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capítulo catorce. Vaivén en el mar.
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❝ Calmo y hermoso como un vaivén en el mar. ❞
ೃ⁀➷❑┊samantha garcía.
En el camino de regreso, todo fue silencio por parte mía y de Samantha. Annabeth, Jessica y Grover hablaban hasta por los codos, tratando de mantener un ambiente ameno.
Pero yo no quería nada más que partirle la cara al idiota que nos mandó al parque, a exhibirnos como tontos ante todo el Olimpo.
Samantha tenía razón. De no ser por lo que ese idiota nos prometió, yo me hubiera negado de una manera más firme.
¿Por qué esta chica siempre logra tener razón?
Me detuve un poco, dando pasos más cortos, aprovechando para observarla.
La trenza de sirena que se había hecho se había desecho, dejando su cabello suelto y medio seco debido al chapuzón. Salvajes mechones mezclándose encima de su nuca y frente a ella, bailando con el viento. Recordé como ella me pidió que confiara cuando le mando a Grover que nos dejara caer, y sentí un peso en el estómago cuando me negué. Pero al final ella se salió con la suya.
Llevaba sus zapatillas colgando en su mano izquierda, e iba descalza. La tobillera que según sé es su arco colgaba de su tobillo derecho, mal atado, con ambos extremos salientes como dos de sus mechones enojados. Su manera de caminar me decía que estaba ansiosa, y rabiosa.
Apreté los labios, seguro de que haría algo cuando viéramos a Ares. Algo que disfrutaría muchísimo.
Hablando del rey de Roma... nos esperaba en el estacionamiento del restaurante.
