ABC's love || HunHan ver. ✔

🌷 V 🌷

🌷 «Vivi» 🌷

No le dio ni medio minutos tras abrir la puerta, Sehun ingresó en el apartamento hecho un vendaval con la transportadora de un color azul oscuro bien apoyada en sus dos brazos y esa sonrisa que no le había abandonado desde que dejaron el refugio. Luhan suspiró y cerró la puerta antes de sacarle el abrigo.

El invierno estaba cerca y los bajones en la temperatura le comenzaban a afectar, lo que bien significaba que era hora de poner la tetera y sacar su manta de algodón para acurrucarse con Sehun a ver algún drama de Lee Min Ho. Asintió para sí y se acomodó el cabello antes de andar a la sala donde su chico ya se había instalado. Y a la transportadora con él.

—No piensas dejar esa cosa sobre la mesita, ¿verdad, amor? —preguntó el castaño, ligeramente alarmado de ver la enorme caja sobre la superficie de cristal de su mesita de centro.

—Solo será un momento, ángel —Sehun respondió. Ni siquiera lo había mirado al hablar pero Luhan no le culpaba. Había insistido mucho con el tema y una vez que lo convenció, había estado haciendo cuentas para el día en que finalmente pudieran recoger la transportadora y llevarla con ellos a casa.

—Bien, pero-

Ni siquiera pudo terminar. Sehun había abierto la puerta de su enorme caja y hacía gestos y ruiditos como si estuviera llamando a un bebé. Y bueno, sí era un bebé. Pero un muy peludo y de cuatro patitas, además de un hocico en lugar de una fina boquita. ¿Su nombre? Vivi ¿Su raza? Según la dependienta, un bichón frisé de apenas meses de nacido. Tenía el pelaje blanco esponjado, aunque le había recortado ligeramente de la parte superior y había perdido su forma redondeada muy característica de la raza, y tres puntitos negros sobresaliendo en su rostro ahí donde estaban su nariz y sus dos pequeños ojitos.

—¿Apoco no es la cosa más bonita que hayas visto? —preguntó Sehun, sostenía al perrito entre sus brazos y estaba dirigiendo su vista directamente a Luhan. El castaño sonrió y se sonrojó un poco mientras hacia una V y una mueva tierna a su nuevo amigo.

—Cariño, ya es suficiente que quieras hacer que todo el mundo me vea lindo, ¿piensas amaestrar a Vivi para que piense lo mismo? —repuso medio en broma, medio en serio. Sehun apenas se inmutó cuando respondió:

—Te preguntaba a ti, Lu. ¿No es Vivi la cosa más bonita que hayas visto? —y en ese momento, el alma de Luhan cayó a sus pies. Con un ladrido de agradecimiento a sus palabras y una pequeña lamida al rostro de su amo, Vivi se frotó contra Sehun y este le respondió totalmente encantado.

¿Qué importaba? Amo y mascota estaban contentas después de esperar por estar juntas, en un par de días a Vivi le aburriría tener todo el tiempo encima a Sehun y este recordaría que su único bebé mimado era su lindo marido. Todo volvería a ser como antes o al menos eso había creído.

Ni bien pasaron dos semanas, Sehun se acostumbró a cuidar del perro como cuidaba de Lu y comenzó a pasar por alto que su chico buscaba cariños como los que de daba al bichón que a cada día tenía más ladridos y nuevos modos de fastidiar a su otro amo. Que si a Vivi le gustaba mordisquear su calza izquierda o si le agradaba su camiseta preferida para hacer la siesta. Que si su almohada era perfecta para irse a dormir o si Luhan había gozado más de tres segundos a su amo y era hora de ponerse a llorar. Sí. Vivi le estaba declarando la guerra, pero el chino no iba a salir derrotado.

—Ey, Lu, ¿qué estás haciendo? —pregunta Sehun apenas advertir a Luhan trepando sobre su cuerpo y haciendo a un lado el libro que hasta entonces había estado leyendo.

Es una tarde fresca, así que su ángel se ha puesto shorts cortos y una polera de su gaveta. Luce hermoso... y delicioso.

—Recupero a mi marido. Ahora, ¿qué tal si me mimas a mí un rato? —y Sehun no sabe exactamente de qué habla pero cuando Luhan lo comienza a besar se olvida de todo y de todos hasta que una patita rasca su pantalón y Sehun se aparta para ver a Vivi que empieza a ladrar por tantita de su atención.

—Lo siento, bebé, pero mi ángel me necesita —sin más, toma a Luhan entre sus brazos y lo lleva cargando hasta la habitación. No lo ve, pero apenas le dan la espalda al perro, Luhan se asoma por encima de su hombro y le saca la lengua al bichón.

Marido mimado (1) – Perro mimado (...Calculando) 

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