Pasaron quince días enteros de viaje y aún no llegabamos a nuestro real destino pero lo que veía era más allá de un sueño.
Tuve que usar mi poder para proteger el barco de lo que llamaban "piratas". Teníamos que llegar a toda costa.
Mikasa despertó al tercer día, toda ella era diferente y fue tan complicado que me aceptara, a veces la sentía tan perdida.
Desde entonces me encargué de ayudarla a recordar pero era difícil estando en un lugar totalmente desconocido para nosotros y al que en verdad pertenecemos... no podremos volver.
-Mikasa... vas muy bien.
-Gracias... ya quiero caminar por mi cuenta.Recuperó el habla antes que la posibilidad para caminar pero no se rinde y esa es una de las tantas partes que amo de ella.
Aún no recuerda todo, salvo a que éramos amigos desde la infancia y recuerda un poco de Eren, no quiere verlo ni en pintura.
Como él nos lo dijo aquel día, la sangre Ackerman que posee Mikasa la había unido a él para protegerlo, todo este tiempo fue por cumplir su deber y si le soportó tantas bajezas fue sólo porque estaba esclavizada por la fuerza del legado que heredó. Ahora que está roto ese vínculo, lo puede mirar como a cualquier otro sin inmutarse siquiera. Le mencioné su nombre y ella sólo puede recordar lo infeliz que se sentía.
-Bien, Mikasa... ahora ven tu sola hasta acá.
-¿Es broma Armin? Puedo ir más lejos.
-Eso quiero ver.Mikasa se levantó de la silla e inicio con pasos lentos, la distancia no es tan larga, son apenas unos cuatro metros pero si lo logra, puedo dar por garantizado que va a recuperar el movimiento muy pronto.
Ella ya había avanzado gran parte, se veía tan tierna intentando caminar otra vez...
-Mikasa.
Cayó sobre mí después de que el movimiento del barco la hiciera perder el equilibrio.
Está tan cerca de mí, ahora...
-¿Estás bien?
-Lo estoy, perdóname- se puso a llorar.
-No, no llores...
-Armin ya no quiero ser una carga para ti... quiero volver a caminar, quiero recordar.
-No eres ninguna carga para mí- la abracé con más fuerza - eres mi mejor amiga y pasé lo que pasé vamos a estar juntos, estaré contigo para todo... ellos dijeron que sería difícil más no imposible.
-Gracias...Ella acurrucó su cabeza en mi pecho sin despegarse de mí, toda su peso está distribuido por el mío, y no puedo dejar de abrazarla... la necesito cerca, quisiera poder acariciar su figura y decirle una y mil veces que la quiero más que a mí.
-Hey tortolos, éste no es lugar para hacer eso.
Hitch llegó en un mal momento.
-Perdón.
Mikasa se disculpó con una tierna sonrisa y se sentó en el suelo, yo me incorporé y la tomé de las manos para levantarla.
Estando de pie ella se recargo en mí para sostenerse, yo la sujetaba de la cintura por seguridad.
Hitch bajó y acercó la silla a Mikasa para que descansará.
-No voy a preguntar que estaban haciendo porque eso es obvio.
-No es lo que piensas.
-Si, si, como sea... creo que sería una buena forma de distraer la mente en medio de este lugar, veo a todos lados mar, mar y más mar... es aburrido.
-Un poco pero ya no tardamos en llegar.
-Eso espero. Oye Mika...
-¿Si?
-¿Nunca estuviste antes en esa nación?
-Creo que desde siempre estuve en Erdia. Lo único que sé es que esta marca en mi muñeca me hace parte de ellos.
-Vaya... pues creo que será un gran cambio para nosotros.
-¿Estás lista?
-Por supuesto que si. ¿Y ustedes?
-Un poco.
-Tengo miedo.
-¿De qué? Al fin vas a conocer a los tuyos.
-Si pero... ellos no dejan de llamarme "salvadora" creo que se decepcionaran al ver que nisiquiera puedo caminar.
-Tranquila, Mika para eso tienes a tu instructor especial- lanzó una mirada pícara y descarada a los dos- los dejo solos otra vez, iré a ver que vamos a comer hoy.
-Nos vemos, Hitch.
-Oigan, si van a hacer algo... para eso están las habitaciones - se fue corriendo con una sonrisa de lado a lado.
-¿Hacer que?
-Na-nada Mikasa... ya conoces a Hitch es muy bromista.
-Bueno.
-¿Seguimos?
-Por favor.
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Querida mejor amiga
Fanfiction¿Qué somos ahora? Después de probar sus labios y desprenderse de los límites que había puesto para proteger a su mejor amiga de sí mismo, surgió aquella pregunta que definiría su destino. Debió ser siempre sólo un sueño o podría ser el comienzo de...