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capítulo uno. el sacrificio de Thalia.
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❝ Y en ese momento entendí el significado de un amigo de verdad. ❞
ೃ⁀➷❑┊samantha garcía.
—Vos me estas tomando el pelo, ¿verdad?
Resoplé algo frustrada, pero afirmé lo que decía por tercera vez.
Jessica me observó sin poder creerle lo que le decía, pero después nos miramos a los ojos y... rompimos a reír.
Los medios hermanos de Jess nos miraban como si se nos hubiera zafado un tornillo. Tal vez así era.
—¿¡En serio se pone rulos en la cola!? —pregunto mi amiga con la mano en el estómago, mirándome con los ojos totalmente abiertos a la espera de una respuesta.
Yo le asentí otra vez, y nos volvimos a romper de la risa.
El caso era que le había contado que la última noche Quirón, mi padre legalmente adoptivo, que es un centauro, me pidió que lo ayude con una cosa; ponerle ruleros en su cola de caballo.
Me ahogué la risa, lo ayudé, me despedí de él, me fui a mi cabaña, y justo cuando llegué rompí en risas tal y como lo habíamos hecho ahora.
O sea, ¿se imaginan? ¿Un centauro con rulos en la cola?
Una situación hilarante.
En ese momento yo tenía seis años. Estaba a un par de meses de cumplir siete, pero era consciente de todo lo que me rodeaba. Había aprendido a leer a los cuatro años. Quirón era mi mentor, y como dije, padre adoptivo. El me enseñó todo lo que sé. Como llevar un arma siempre por precaución, porque siendo semidiós no sabes si en algún momento te saltará una esfinge o algo así.
