Capítulo 6 "¿Más que amigos?"

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¿Qué debería esperar? No tengo ni la más remota idea, tan sólo sé que no quiero perderla. No quiero arrepentirme de lo que ha pasado hoy y tener que olvidar lo más real que he sentido en mi vida... fue demasiado bello.

-Armin... necesito tiempo para pensarlo.
-Puedes tomarte el tiempo que necesites.

Intenté no sonar abatido por su respuesta.

-Quiero que sepas que no cambiaría nada de lo que ha pasado, simplemente quisiera saber que es lo que siento en este momento.
-Lo entiendo y no voy a presionarte. Podría esperar por ti, toda una vida.

Maldita sea, Armin... no empieces.

Me regañe a mí mismo después de ese comentario cursi. ¿Será que a Mikasa le gustan esas cosas o no?

Ella salió de la habitación y a pesar de ese instante supe que nada iba a ser igual... no me equivoqué.

Mikasa comenzó a actuar rara conmigo, más distante pero por ilógico que parezca sentía más de su atención en mí. Aunque me evitará, sabía que estaba ahí mirando a lo lejos.

Una bella forma de ilusionarme y cortarme las alas a su vez. Una belleza de cabellos negros, labios de durazno y ojos de perdición, ese era mi talón de Aquiles, mi única debilidad y mi mayor razón para seguir vivo.

Días después...

Comencé a estudiar el entorno, aprender sus reglas sociales, sus protocolos y sus costumbres. Volver a nuestro hogar parecía imposible después de que Eren nos declarará la guerra, algunas veces me pregunto en qué momento se estropeó todo, en que instante dejamos de ser uno sólo y nos disparamos por la espalda.

También me preguntó... si Mikasa piensa en él, y es la razón por la que se demora tanto en su decisión final.

Después de que liberará de él... ¿Qué todo cambiaría?

-Armin.

Sus brazos me rodearon por detrás, acurrucó su cabeza en mi hombro y su aliento fresco llegó hasta a mí como el elixir bendito.

-Hola.
-¿Qué haces?
-Leo un poco para entender mejor nuestro nuevo lugar. Ha pasado una semana y aún no logro acostumbrarme, constantemente está en mi ese sentimiento de...
-¿Querer volver?
-Así es, no es que no me guste aquí pero aún me siento como un completo desconocido.

Así como me siento ahora contigo...

-¿Te molesta si me quedo contigo?
-Toma asiento.
-Gracias.

Ella se recargo en mi hombro y yo seguí leyendo el libro que tome de su biblioteca.

-Armin.
-¿Si?
-Tengo que contarte algo importante.
-Anda, dime.

Su voz se puso tensa de un momento a otro, como si realmente no quisiera soltarlo. Lo sé porque esos son los detalles que he observado toda esta vida junto a ella.

-Uff no... olvídalo.
-Mikasa... ¿Qué pasa?
-Yo... uhmm - sus ojos no mantenían un dirección, era como si buscarán algo- ah sí, ya he pensado las cosas respecto a nosotros y lo que pasó.
-Te escucho.

No estaba listo para hablar del tema, mis hombros recibieron una tensión extraordinaria y mi pecho se sentía comprimido, como si la propia Mikasa tomará mi corazón para hacer con el cualquier cosa que se le viniera a la mente, arrojarlo o cuidarlo. ¿Qué es lo que haría?

-Si vamos a estar aquí por siempre, creo que deberíamos tomarlo ahora.
-¿Qué quieres decir?
-Confío en la verdad de tus palabras, debo admitir que desde entonces pienso mucho en ti e imaginar las cosas contigo me hace sentir tan emocionada como a una niña, no creo que vaya a ser tan fácil pero realmente se que no hay nadie mejor a quien elegir para lo que sigue, lo pienso una y mil veces, y sé que puedo sentirme segura a tu lado.
-¿Estás haciendo esto por compasión?
-No... no es por eso.
-¿Entonces por qué?
-Porque en mi mente no hay nadie más que tú. Hey... ¿Tú me amas aún?
-En ningún sólo segundo del día dejó de amarte, te amo cuando estás lejos y cuando estás cerca, cuando estoy contigo y cuando duermo... no hay sólo instante que me olvidé de este sentimiento, sobretodo después de eso... te amaba incluso antes de saber lo que era eso.

Ella sonrió con lágrimas en los ojos y me abrazó, tal vez, para ocultar aquel llanto que la doblegaba por alguna razón.

Mi Mikasa no es débil... quiero pensar que comienza a darme una oportunidad. ¿Lo es?

La tomé del mentón con delicadeza y la miré.

Juro por mi vida que es la mujer más hermosa que puede existir, que no hay nada que se le asemeje ni aquí ni al otro lado del mundo... ella es una en un millar.

Acerqué mis labios a los de ella y concedió el beso que me hizo sentir que todo estaría bien.

Un beso inocente, un beso sentimental con toques salados por las lágrimas derramadas pero al final de cuentas era puro y me llenaba por dentro.

-Esto significa que nosotros ahora somos...
-Pareja. Desde ahora seremos el uno para el otro.
-Mikasa...
-No me imagino mi vida con nadie más... creo en ti y en que tu cariño me corresponde como estos sentimientos que te entregaré por el resto de mi vida.

Estos días fueron increíblemente largos, vacíos, tormentoso sin poderme acercarme a ella para respetar su espacio y no presionarle. Ahora tengo una respuesta clara pero... la pregunta es inevitable.

¿Seré capaz de hacerla feliz? ¿Lo que siento por ella será suficiente para llenar su corazón? ¿Podríamos ser más que amigos?

No lo sé, pero voy a intentarlo porque es todo lo que tengo. Le he adorado desde el momento en que nuestras vidas se cruzaron así que daré todo de mí para hacerla feliz.

-Voy a cuidarte, amarte y ser parte de tu felicidad.
-Confío en ti, será recíproco.

Besé su frente y enseguida sus manos. Fue así que en medio del atardecer, dentro de u  mundo aún desconocido para nosotros que decidimos dar el primer paso a aquello que dirigiría nuestras vidas a partir de esa promesa de ser uno.

Inició mi lucha por enamorar a mi primer amor. Aún cuando sus labios me correspondan, sé que no es suficiente, la atracción y el capricho se olvidan con el tiempo pero sólo la fortaleza de los sentimientos son los que definirán hasta que momento Mikasa dejará de ser mi amada.

Querida mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora