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capítulo quince. ¡Serpiente asesina!
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❝ Odio los hoteles. ❞
ೃ⁀➷❑┊samantha garcía.
¿Cómo pude ser tan idiota?
Es decir, todos lo fuimos, pero a pesar de ser la menor del grupo, me siento a cargo de todo aquí, porque al parecer soy la única con sentido común y el sensor necesario llamado «desconfianza» activado.
Pateé con rabia contenida un montón de arena.
Cuando llegamos a Santa Mónica, nos dirigimos a la playa. Percy había entrado al agua y no había salido por el momento, situación que aproveche para pedir un momento a solas, caminando por la orilla, descalza, pisando la arena ante el sol que me tostaba la piel.
Apreté los labios y simplemente miré al horizonte, al punto donde el cielo y el mar se topan en la línea que los divide.
Me costaba creer que ahora solo nos quedaba un día para devolver el arma tan amada del idiota de Zeus.
Un solo día.
Cargué los pulmones y luego liberé el aire con un suspiro de pesadez cargada.
Seguí caminando, balanceando los pies en el aire mientras miraba como el agua de la sección donde pisaba en la arena desaparecía y volvía a aparecer cuando mi pie se alzaba para dar otro paso.
De repente, el oleaje que chocaba contra mi piel desapareció, y Percy apareció a mi lado, con la ropa totalmente seca mientras caminaba fuera del océano.
