Second

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Louis se encontraba en el baño, peinando delicadamente su cabellera castaña, se sentía nervioso y confundido, ya que había pasado mucho tiempo desde la última vez que él y Harry compartían una cena y después de ella. Se sentía raro, un nudo en el pecho agobiandolo su corazón y mente, le dolía, porque sentía que no reconocía al hombre premuroso con el que se había casado. El hombre que estaba enfrente suyo. Louis sentía que su esposo le estaba escondiendo algo y tenía miedo a enterarse qué era, pero sobretodo a qué eso lo destruyera.

Suspiró agotado, dirigiéndose hacia su cama donde lo esperaba Harry sentado, leyendo un libro.

–Cariño, quería hablar contigo, ahora que estamos a solas podemos hacerlo, ¿te parece?– preguntó Harry, acomodando el libro sobre la mesita de noche y volteándose a mirar a su esposo con la bata Gucci que le había regalado él mismo en su quinto aniversario de matrimonio.

Louis sintió un nudo en la garganta al escuchar aquel apodo, lo miró por algunos segundos y asintió mientras se recostaba a su lado.

–Bien. Primero, quería disculparme contigo y con Blyoh por todo lo que hemos pasado los últimos meses. En serio, odio estar lejos de ustedes, de ti, de mi hija. Los amo demasiado y moriría si les llegara a suceder algo. Mataría a cualquiera que les haga daño –dijo mirándolo a los ojos –Créeme, amor – acarició la mejilla de su esposo, acto que hizo herizar el cuerpo del más pequeño–Pero el trabajo me mantiene ocupado todo el tiempo y... los inversionistas americanos me han mantenido ocupado con todos los trámites también– continuó el ojiverde, mirándolo sincero.

–¿Cómo es que de un momento a otro te diste cuanta de todo esto?– preguntó el castaño con recelo y tristeza, mirándolo seriamente.

–Lou– suspiró Harry, el tono usado de esposo le dolió, porque, a pesar que se lo había negado todo ese tiempo, Harry lo estaba haciendo sufrir, lo podía ver en esos ojos azules, en su mirada llena de tristeza y melancolía, sin ese brillo que Louis solía poseer, y que tanto adoraba.

–Responde, por favor– dijo acomodándose mejor en la cama. Se sentía incómodo y fuera de lugar... en su misma habitación.

–El secretario de uno de los inversionistas y yo nos hemos hecho muy buenos amigos en estas últimas semanas. Hemos tenido la oportunidad de ir a tomar un par de copas después del trabajo y...– trató de explicar el de rizos pero fue interrumpido.

–Tienes tiempo para salir e ir a tomar un par de copas con él, ¿Pero no tienes tiempo para estar con tu hija? ¿Te escuchas, Harry? Ni siquiera llamas para saludarla, ni un mensaje, nada. ¿No ves a caso todo el daño que ésta jodida situación está causando a mi hija? – dijo Louis triste, mirando al techo, impidiendo que las lágrimas salieran, algo que ya se estaba acostumbrando hacer.

No le dolía que no saliera o hablara más con él o que no pasaran del tiempo juntos como una verdadera pareja. Tampoco le dolía el hecho que tal vez era él el culpable de destruir su familia y que por eso Harry actuaba como actuaba, no. La razón por el dolor que lo consumaba y lo jodía, tormentandolo todas las mañanas y haciendo pedazos su alma, era que Harry dejara de lado a su hija, una niña que no tenía nada que ver con los problemas que ellos tenían. Odiaba ver a su hija con los ojos rojos, preguntándole por qué papá Harry ya no la quería o si un día en realidad la quiso. Y era proprio por eso que quería explicaciones, no sabía el motivo del repentino alejamiento de Harry.

–Cariño, por favor– susurró el más alto, masajeandose su sien. –En serio lo lamento mucho todo lo que he ocasionado pero el trab...

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