Metamorfosis

Prefacio

Sus ojos en mí. Tan atrapantes como siempre lo fueron. Atentos a cada movimiento que hacía, no me dejaban pensar en una forma para escapar de él. Me dolió mucho verlo de esta forma, ¡él no era así! Nunca lo fue. Dio un paso hacia mí y retrocedí otro. Esbozó una pequeña sonrisa. Esa expresión que tanto me gustaba, y que ahora me aterraba ver.

-¿Estas segura…que quieres hacerlo de esta forma?- murmuró leyendo mis pensamientos. Temblé. No me quedaba otra.

Corrí, adentrándome en el bosque. El me seguía detrás, pero yo era más rápida. Esquivé las rocas en mi camino y pasé entre los árboles dejándolo atrás.

Hasta que escuché a los perros ladrar y mi corazón se detuvo.

Debía encontrar el río, debía encontrar ayuda de alguna forma, mi vida no podía terminar así.

“¡Papá!”, llamé en lo profundo de mi pensamiento. Mis lágrimas comenzaron a caer. “Papá, ¿dónde estás?” 

Su respuesta no llegó. Tenía que acercarme al río, tal vez estaba allí.

Maldije cada momento que pasé junto a él… todo lo que renuncié por él…

Por un momento, me pareció no oír más nada. Miré hacia atrás para intentar vislumbrar algo y sin darme cuenta, golpeé una roca grande, cayendo. Sentí el dolor en mi cuerpo y no podía levantarme sin agonizar por el dolor en el pie.

—¿Por qué tienes que hacerlo así? Sabes que no puedes huir de mí— decía acercándose a mí. ¿De dónde había salido? Me hice para atrás alejándome a rastras, pero parecía inútil. Se agachó y con una mano me tomó el pie golpeado y con un movimiento me lo quebró.

Grité. Se posicionó encima de mí con la mirada llena de lujuria, sin importarle mi sufrimiento, o el hecho de que no quisiera estar con él. No parecía el mismo, me dolía el pecho.

-Por favor…-gemí.

-Te amo-murmuró. Esta vez no sentí su amor, comenzó a besar mi cuello sin decoro. Sus manos recorrían mi cuerpo, invadiendolo. Sentí asco. No pude evitar llorar.

“Lo prometiste…”