-¿Para que quieres hablar de eso?-pregunte indiferentemente. “Que no se te note _______, que no se te note”.
-Para organizar las cosas. ¿Qué pretendes que yo elija tu vestido?-arqueó una ceja. Alcé los hombros en gesto de desinterés.- Bueno, pero luego no te quejes.-dijo excusándose.
-La verdad me daría igual, ya que este casamiento no es por voluntad propia. ¿Me explico?-dije. Tomó de su vino.
-No tienes por qué.-respondió. Observó un rato hacía las demás mesas.- ¿Ves ahí?-me señalo una pareja de ancianos que cenaba amenamente. Volteé a verlos y luego miré a Ross.- Valía mirar con disimulación.
-Tu los señalaste y no fuiste muy disimulado que digamos.-dije molesta.- ¿Qué tienen ellos?
-Obsérvalos.-me dijo. Los miré una vez más.- ¿Cuántos años tendrán de casados? ¿50? ¿60?
-¿Y que se yo Ross?-dije sin entender.- ¿A que quieres llegar mirando a esos dos?-pregunté. Negó con la cabeza.
-Ya déjalo.-dijo.- Por un momento aparta nuestras diferencias y finjamos que nos amamos, que vamos a tener la mejor boda de Nueva York. ¿Acaso de pequeña nunca planeaste tu boda soñada?-preguntó.
-A veces me parece que eres gay.-dije casi echando una carcajada. No le hizo ni un poco de gracia.- No tienes humor.
-No, no es que no lo tenga. ¿A ti te gustaría que te diga lesbiana?
-¿Y que tiene de malo? Existe gente que lo es.-dije. Me miró abriendo bien los ojos.
-Dime que tú no lo eres.
-Aii Ross.-tenía ganas de tirarle un pedazo de pollo.- Yo no soy el caso.
-Pensé que lo eras, casi que te dejo aquí y salgo por esa puerta antes de que alguien pudiera verme contigo.-dijo. Algo se cruzo por mi mente.
-Digamos que he besado chicas y de más pero…
-Dime que es solo una broma.-dijo apoyando la copa con fuerza.
-No. ¿Por qué bromearía contigo?-le dije alzando una ceja.
-Lo dices solo porque yo dije que si fueras lesbiana me hubiera ido, si por eso lo dices.- pareció más que se quería convencer, que una afirmación.
-Piensa lo que quieras.
-Hey, ya no juegues.
-Okey, okey.-dije terminando mi comida, acción que Ross ya había realizado.- Dime… ¿no podemos contratar a alguien que planee la boda en vez de hacerlo nosotros?
-Serian más gastos en la fiesta.
-Aii si porque de seguro ahora eres un pobretón. Vamos Ross no seas tacaño.-dije enfadada. Una mujer volteó a verme.- Gente chusma.-refunfuñé. Ross dio rienda suelta a una carcajada.
-No es eso.-dijo entre risas.
-No me parece gracioso.-dije. Asintió e intentó no reír, mordí mi labio inferior al verlo solo sonreír.- Y me cansé de estar cerca de ti.
-Hey, tranquila.-dijo apoyándose en el respaldo de la silla.- Hablemos como dos personas civilizadas.
-Es que cuando se trata de este tema no puedo ser civilizada. Entiende que no puedes pretender que me lo tome con calma si me estas obligando a casarme contigo.- crucé los brazos. Me miró atentamente, eché un suspiro.
-Pensé que a las mujeres les gustaba el casamiento.
-Claro que si, y estaría completamente feliz si no fuera porque me caso por obligación.-dije. Golpe bajo.
-Esta bien, me quedó todo muy claro.-dijo haciéndose el ofendido.
-Perfecto. ¿Eso significa que adiós boda?
-No, eso significa que si tu vida era miserable, ahora será peor.-dijo. Lo miré incrédula.
-¿A que te refieres?-dije desconcertada.
-Ya veras.-me dijo. Arrugué la nariz, de verdad no entendía.
-¿Qué me harás Ross?
-He tendido compasión, ¿sabes?-dijo. Blanqueé los ojos mientras el me observaba.- De verdad no te lo esperaras.-dijo. Creo que comienzo a entender a que se refiere.- Estas castigada pequeña, por mal comportamiento.- Oh por Dios, me la mandé.
