First

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Louis se encontraba sentado en el sofá de la sala con su pequeña hija en el regazo, estaban viendo una película que esta última había escogido.

–Papi, ¿a qué hora llega papá Harry?– preguntó Blyoh mientras se frotaba el ojo, volteandose a ver a su padre.

La niña de cabellos castaños, ojos verdes, linda sonrisa adornada con hermosos hoyuelos, tenía 7 años. Era la primogénita de Louis Tomlinson y Harry Styles, símbolo del amor que  ambos sentían.

–No lo sé, cariño –le respondió su padre, acariciando la pequeña cabeza de su hija.

–Siempre tarda mucho en llegar y ya casi no lo veo. Se va a trabajar muy temprano y regresa cuando estoy durmiendo... siento que ya no le importo. Papá Harry ya no me quiere verdad, papi? –preguntó la pequeña castaña con los ojos brillosos mientras hacía un pequeño puchero.

Louis sintió un nudo en el pecho al ver esos pequeños ojitos rojos a punto de llorar. –No, amor. No digas así –le respondió, volteandola y abrazandola fuertemente.

–Es que... parece que no nos quisiera –dijo mientras se limpiaba las primeras lágrimas que empezaban a caerle con sus pequeñas manos –Casi nunca para en casa y cuan-cuando está aquí se encierra en su despacho y... Ya no juega conmigo o está contigo, ni te da besitos como hacía antes, papi. No-nos ignora.

El castaño esperaba que este momento no llegara o al menos que tardará un buen tiempo. O que su pequeña no se diera cuenta de la razón por la cual él y Harry discutían casi todas las noches. Sabía que Blyoh tenía razón y no quería mentirle, era su princesa y no quería verla sufrir, no obstante, sabía que tarde o temprano esto iba a suceder, Blyoh se iba a dar cuenta que algo no andaba bien entre ellos e iba a cuestionar; la niña no era tonta, veía en la acciones de sus papás que algo no andaba bien. Papá Louis siempre estaba triste y cansado, no hablaba casi nunca con nadie, mientras que Harry... A él ni siquiera lo veía ya.

El castaño suspiró –Princesa, no digas eso – le acomodó las mechas que le tapaban sus pequeños y hermosos ojitos verdes –Papá tiene mucho que trabajar, es por eso que ya no pasa mucho tiempo con nosotros. Tiene que salir muy temprano y cuando llega, él se siente muy muy agotado–dijo haciéndole cosquillas en la naricita –No pienses que papá Harry no nos quiere, ¿mh? Él trabaja mucho para nosotros, tenemos que entenderlo porque nosotros lo queremos, ¿verdad, amor?

Blyoh asintió con la pequeña cabeza, mordiendose las uñas –Sí,  papi, yo quiero mucho a papá Harry.

Louis se sintió mal, por él, por Harry, pero sobre todo por su pequeña. Desde ya hace tres meses que Styles había cambiado de actitud, saliendo muy temprano a trabajar, llegando tarde a casa e ingorandolos cuando estaba en ella y lo veía siempre decaído, con ojeras debajo los ojos. Habían compartido momentos en familia, dos veces en ese lapso de tiempo.

Louis ya no sabía qué hacer. Había tomado la decisión de ir a un psicólogo, pensando que él era el problema de todo lo que estaba pasando, no quería arruinar su matrimonio ni mucho menos su familia. Luego, había decidido ir a una terapia de parejas, él y Harry parecían estar de acuerdo en asistir, dl ojiazul había estado feliz de ello y del paso que hubieran logrado hacer, tal vez habrían solucionado todo, sin embargo, a pesar de la promesa de su esposo, Harry nunca apareció a ninguna de las citas, acto que hizo sentir Louis culpable y jodidamente infeliz y sin esperanzas, a un paso de arruinar su familia.

SorpresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora