VI

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Los días pasaron con exactitud dos días, hoy ya era jueves, solo faltaban tres días para que los Park volvieran, tenia que planear algo y con mucha rapidez.

— Ya han pasado dos días, ¿Planeas seguir diciendo que no?, recuerda que tus dos pequeños están en juego. — Hubo en silencio. — Aunque muera te seguiré atormentado la existencia pues mi maldad se remotara. —

Sentí temblar a JiMin y a JungKook quienes me estaban abrazando.

— Jamás aceptaré. — Negué mirándola a los ojos.

— Bueno. — Salió por la puerta mientras la azotaba pero me di cuenta de algo. — Vamonos, se morirán de hambre. — Llamaba a sus hombres.

Todos los hombre que estaban ahí, empezaron a seguirla dejándonos completamente solos, los motores de los autos se escucharon, se oía como eran encendidos y de ahí se alejaban.

— ¿Nos vamos a morir?. — Susurro el pequeño JiMin asustado.

Empezó a llorar y eso me rompió el corazón, JungKook se acercó y lo abrazo, esa escena era tan tierna.

— JungKookie yo quiero vivir para estar contigo. —

Me quede en shook por lo que escuche, era increíble.

— Siempre vamos a estar juntos. —

Mierda, esto era realmente increíble.

Me levanté y cheque que lo que allá visto allá sido verdad. Y si era verdad, cuando Rose azotó la puerta esta no se cerró, ¿Cómo no se dieron cuenta?.

— Vamos. — Los llame.

Ellos se dieron cuenta de lo que estaba haciendo antes, así que JiMin dejo de llorar y caminaron hacia mi sin mencionar que venían con las manos tomadas.

Salí yo primero y hasta donde yo sé no había nadie aquí.

— Niños hemos salido pero hay un problema. — Hice una mueca.

— ¿Cual?. — Pregunto JungKook. Sonreí por el puchero que ambos tenían.

— No se donde estamos. — Suspire.

Me tomo por sorpresa el grito que dieron, debo decir que casi me quedo sordo.

— ¡Vamos a morir!. — Grito JiMin.

— Pero juntos. — Tomó la mano del mencionado.

Y se volvieron abrazar creo que eso ya se les hizo costumbre. Ahora que hacemos estamos en medio de un bosque, sin comunicación y no creo que allá comida aquí.

Podríamos caminar pero hay probabilidad de que nos perdamos o nos liberamos una de dos, ahora si puedo decir que estoy entre la espada y la pared.

— Vamos caminemos. —

Salimos de esa casa, tomamos lo que pudimos habían botellas de agua, cerillos de algo sirven, dicho y hecho esto era un bosque ahora que hacemos.

— Niños esta oscuro, es mejor que nos quedemos sólo una noche en donde antes estábamos no creo que vuelvan así que vamos. —

Los cargue y lleve hasta ahí, tome las mantas que nos lanzaron hace unas noches y se las puse a ellos, yo no interesaba, lo que importaban eran ellos.

Al día siguiente

— Oye, hey. — Llamó.

JongHyun estaba dormido profundamente tanto que no escucho que había alguien mas en el mismo cuarto.

— ¡Oye Jong!. — Grito.

Lo grito de una vez despertado a todo, quienes se levantaron rápidamente, Jong al tomar conciencia y ver de quien se trataba no pudo creerlo.

— ¡ChanYeol!. —

Se le abrieron tantos los ojos que por un momento ChanYeol dudo de que Jong fuera coreano.

— ¿Cómo estás vivo? ¿No habías muerto?. — Sorprendido.

— Si bueno, no fue así yo logre sobrevivir. — Sonríe.

Jong quiera hacer muchas preguntas pero ahora lo importante era;

— ¿Cómo nos encontraste?. —

— Los seguí, los vengo siguiendo desde hace días pero no los ubicaba bien, ahora vamos los llevare a su casa. —

Jong cargo a los pequeños JiMin y JungKook, así saliendo rápido al exterior donde se encontraron con un carro que era de Chan pues este se subió al carro e hizo una seña a Jong para que hiciera lo mismo.

— Gracias por salvarnos. —

Chan sonrió por lo tierno que se veía JiMin dando gracias, mientras inflaba sus mejillas.

— Iremos a casa. — Les miro mientras sonreía.

Abrazo a los dos niños y esto correspondieron a su abrazo, apesar de que pensaron de que no abría salida al final si lo hubo.

Amor floreciendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora