Jimin sonrió al leer el mensaje de su novio diciendo que lo esperaba en la cafetería de la universidad, estaban en época de exámenes y eran escasos los momentos que podían disfrutar juntos.
Pero todo eso pronto acabaría, dentro de unos pocos meses él y Jungkook terminarían su carrera, las noches en vela estudiando, aburridas clases, ojeras eternas, cafés infinitos y largos apuntes llegarían a su fin. Aunque tenía que admitir que iba a extrañar todo aquello, salir al mundo real, buscar un empleo y enfrentarse a los problemas sonaba más preocupante que reprobar un examen.
Cuando la clase finalizó caminó en dirección a la cafetería, sonrió al recordar cuando él y su novio prometieron casarse luego de recibirse y establecerse, lo que antes sonaba a fantadia estaba cada vez más cerca de cumplirse y no podía sentirse más afortunado. Sintió su corazón acelerarse ante la idea de colocar el anillo que había comprado meses atrás en el dedo anular de su pequeño Jungkookie, lo vería sonreír cada día de su vida, sería con quien duerma y despierte desde entonces, aquello sonaba mejor cuanto más lo pensaba.
Cuando entró en la cafetería atestada de estudiantes pudo divisar de espaldas al castaño, llevaba su característico sombrero con orejas a pesar de que los años habían pasado y aunque muchos se habían reído de él al principio poco le había importado, nada era más valioso para él que el hecho de que Jimin se sintiera seguro. El sombrero le daba seguridad, de no ser por el mismo no podría distinguir a su novio en una multitud como en la que se encontraba.
Jungkook seguía de espaldas, ignoraba su presencia, reía de lo que seguramente sería un chiste de Seokjin o la ocurrencia de cualquiera de sus amigos, decidió sorprenderlo. Cuando llegó justo detrás de él lo abrazó con fuerza, el grupo se quedó en silencio, giró al castaño en sus brazos y lo tomó de su rostro para besarlo.
Pero se detuvo a un centímetro de los labios ajenos.
Se sentía incorrecto.
La piel no era tan suave.
Los ojos no eran lo suficientemente oscuros.
Los labios eran muy gruesos.
No había un lunar bajo su labio inferior, ni una cicatriz en su mejilla.
Los anchos hombros no concordaban.
-No eres Jungkook.
-¿Jimin? -Escuchó la voz de su novio salir desde atrás del otro muchacho, al cual dejó ir.
-Lo siento -dijo al borde de las lágrimas -lamento haberte confundido -no pudo resistir más el llanto.
-Tranquilo bebé, está bien-lo abrazó para consolarlo- ¿No te diste cuenta? pudiste reconocer que no era yo a pesar de que Seokjin tenía mi sombrero -dijo besando su cabeza -lo hiciste bien, mi cielo.
-¿Lo hice?
-Lo hiciste de maravilla -dijo antes de besarlo.
Jimin se sintió infinitamente afortunado, jamás encontraría a nadie que lo ame tanto como Jungkook, nadie tan paciente y cariñoso. Sólo quería asegurarse que podría tener todo ese amor para siempre -Cásate conmigo.
El más alto sonrió -acepto.
Falta el epilogoooooooooooo uwu
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prosopagnosia || Jikook
Truyện NgắnJimin tiene prosopagnosia, por suerte también tiene a Jungkook. -Historia corta -capítulos cortos -Fluff