-No comprendo Lynch.-le dije tragando saliva.
-¿Quieres que te explique aquí?-me dijo maliciosamente. Sex*.
-No me expliques nada imbécil.-estaba enojada.- Ya te he dicho que no me pondrás un dedo encima.-agregué. Llegó el mozo.
-¿Van a querer postre?-preguntó cordialmente.
-Si, helado por favor.-dijo. Me observó a mi esperando que yo pidiera, me quedé callada. Se aclaró la garganta, seguí mirando en dirección a otra familia que cenaba.- ______.-dijo finalmente.- ¿Vas a querer postre?
-No.-dije secamente. Ni siquiera lo miré.
-Si sigues así no tendremos luna de miel.-acotó luego de que el hombre se fuera.
-Me importa tanto.- hágase notorio mi sarcasmo.
-Compórtate como se debe, no tienes seis años.
-Ojala los tuviera, ojala no tuviera dieciséis y ojala no te tuviera cerca.
-Algún día te arrepentirás de haber dicho eso.
-No lo creo.-fruncí la boca. Desvié la mirada de nuevo. Lo sentí reír.- ¿Qué es lo gracioso?-pregunté seria.
-Es que no sabes lo que me excita cuando te pones así.-dijo. Abrí la boca en señal de sorpresa y luego me levanté de la mesa.- Ven aquí.-me dijo.
-Déjame ir al tocador.-casi grité.
-No me montes un numerito aquí mismo.-dijo enojado.- Vuelve rápido o te iré a buscar.-dijo molesto
Caminé hacía el baño y me apoye contra la mesada para observarme al espejo. Simplemente tenía ganas de que un ovni llegara al baño y un alien me llevara a Marte con el. Las lágrimas se llevaron el rimel hasta mis mejillas mientras que una mujer con una nena entraban al baño. Tomé papel e intenté cubrir mis lágrimas.
-Quédate aquí, ya salgo.-le dijo a la nena. Supuse que era su hija.
-Si.-asintió la nena de cabellos dorados.- Me quedo aquí.-dijo sonriente.
La mujer se encerró en un pequeño baño y la nena me observó, desvié la mirada.
-Hola.-dijo con una fina voz.
-Hola.-respondí abriendo mi bolso.
-¿Estas bien?-preguntó entre cerrando sus celestes ojos.
-Si.
-¿Uno llora cuando esta bien?-preguntó.- Mami, hay una nena llorando.-gritó luego.
-No, no, no estoy llorando.-le dije.- Es solo que me entró algo al ojo.-expliqué, pero no tenía por qué hacerlo.
-¿Por qué lloras? ¿Tu gatito murió?-preguntó tiernamente. La cadena del baño se hizo escuchar y segundos después la mujer salió del pequeño baño.- Mami, ella esta triste.-le avisó. La mujer me miró.
-Disculpa a mi hija.-entonces ella me habló.- ¿Puedo ayudarte en algo?
Si por favor llama a la policía y dile que esta noche mi futuro esposo me violara.
-No, pero gracias igual.-dije. La nena corrió a abrazarme.
-¿Quieres ser mi amiga?-preguntó con su tierna voz.
-Seria un placer.-respondí sin entender por qué tantas ganas de hablar comigo.
-Bueno, vamos Macarena.-le dijo.- Hasta luego.-me dijo a mi. Sonreí esperando a que cerraran la puerta para romper en llanto otra vez.
¿Es que mi vida no podía ser peor? Sin padre, sin madre, sin amigas, con Ross y encima casarme a los dieciséis.
Respiré hondo y conté hasta diez para tranquilizarme, tenía que salir, estaba segura de que Ross iba a venir por mí si no me apuraba.
Revolví entre mi bolso y busqué mi maquillaje. Me retoqué y arreglé mi pelo, me lavé las manos y me volví a mirar en el gran espejo. Sentí el golpe en la puerta principal del baño.
-¿_______ estas ahí?- mier.., era su voz.
Sin responder abrí la puerta y lo esquivé. Como era de suponerse, me tomó del brazo.
-¿Qué te pasa?-preguntó. Me zafé de su agarre y seguí caminando.- Ven aquí.-me siguió. Me senté a la mesa y el en frente mío. Me observó por unos segundo y se dispuso a hablar.- ¿Estuviste llorando?-preguntó.
