No podía encontrarme mejor. Me sentía feliz, ligera, única y en la mismísima gloria. Sentía como si en este momento los problemas no existieran. Como si todo y todos dejaran de existir, quedando sólo Tom y yo. Aquí. En esta cama, con mi cabeza recostada en su pecho y su mano dibujando esferas en mi espalda. No podía sentirme más completa.
- ¿Quieres saber quién soy?
- Creo que ya lo sé - dijo mirando hacia abajo, hacia mi cara, y con una sonrisa en la suya.
-Bueno, he cambiado bastante de ayer a hoy - admito.
- Entonces, sorpréndeme - dice volviendo a pegar su cabeza en la almohada, pero su sonrisa nunca abandonando su cara.
- Ayer era una chica que le temía a la soledad. A quedarse sola para siempre - veo por el rabillo del ojo como Tom frunce su ceño- Pero hoy, hoy le tengo miedo al tiempo. Hoy me asusta ver como las cosas pasan solo una vez, por muy malas o muy buenas que sean. Y que ese momento no se va a volver a repetir. - Entonces veo como Tom vuelve a subir la cabeza y me mira detenidamente. Yo, sin embargo, me quedo mirando su torso desnudo. - Ayer mi mayor sueño era ser feliz algún día. Hoy, sin lugar a dudas, lo soy. Pero me he dado cuenta de que no he sido feliz solo hoy, sino que lo he sido la mayoría de mi vida. He tenido mis altos y bajos, como todo el mundo, pero eso no significa que no sea feliz. - me pongo sobre mis antebrazos y miro a Tom con mis ojos brillando de ilusión, y aunque yo no pueda verlo, se que ese brillo debe estar ahí - Hoy mi mayor sueño es experimentar, conocer, crear o admirar. Mi mayor sueño es vivir. ¿Y sabes qué, Tom? Todo eso me lo has enseñado tú. Sólo tú. Gracias.
Y le beso en los labios.
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Cuando estoy bajando a mi habitación son las 8 de la mañana, por lo que tengo el tiempo suficiente de darme una ducha y de cambiarme de ropa.
Antes de abrir la puerta rezo mentalmente para que mi madre todavía no se haya levantado y así tener que ahorrarme la excusa, pero la suerte no está de mi lado.
- Vaya, menos mal que llegas, ¿no? - me dice con ojos de reprimenda - Me tenías preocupada, ¿dónde has estado?
- Por ahí. He hecho amigos con los amigos de Robert y nos hemos pasado toda la noche fuera - Nota mental: avisar a Robert de que lo he metido en este lío y darle las gracias por adelantado.
- ¿Y has estado todo el rato con tu primo?
- Sip - por mucho que se lo recuerde, a veces mi madre se olvida de que ya soy mayor de edad. Qué le vamos a hacer.
- Bueno... - dice notablemente más tranquila - entones ve a ducharte, que en 45 minutos debemos de estar abajo.
Así que cojo todo lo que necesito y me meto en la ducha dónde el agua me hace recordar todos los acontecimientos de la noche pasada. Y le sonrío a la nada.
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Cuando mi madre y yo llegamos al vestíbulo con nuestras maletas, me encuentro de los nervios.
No tengo ni idea de cómo será mi despedida con Tom. Ni siquiera sé si la habrá. A lo mejor se ha arrepentido de todo y no quiere ni cruzarse conmigo.
Mientras escuadriño mi alrededor con los ojos, una mano se posa en mi hombro.
-Hey - volteo inmediatamente al escuchar la voz de Tom. El corazón me va a mil al verle ahí, tan cerca de mí y tan guapo como siempre. O como ayer. - Te ves genial.
- Oh, gracias - digo con una tímida sonrisa - Tú tampoco te ves mal.
Él se ríe y parece como si alivio recorriera su cara.
- Mmm, se que resultará raro ahora pero, ¿me puedes dejar tu número de teléfono? - Una carcajada sale de mi boca al darme cuenta de que ni siquiera nos habíamos dado los números de teléfono y ya nos habíamos acostado.
-Claro - digo entre risas.
-¡_______! - oigo como mi madre me llama mientras Tom y yo nos intercambios los teléfonos - ¡Vamos, el taxi ya está aquí!
- Bueno, creo que es hora de irme...
- Ya veo... - dice con un dije de tristeza. Yo le tomo de mano y digo: - Espero que nos veamos pronto, Tom.
- Yo también lo espero, _______, créeme. - dice apretándome un poco más la mano.
Y me doy la vuelta dispuesta a caminar hacia el taxi cuando me veo interrumpida por una mano que se niega a abandonar la mía, y que me gira con fuerza para hacerme topar de frente con la cara de su dueño, que no tarda ni dos segundos en posar sus labios en los míos. Y es un beso que me encanta y me duele a la vez, ya que sabe igual de bien que el primero, pero en mi interior se que probablemente sea el último.
- Muchas gracias por todo, ______. No eres consciente de ello, pero me has ayudado muchísimo - dice con su frente pegada a la mía y sus manos agarrando mi cara- Gracias.
- Gracias a ti, de verdad - digo cerrando los ojos y deseando que este momento se hiciera eterno. Pero de repente los abro, porque se que no lo es y que mi madre espera por mi. - Tengo que irme.
- Lo sé - un casto pero dulce beso es dejado mis labios y el frío me estremece cuando mi cara ya no es rodeada por sus manos.
- Adiós, Tom.
- Adiós. - dice con una dulce sonrisa a la que yo contesto igual, y me vuelvo a dar la vuelta para iniciar mi camino hacia el taxi, y en ese momento, nadie me lo impide.
Nada más subir al taxi enciendo mi móvil, buscando rápidamente una forma de distraerme. Solo me notifica que tengo 13 llamadas perdidas de mi madre, y miedo me recorrería de arriba a abajo si no la tuviera aquí a mi lado.
Y cuando el vehículo ha avanzado unos pocos metros, recibo un mensaje.
Un mensaje de Tom.
Un mensaje corto, pero que hace que mi sonrisa y mis ilusiones se hagan inmensas.
Tom: #1.FIN.
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Bueno espero que le haya gustado este One Short y espero muy pronto en adaptar otra historia 💕