Weirdo | I'm Not A Deviant [2]

Memoria 1.

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4 de diciembre de 2040.

Lynn y yo estábamos preparando la fiesta para el pequeño Hank. Yo me encontraba preparando el pastel de sangre azul y ella el pastel para humanos,  cual creo saber que era de fresa.

Hank estaba con el hermano de Lynn, se había ofrecido a cuidarlo mientras preparábamos la fiesta.

- ¿Crees realmente que esto vale la pena? Tan solo cumple tres años, probablemente ni se acuerde cuando crezca- preguntó mezclando una masa.

- Mi programa indica que esto es un 100% necesario -dije imitando profesionalismo causando su risa-. Mi amor, da igual que no lo recuerde, tomaremos fotos y vídeos para conmemorar esto. Además podremos avergonzar a sus futuros amigos -reí mientras pensaba en la imagen del bebé ojiazul con tarta en la cara.

El timbre sonó, al igual que el horno que llevaba en él la lasaña.

- ¡Voy yo!

Tomé un trapo y me quité los restos de sangre azul. Abrí la puerta y me encontré a mis amigos.

- ¡Connor! -gritó Alice corriendo a mi pierna.

- Hey Connor -dijo Markus chocando el puño.

- Hola -saludó Kara, la cual por cierto, tenía el pelo más largo.

- Felicidades por tu engendro -soltó North.

Los saludé a todos y les dejé pasar.

- ¿Dónde está Hank? -preguntó Alice mirando hacia el pasillo de los cuartos curiosa

- Aún no llega querida.

Lynn salió de la cocina limpiándose las manos en el delantal.

- Hola chicos.

Mi novia y ellos se llevaban bien, pues era de las pocas que nos apoyaron en esos tiempos.

- ¡Lynn, hacía muchísimo que no te veía! -soltó la niña saltando encima de ella. La pobre no se esperaba eso y se cayó-. Perdón...

Empezamos a reírnos por la ternura que nos daban aquellas dos. Se reincorporó y miró a Kara.

- ¿Y Luther?

- Está yendo a por los regalos, pero está cerca.

La mención de los regalos hizo que la pareja de North y Markus comenzara a susurrar con nervios.

- No tenéis regalos, ¿cierto?

Ambos negaron.

- Se supone que se encargaba él, pero luego me comprometí yo, me dijo que ya lo compró, entonces yo no hice nada y resulta que él lo perdió justo cuando veníamos aquí -se explicó de forma un tanto sospechosa.

- No pasa nada, con vuestra presencia sirve -dijo Lynn.

- Connor, tu novia es un amor de persona, que lo sepas.