CUANDO TE PIENSO

179 21 15
                                    

Algunos días, cuando pienso en tí, me pregunto: ¿qué pudo haber sido de nosotros?

Éramos apenas unos niños cuando nos conocimos. Lo nuestro fue pequeño y fugaz. Aquello que tuvimos todavía sigue aferrándose a mí con el pasar de los años, ¿por qué?

Otras veces, cuando te pienso, sonrío.

Sonrío al recordar todas aquellas sonrisas que me regalabas, la manera en la cual tus hoyuelos se hundían a los lados de tus mejillas. Sonrío cuando recuerdo los pequeños roces de manos queriéndose entrelazar, esos choques eléctricos que me recorrían toda la espina dorsal.

La manera en que ambos actuábamos de manera infantil al estar al lado del otro, sin saber cómo reaccionar. La forma en que te sonrojabas cuando te miraba segundos demás o cuando te decía que me gustabas sin más.

En otras ocasiones, cuando te pienso, la nostalgia y aflicción me pegan, sin tacto alguno.

El recuerdo de tu frustración y dolor me parten el corazón cuando lo que tuvimos por breves momentos acabó.

O mejor dicho, que acabé. De una manera cruel. Había perdido el interés.

Quedó grabado en mi memoria la manera en que suplicaste que no lo hiciera, pero no había remedio, me había enfriado ya. Al parecer, tú te estabas encariñando más.

Un día me enteré que lloraste meses por mí. Cinco míseros meses derramando lágrimas por alguien quien no te quiso igual. Lo admito, quise yo también sollozar.

Y ahora, cuando te pienso, después de cuatro años, me reprendo.

Tú fuiste ahora el que se enfrió, mientras yo era la que se enganchaba más a tu dulce recuerdo. Ahora encontraste a alguien. No sé cómo sentirme.

¿Será lo que siento algo real o solamente un capricho? Uno que se desarrolló porque sé que ahora no puedo tenerte, porque cuando pude, no te quise... ¿qué tan jodido es eso?

Quisiera preguntarte, pero sé que no contestarás mis mensajes. Lo más seguro es que ahora no sientas más nada por mí, cuando al parecer yo estoy sintiendo más de lo que podría hacia ti.

Tampoco catalogaría lo nuestro como 《amor verdadero》 cuando puedo todavía estar enfatuada por los buenos momentos.

Pero entonces, ¿por qué se sintió tan jodidamente real? Fue intenso, incluso para nuestros tiempos.

Quisiera arrancar hacia tí y comprobar en un beso irracional que estoy equivocada. Un beso que jamás compartimos en nuestros momentos. Tal vez eso clarifique las cosas, o termine empeorándolas sabiendo que tú ya eres feliz con alguien más.

Admito que tengo una foto tuya guardada en mi teléfono. No sé qué hace ahí. Tampoco puedo borrarla... ¿qué me pasa?

Finalmente, cuando te pienso ahora mismo, escribiendo este verso maldito, me arrepiento de haberte herido, pensando si tú alguna vez piensas lo mismo.

Divagues de un corazón no rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora