Metamorfosis

Capitulo 2 "Hadad"

Abrí los ojos.

Me dolía mucho la cabeza ¿Dónde estoy? Toqué y distinguí el piso por lo caliente, duro y áspero. Me senté y el dolor se hizo más intenso. Mi cuerpo temblaba involuntariamente, parecía que mis brazos se saldrían de mi cuerpo con un solo movimiento. No podía distinguir nada, todo se veía borroso. Todo estaba caliente. Muy. Algo grande se quemaba enfrente de mí. Desvié mi vista porque alguien me estaba tocando.

-Dafne, ¿estás bien?-su voz era familiar. Quise responder pero no me salía la voz. Aquella persona me alzó en brazos.- No te preocupes, lo estarás...

-¿Quién eres?-pregunté. Mi voz estaba ronca.

-¿No puedes ver nada?-negué con la cabeza -¿Por qué no duermes un poco? Yo te cuidaré... Confía en mí...

Cuando dijo esto, me sentía desmayar. Sí, tenía un poco de sueño. ¿O era solo porque él lo decía? No entendía nada. Cerré los ojos y me dejé llevar.

Ω

Una brisa fresca movía mechones de mi cabello qué invadían mi cara haciéndome cosquillas. Me lo corrí con la mano. Había un aroma a césped y a flores que me molestaba. ¿Césped y flores? Me extrañé. Abrí con dificultad mis ojos bien cerrados, los rayos del sol me cegaban. Me senté sobre mi misma.

Quedé estupefacta al ver claramente que me encontraba sobre un campo de flores silvestres. En realidad no sabía si eran silvestres, yo no las reconocía. Desde donde me encontraba, podía visualizar un río, corriendo alrededor de donde comenzaba un bosque grande y frondoso. Me puse de pie enseguida y me agarré la cabeza ¿Dónde estoy? ¿Qué pasó con Chris? ¿Acaso morí?

-No, no estás muerta.-dijo una voz detrás de mí.

Me giré y la ira me invadió al ver al chico del cine sonriéndome. Me abalancé sobre él y comencé a golpearlo con los puños cerrados pero él no reaccionaba a los golpes. Como si no le doliera.

-¡Eres un monstruo! ¡Un asesino! ¡Déjame ir!- me tomaba de los brazos para que me detuviera porque empecé a moverme sin parar. Me sostuvo con fuerza.- ¡¿Qué es lo que quieres?!-le grité con lágrimas en los ojos.

-Quiero que te calmes. Tenemos que hablar.

-¡Yo no tengo nada que hablar contigo!- ¿Qué hizo con mis amigos? ¿Dónde está Chris?, pensé mirando alrededor, desesperada buscando una forma de volver.

-Ellos están bien.-me tranquilizó. Me detuve en seco.

-¿Cómo supiste lo que...? ¿Hablas en serio?-lo miré directo a los ojos para ver que no mintiera.

-Sí, bueno, están vivos, eso es lo importante, ¿no?- No, eso no me tranquiliza. Estaba a punto de golpearlo pero me frenó.- Es una broma. Están bien. ¿Ahora te calmarás?

Me soltó y di unos pasos hacia atrás callada. Lo observé bien y para mi sorpresa lucía diferente. Estaba vestido de negro, camisa y pantalón. Tenía los pies descalzos y su pelo estaba enmarañado. No había notado que sus ojos habían cambiado hasta que me choqué con ellos. Sus ojos eran grises. Profundamente tristes.

Cuando esbozó una sonrisa autosuficiente, recobré la compostura.

-Eres el hombre del cine, el que me sostuvo cuando me caí.