Capítulo 5 "Lo que siempre sentí por ti"

1.1K 100 86
                                    

Nos recostamos en la cama como en días pasados pero esta vez es diferente, estamos solos y únicamente unos centímetros nos separan, ella duerme serena cerca de mí, sus mechones oscuros caen ligeros por su carita, sus pestañas descansan sobre sus mejillas y sus labios están ligeramente abiertos... yo quisiera probarlos.

Con una suave y apenas perceptible caricia acomode su pelo detrás de su oreja, ella hizo un movimiento repentino pero siguió durmiendo.

Me acerqué más a ella con cuidado para respirar su dulzura... tan sólo en estos momentos es cuando puedo tomar más de lo que merezco.

Depósito un beso su frente y sigo apreciando a la belleza que tengo frente a mí. Y es que es imposible ignorarla, brilla con luz propia y el misterio que la encarna la hacen adictiva.

Hablar de ella, ser testigo de su risa, su llanto, sus buenos y malos momentos, estar cerca sin decir nada es mi único consuelo ante este sentimiento que por dentro me hace trizas cada ves que veo lo inalcanzable que es.

La tengo a centímetros pero su corazón esta a una altura extraordinaria para mí.

-Armin... perdón me quedé dormida.
-No te preocupes, yo también estoy cansado por el viaje.
-¿Crees que nos acostumbremos a esto?
-Tenemos que hacerlo, no hay de otra.
-En la Legión peleábamos... ¿Aquí que haremos?
-¿Ya te has aburrido?
-Un poco... juguemos a algo.
-¿Qué propones?
-Uhmm atrapame.

Se levantó de golpe y yo fui tras ella alrededor de la inmensa habitación que me dieron. Después de muchas vueltas y haber dejado un desorden la atrapé y la abracé por la cintura con fuerza. Su pecho palpita, tiene la respiración tan agitada como la mía y siento calor por todo el cuerpo.

Ella me miraba con ternura, así como suele hacerlo.

-Seguimos jugando los mismos juegos de críos.
-Fue tu idea.
-Lo sé, y me divertí.
-Yo también.

Mis manos no quieren soltarla, y ella tampoco me lo hace fácil.

-Armin... cuando morí... ¿Qué fue lo ultmo que dijiste?
-No lo recuerdo.

Mentía pero no iba a decirle "Oye adivina que te he amado desde niños pero jamás me atreví a decirlo por mi cuenta".

No eso definitivamente no pasaría.

-Yo si lo recuerdo.
-¿Eh?

El mundo se me vino abajo.

-¿Me amas?
-Yo... yo...
-¿Por qué?

Ella cuestionaba sin que le temblará la voz, yo en cambio sentía como me hacía pequeño otra vez. ¿Qué debería decirle?

Lo sabe... ¿Por qué no soltarlo ahora?

-Mikasa... desde siempre te he mirado sólo a ti. Eres magnífica, llegué a un punto en que el simple hecho de verte me hacía feliz... más que cualquier cosa. Ese día... no quería perderte porque si algo te pasa me afecta a mí, no lo perdonaría jamás.
-¿Me tienes miedo?
-Demasiado. No pienses mal... sé que querías a Eren y yo no soy competente para nadie.
-Eren es mi fastidioso hermanastro, no tenía tales sentimientos por él o al menos no puedo recordar porque dependía de alguien que me odia.
-Entiendo.
-Armin... hemos comenzado de nuevo. La verdad es que antes no te vi de ese modo, pero cuando te alejaste lo comencé resentir demasiado, me di cuenta de lo mucho que te necesito en mi vida. A diferencia de todos... tú siempre estás conmigo, eres el único que puede cuidarme. Y en toda mi vida jamás creí que una confesión me hiciera feliz.
-¿A qué te refieres?
-No quiero apartarme de tu lado nunca.

Ella me abrazó, caímos en la cama y sus lágrimas cubrían mi camisa.

¿Debo tomar esto como una aceptación a mis sentimientos por ella?

Querida mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora