La Máscara y la Piedra.

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-¿¡QUE EL ENANO HA HECHO QUÉ!?
Jocelyn Anas... digo... Joestar intentaba disfrutar de su desayuno cuando su madre la interrumpió sin mucha consideración.
- Se ha llevado las reliquias de la familia, cielo.- repuso Jolyne lavando unos platos.
-¿Y eso qué tiene que ver conmigo?- preguntó la joven llena de ira.
-Fácil.- respondió su madre.- Vas a ir a por tu hermano, adonde quiera que esté. Como si está en la India, le quiero tanto a él como la Máscara y la Piedra en casa para ayer.
-Pero mamá...
Jocelyn no pudo terminar, ya que la fina cuerda de Stone Free empezaba a oprimirle el cuello.
-Vale... vale... iré.- respondió al fin.- Pero lo hago por ti, no por el enano.
A la que se dirigía a la puerta de su casa, Jocelyn sintió el deseo de ir a ver a su abuelo. Iría, porque quería y podía.
-¡Y no llames enano a tu hermano!- gritó Jolyne.
Dos calles más abajo, Jotaro Kujo, ya retirado, se hospedaba entre figuritas de delfín y su título de biólogo marino.
Normalmente los abuelos son amables, o eso dicen. Recalcar el "eso dicen"
-Hola, Jocelyn, ¿qué quieres ahora?- preguntó secamente Jotaro.
-El enano se ha escapado y se ha llevado las movidas familiares.
El anciano Jotaro dio un sorbo al té.
-¿Y?
Típico.
- Eso me pregunto yo.- respondió Jocelyn.- Ahora tengo que ir a por él, donde quiera que esté.
Su abuelo se levantó a dejar la tetera a remojo.
-Detesto el té.- refunfuñaba. Luego se giró hacia su nieta.- Mira, niña, bastante me ha fastidiado tu madre casándose con eso que tienes por padre, así que tanto lo que hagas tú como tu hermano me la suda olímpicamente.
Jocelyn se quedó de piedra.
-Joder, gracias, abuelo.- logró responder.
Jotaro volvió a tomar asiento.
-Ahora en serio.- dijo.- Tu hermano me la trae, pero lo que se ha llevado no. Según he leído de mi abuelo, las dos cosas que se ha llevado otorgan un poder inmenso a aquel que las posee.
Jocelyn levantó una ceja.
-¿Eh?
-Máscara más piedra igual a poder.
-Gracias.
-No se merecen. El caso es que mi abuelo, sea como fuere, se cargó a aquellos que las hicieron con algo llamado Hamon.
-¿Te refieres a esto?- preguntó Jocelyn con aires de superioridad volteando una copa de vino, la cual por efecto del Hamon no se derramó.- Pensaba presentarlo al concurso de talentos del instituto.
-Sí, eso.- dijo Jotaro, nada impresionado.- Pues lo usó contra ellos. Luego yo tuve que luchar contra otro que usó la Máscara de Piedra...
Jotaro miraba una foto enmarcada y antigua que mostraba a los Crusaders en Egipto, a punto de enfrentarse a Dio.
-¿Quiénes son?- preguntó Jocelyn. Su abuelo sólo daba muestras de humanidad al mirar esa foto.
-El hombre del sombrero es tu tatarabuelo Joseph, quien murió al poco de salir tu madre de la cárcel. El de piel oscura es Mohammed Avdol, un Stand lo mató en la mansión de Dio. El del pelo cilíndrico es Jean-Pierre Polnareff, quien por vicisitudes de la vida es ahora una tortuga.
-Espera...- interrumpió Jocelyn.- ¿La tortuga que me regalaste el año pasado es ese hombre? ¿Coco es ese?
-Sí.- respondió Jotaro. Luego prosiguió.- El de negro soy yo en mi fase más emo. El perro es Iggy, murió por el mismo Stand que Avdol. Y el de verde...
Las palabras se agolpaban en la garganta del viejo Jotaro.
-Ah... Noriaki Kakyoin. Murió asesinado por Dio.
Tras esa frase, la estancia quedó en silencio hasta que Jocelyn habló.
-Solo tengo una pregunta...- dijo medio en susurros.- ¿Qué es un Stand?
Su abuelo la miró como si fuera retrasada.
-¿Es que tu madre no te enseña nada?- respondió.- A ver, ¿ves algo detrás de mí?
Star Platinum, con el pelo entrecano, apareció tras su dueño.
Jocelyn lo vio.
-Sí, una especie de hombre viejo azteca morado.
-Correcto.- dijo Jotaro.- ESO es un Stand. Y si puedes verlo significa que tu también tienes uno. Todos los de la familia tenemos, que yo sepa.
-Pues no he visto eso nunca en casa.
-No tienen porqué ser así. El de tu madre, por ejemplo, son como cuerdas.
Jocelyn dio un bote.
-¡Así que así es como lo hace!
-Sí.- respondió.- Tranquila, Jocelyn. Tu Stand despertará cuando deba hacerlo. Al parecer lo tienes de nacimiento, así que no debería tardar mucho.
Jocelyn miró la hora en su móvil y se levantó.
-Bueno, abu, sabes que me flipan mucho tus batallitas en Egipto, Morioh y la cárcel de mamá, pero tengo que irme a casa para cenar.
Jocelyn se dirigió a la puerta, pero la voz de su abuelo la interrumpió.
-Suerte, Jocelyn Joestar.
-Gracias, abuelo.
Y salió de la casa.
Jotaro Kujo se levantó y se fue a por un trapo a la cocina.
La foto de los Crusaders empezaba a coger polvo. Igual que el propio Jotaro.

JoJo's Bizarre Adventure Modern TimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora