dos; halagando

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A medida que el día transcurrió lentamente, Misty parecía más molesta. Misty sabía que era estúpida, había sido criada para saber que era una completa idiota.

Nunca entendió porqué sus padres estaban contentos con ella. Eso la hacía sentir aún peor.

Misty podía estar siempre perdida en libros; literalmente. Veía todas las letras en movimiento, todo en diferentes direcciones y maneras.

Su enfermedad la hacía sentir más insegura acerca de sí misma y siempre se preguntaba cómo sería su vida si ella fuera completamente inteligente y normal. Lo contrario de lo que la gente dice acerca de ella.

Abrazó los libros y los apretó contra su pecho mientras caminaba por los pasillos. Odiaba el almuerzo, nunca comía de todos modos.

Mientras estaba caminando alguien tocó su hombro, haciéndola estremecerse.

―¡Vaya! No quise asustarte ―dijo un chico. Lo reconoció después de estudiarle rápidamente el rostro. Era el chico que se sentaba al su lado en inglés, Michael―. Um, yo, uh, solo quería decirte que, um, creo que eres bonita, no, ¡espera! ―tartamudeaba― Eso no era lo que te iba a decir. Pero, eh, tú eres bonita aunque, yo, um, bien.

Encontró la situación incómoda, pero lo miró y sonrió. Nadie nunca le había dicho eso, por lo que le resultaba halagador. Si es que realmente quería decir eso, lo que la ponía en duda.

De repente frunció el ceño.

―Estás diciendo eso porque te sientes mal.

Apenas lo dijo en un susurro, pero él la oyó. Él siguió moviendo la cabeza.

―No, lo digo porque es verdad.

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dyslexia ☹ m.c. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora