el vestido.
  - Ven, por aquí- me llevó a un cuarto gigante con un espejo.
  - Gracias-
  - De nada, Nena-
Cerré la puerta y comencé a cambiarme. Ale tenía razón, me quedaba hermoso. Es muy lindo.
Salí de ahí y vi a Alejandro sentado con la vista en su teléfono.
Carrapeé para que se diera cuenta de mi presencia e inmediatamente me miró.
Sus ojos se iluminaron y me sonrió.
  - Eres bellísima...- susurró.
  - Gracias- dije sonriendo. Creo que no quería que lo escuchara, porque se tornó a rojo en cuanto oyó mi respuesta y masculló un "mierda".
  Es demasiado tierno, joder.

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Los quiere, Marii♥