-No.-dije secamente mientras intentaba no mirarlo.
-¿Segura?
-¿Ahora harás que te explique cada uno de mis movimientos?-pregunté enojada. Frunció el ceño y quiso hablar pero lo interrumpí.- No quiero seguir con esto.-dije.- ¿Podemos irnos al hotel?
-Si. Luego de que termine mi postre.-me dijo. Apoyé un codo sobre la mesa y mi barbilla sobre mi mano.
-Tengo sueño, apúrate.
-Okey, déjame en paz.-me dijo.
-No debería porque tú nunca me dejas en paz, pero lo haré porque de todas maneras siempre salgo perdiendo yo.-dije. Sonó a victima. Me miró por un segundo pero no respondió.
Veinte minutos para comerse un helado. Y como siempre, lo había hecho a propósito. Salimos del lugar, luego de que Ross pagara. Tomó mi mano y la corrí de un solo tironeo.
-¿Qué te pasa?-preguntó enojado.
-Tu me pasas.-le dije de mal modo.- Allí hay un taxi.-dije caminando hacía uno, abrí la puerta y Ross la cerró.
-No subes ahí hasta que no hablemos.
-No quiero hablar contigo.-dije dándole la espalda.
-Disculpe, no ocuparemos el taxi.-le dijo al señor. Volteé a verlo y sus manos me tomaron de los brazos.- Ya me explicas.
-¡Suéltame!-le dije enojada.- Me lastimas.
-No voy a soltarte hasta que no me digas que te pasa.-me dijo con enojo. Volteé la cara.- ¡Que me digas!-gritó. Un hombre se acercó a nosotros.
-¿Todo bien?-preguntó. Ross me soltó de golpe.
-Si todo bien. ¿No amor?-dijo pacíficamente, me observó y asentí fingiendo una sonrisa. Sabía que si decía algo, “Chau pacifismo”.
-¿Segura señorita?-preguntó. Volví a asentir.
-Segura.-respondí. Sonrió y se retiró.- ¿Podemos irnos?-pregunté.
-Si, pero no vamos al hotel.-dijo frunciendo el ceño.
-Por favor Ross, ¿no crees que fue demasiado por hoy?-pregunté irritada.
-Okey, como quieras.-dijo y abrió la puerta del taxi. Entre yo y detrás mío el.
La noche terminó totalmente distinta a como había empezado. Pensaba que tal vez íbamos a hablar de nuestros gustos y personalidades, no de la boda.
Llegamos y baje, Ross se quedó mas tiempo porque le pagó al chofer. Entre y llamé al ascensor, entré y Ross entró detrás mío.
La caja metálica comenzó a ascender hasta el piso marcado en los botones luminosos al costado de la puerta corrediza. Suspiré mientras me acomodaba un mechón de pelo frente al espejo.
Este se detuvo y las puertas se abrieron, sin decir nada, ambos salimos del ascensor. Ross abrió la puerta y entró, seguí sus pasos y cerré la puerta detrás de mí.
Silencio, silencio y más silencio. Pero lo cierto era que quería saber en que estaba pensando. Tres preguntas revoloteaban en mi mente.
• ¿A dónde quería ir antes de venir al hotel?
• ¿Por qué se había enojado?
• ¿Se acordara que hoy le toca dormir en la cama?
Me quité los tacones y tire el saco sobre el sillón más pequeño. Abrí el armario y saque mi ropa de dormir. Entre al baño. Me coloqué el pijama, me cepille los dientes, ate mi cabello en una coleta alta para que no estorbara al dormir y lave mi cara para quitar todo el maquillaje.
Al salir vi a Ross tendido en el sillón. Esta era la respuesta a mi tercera pregunta, no, no lo recuerda.
-¿Puedes apagar las luces?-preguntó adormilado. Sin emitir palabra alguna apagué el velador, dejando la habitación completamente a oscuras.~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Sigo?
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La Bella & La Bestia (Ross Lynch & Tú) ||1 y 2 Temporada|| TERMINADA
FanfictionQue feo es cuando la persona que mas amas es la persona más fría del mundo, Que feo es que le intentes demostrar tu amor y te saque a patadas de su vida. Que feo es que tu seas la pobre indefensa presa de sus castigos y malas costumbres. Vivir con u...