Natalia estaba nerviosa aquel día. Tenía una reunión importante que no podía salir mal. Conseguir aquel proyecto era una noticia muy buena para ella y para Lucas. Les iba a permitir tener un colchón de dinero bastante importante. Pero para ello tenía que impresionar al jefe de proyecto, que era todo lo contrario a como era ella.
Por suerte tenía en su equipo a Marta, que era una fuente inmensa de inspiración y pasión. Tenía la imaginación de un niño, no tenía límites. Los límites, en su empresa, se los ponía ella. Si por Marta fuese todos los edificios tendrían formas extravagantes, y los interiores tendrían la estética de "Alicia en el País de las Maravillas". Por eso había decidido llevarla a aquella reunión con ella. Primero intentaría ofrecerle su versión al jefe, y si no funcionaba, tenían el plan B que había diseñado Marta sin ningún tipo de límite.
- Bua Natalia – comentaba contenta – estoy flipando con que vaya a ir a la reunión, es que es muy fuerte esto.
- A ver – la calmó – yo espero que no tengas que hablar, sinceramente.
- No seas aguafiestas – se subió al coche. Natalia se colocó el cinturón.
- ¿Lo llevas todo? – Marta asintió – pues vamos, en marcha.
- ¿Cómo se llama el jefe?
- Carlos – miraba por el retrovisor – por lo que me han comentado, es el hijo del verdadero jefe, este es el primer proyecto que le dan – se incorporaba a la autopista – es un poco rarito, le van las cosas raras.
- ¿Raras cómo? ¿Es un Christian Grey? – preguntó seria.
- ¡Qué bruta eres! – rió – rarito en el ámbito profesional, en su vida personal no sé cómo será.
- ¿Está bueno?
- Y yo qué sé – elevó los hombros – no lo he visto en mi vida.
- ¿Te imaginas que es un buenorro de estos trajeados?
- Marta – le cortó – aquí venimos a trabajar, esos temas mejor los dejamos en casa.
- Ay, hija – hizo un gesto de asco – qué poco espacio para la fantasía tienes.
- Lo tengo cuando hay que tenerlo – comentó molesta.
- Ya lo dudo – dijo por lo bajo.
- ¿Qué has dicho?
- No, nada – suspiró - ¿queda mucho para llegar? – cambió de tema.
- No, estamos ya al lado.
Cinco minutos después, entraron por la puerta del despacho donde iba a dar lugar la reunión. Dentro ya estaban esperándolas Carlos y Roberto.
- Hola —dijo Natalia entrando en la habitación seguida por Marta.
- Hola, soy Roberto, director del proyecto.
Estrechó la mano de Natalia.
- Encantada, soy Natalia. — Se volvió de cara a la chica que tenía detrás—. Ella es Marta, mi ayudante. Confío en que no les importe que se siente con nosotros
Marta le tendió la mano a Roberto, provocando que algunas de las carpetas que llevaba encima cayesen al suelo.
- Mierda —dijo Marta en voz alta, y Natalia la fulminó con la mirada.
Roberto se rió.
- No pasa nada. Permítame ayudarla.
- Señor Right —dijo Natalia levantando la voz y cruzando la habitación con la mano extendida - me alegra volver a verle. Lamento lo de la última reunión.
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21 Lunares | ALBALIA
FanfictionA Natalia le encanta ser ordenada y precisa, le ayuda a tener bajo control su vida y evitar revivir dolores del pasado. Un día conoce a una chica despreocupada, aventurera y espontánea que le enseñará que la vida empezamos a disfrutarla cuando nos o...