Capítulo 2: significados confusos

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Un silencio incómodo inundaba la habitación del que, hace no más de 13 horas, había estado frente a su computadora observando sailor moon crystal en su computadora. Hedd miró por encima del hombro al sujeto frente a él, el cual trataba de rebajarse lo más que podía por culpa del tamaño de la habitación. Incluso en aquella postura tan incómoda donde parecía que su columna se iba a romper cual palillo, Rarek Et Aissam se mantenía esbozando una confiada sonrisa frente a quien debía servir, esperando la siguiente pregunta que tuviese en su mente.

Su rostro se acercaba cada vez más, pero mantenía cierta distancia para evitar ser dañado con algún ataque mágico en respuesta, por lo que cuidaba algo el espacio personal. Hedd no se le hacía muy parecido a lo que venía siendo Niat, pero su espíritu era lo suficientemente poderoso como para soportar tal poder sin tener marcables cambios en su personalidad por culpa de la energía demoníaca de la Reina.

«Realmente tengo tantas preguntas por hacer que ni soy capaz de pensar específicamente en una...» Pensó rápidamente antes de apartar su vista de él, observando a su Madre y a su hermana, sentadas con los ojos abiertos como platos luego de saber que Hedd había pasado a formar parte de la realeza de algo.

Después de todo, Hedd no era más que un hombre normal, promedio y corriente, incluso si su Madre no lo era. Ese mismo Hedd que no se parecía en nada a su Madre, ahora pertenecía a la cúspide de una raza.

-¿Dónde se encuentra la otra mitad de la Reina? ¿Voy a tener que hacerme con ella para traerla de regreso a la vida?- Cuestionó la pelinegra tratando de adivinar la trama de la aventura que iba a tener, basándose en todas las historias que alguna vez consumió. Se cruzó de brazos, tentada a acariciar su cuerno.

-Ese plan no podría ser más errado.- Negó el demonio travesti sin perder su extraña sonrisa.

-¿Eh?- Hedd fingió algo de sorpresa al escuchar aquello, pero en realidad estaba bastante abierto a todas las posibilidades que había sobre el camino que le obligarían a recorrer ahora que su cuerpo había cambiado y nunca más volvería a ser igual.

«¿Entonces qué, muchacho marico?»

-En el momento que el alma de Niat sea una nuevamente, morirás y dejarás de existir, dándole paso a "Cualquier cosa" menos Lady Niat o Lady Hedd. No solo eso, incluso si no mueres por alguna razón...ellos podrán encontrarte con la detección mágica.- Expresó Rarek antes de suspirar profundamente.

-¿Ellos?- Preguntó Hedd ladeando levemente la cabeza, frunciendo levemente el ceño ante la expectativa que tenía.

«Ya va a meter a un coñazo de enemigos dispuestos a eliminarme sólo porque tuve la mala suerte de amanecer mujer, nojoda. Ya sabía yo que tenía que acostarme más temprano, porque si te duermes tarde entonces te aparecen las Reinas Demonio.»

-Los traidores. Ellos esperan el regreso de la Reina para rematarla.- Enunció el demonio perdiendo su característica sonrisa por unos segundos, recordando algo que le hacía hervir la sangre. -El problema es que nacería cualquier otra cosa, menos la Reina. Su consciencia ya está muerta, fue el precio a pagar para dividir su alma y legar su poder a los próximos héroes.- Explicó mostrando sus dientes por unos segundos, apretándolos por la rabia. -Si no fuese por Hugt Chalez...maldito traidor asqueroso...- Masculló entre la rabia.

«Ese nombre...suena sospechosamente familiar, ¡Muy sospechosamente familiar! Maldita sea.»

-Hm...¿Entonces qué pasa con la otra mitad de la Reina? ¿Tienes cómo encontrarla?- Preguntó la mujer demonio alzando su diestra dispuesta a empezar a frotar su cuerno, bajándola a medio camino para así cruzar sus brazos y centrarse en lo que era importante.

Desperté como... ¡¿Una reina demonio?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora