Fourth

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Su pecho parecía comprimirse y su aliento se entrecortaba. Su respiración volvió a fallar y sus labios temblaron mientras lagrimas caían por sus mejillas, dejando huella del suplicio que sentía a la altura de su dañado corazón.

-Sí, su esposo está saliendo con alguien- dijo el mayor sentado al costado del ojiverde, confirmando la pregunta realizada por el otro.

Harry sintió un vacío en la zona baja del esternón, perdiendo, ahora sí, el sentido hacia la vida y el seguir luchando. Estaba encarcelado en la tristeza y en el nada: sus sueños se iban apagando poco a poco, su corazón roto lloró a pie de página.

El ojiverde permaneció callado por unos segundos, miró hacia arriba, en dirección de las luces que alumbraba el pequeño y frío cuarto blanco, evitando derramar más lágrimas. Tragó fuertemente.

-¿Hace cuánto tiempo?- preguntó nervioso y temeroso, rascandose la mano desesperadamente, un flujo escarlata emergió.

El viejo canoso titubeó, no muy seguro si decirle la verdad fuera lo correcto, entonces lo miró, en esos ojos perdidos, de un verdoso moribundo, vio tanta desesperación, tanto remordimiento, tristeza y preocupación que -5 meses- respondió, suspirando tristemente, pasándose una mano por todo su rostro -Escucha, te prometí que lo iba a cuidar, a él y a tu hija y es lo que he hecho todo este tiempo, Harry, y lo seguiré haciendo hasta que todo esto se resuelva. Te lo prometí por mi familia- le contestó, buscó los ojos del ojiverde pero este último tenía la mirada focaliza en un punto indeterminado, perdido, estaba mirando a la nada.

Simon afligido prosiguió -Pero, entiende, tu esposo estaba hecho mierda, Harry, necesitaba apoyo: alguien que lo escuchara, lo ayudara, sobre todo alguien que le diera y demostrara amor, unos brazos en los cuales reconfortarse y refugiarse; estaba destrozado. Tu partida lo terminó por romperer completamente- Simon hizo una pausa, recordando todo lo que había vivido el pequeño castaño, lo destrozado y desconsolado que estaba -Lo hubieras visto los días después que te fuiste como si nada, sin decirle nada. Él y Blyoh...-

-No sigas, por favor- imploró, limpiándose las lágrimas amargas, su respiración seguía fallando, no lograba tomar aire correctamente; sus latidos aumentaron, haciendo que la máquina a su costado sonara con cada palpitación. Empezó a sudar.

Simon se alertó. -Hey, tranquilo. Respira.- dijo, parándose de donde reposaba, yendo en dirección del de rizos

Harry inhaló, implorando al cielo que lo ayudara a tranquilizarse -N-no puedo- dijo entrecortado.

El canoso lo miró alertado - Caramba, Harry, no me asustes- lo miró con los ojos en par en par, buscó el aparato de emergencias con la mirada, encontrandolo en seguida al lado del ojiverde y, temblando, apretó el botón, esperando que alguien vinieraa ayudarlo.

-Trata de tranquilizarte, por favor.

-Lou-Louis...- susurró el ojiverde con la mirada perdida -Dile que...lo...

-Cállate. Estás haciendo mucho esfuerzo, cállate, por favor- Pidió Simon, acariciándole el rostro, la temperatura de su cuerpo estaba elevada, gotas de sudor empezaron a invadir su frente.

-¿Sucede algo?- preguntó la enfermera mientras entraba al pequeño cuarto del ojiverde. Se dirigió rapidamente en dirección de Harry, controlando el monitor y el estado en el que se encontraba.

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